H.
jueves, 23 de febrero de 2012
En la opinión de...
H.
sábado, 4 de diciembre de 2010
La chica Delirio pregunta...

Espero esto le arranque una sonrisa a más de uno.
Ustedes deben saber que no hay blog que se respete que no tenga este video....¿verdad?

Ustedes dirán ¿qué tiene eso que ver con una bandera? ¿Acaso diseñaste una de la CANACA demostrando que ya no tienes ideas y reciclas chistes resobadísimos?
No, nada de eso.
Aunque he de decir que sí existe hay una bandera canaca. Hela aquí:

¿Cómo está la cosa? Bueno, esta bandera desde julio de este año ondea junto a la francesa en la Colectividad sui géneris de Nueva Caledonia, archipiélago de Oceanía que es parte de la República Francesa (primero fue colonia, posteriormente territorio de ultramar y después de 2014, si un referéndum es llevado a cabo y la gente así lo expresa, podría ser una de las naciones independientes más jóvenes del mundo). El lábaro es una antigua propuesta de los nacionalistas indígenas que se autodenominan kanak o canaco, que es casi mayoría -44% de la población- en Nueva Caledonia. De hecho ya desde mediados de los 80, se pedía la creación de un Estado Independiente de Kanaky.
En varias lenguas de Oceanía, kanaka significa "hombre" o "ser humano" y es la forma en que varios pueblos se autodenominaban. Los europeos, y en especial los franceses, utilizaron la palabra en forma despectiva y en un giro semiótico digno de los 60s, los nacionalistas de Nueva Caledonia adoptaron el gentilicio como símbolo de orgullo. En la actualidad, gobierna el archipiélago una fuerza política opuesta a la independencia.
Así que al menos sabemos que si Guillermo López Langarica ha sido visto en Nueva Caledonia (vía Youtube), es probable que más de alguno haya sonreído. Y cosas de la mirada poética puesta en los absurdos: El Canaca, ahora lo confirmamos desde la lingüística comparada, sí era un ser humano. O mejor aún: las Centrales de Abastos de la República Mexicana son humanas, contra todos los pronósticos.
Les regalo este post para que tengan algo interesante qué decir la próxima vez que liguen. Alguien caerá sin mencionan esto, se los apuesto.
PEACE OUT
H.
PD: La bandera canaca es, desde mi humilde punto de vista, una de las más bellas de cuantas he visto. Y agárrense, que aún no les muestro las de las repúblicas rusas.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Mercado de Espejismos Xilográficos Inspirados en Cosas Obsoletas
México es una nación de cenotes sagrados y capillas a la Santa Muerte. Tiene nopales, pinacates y muchos eucaliptos. Hay un jardín surrealista en su costa del Golfo, un centro ceremonial otomí construido en los 80s en Estado de México, una utopía milenarista de cuarenta años en Michoacán y otra indigenista-izquierdosa-posmoderna en Chiapas. La Catedral de la capital tiene una campana perdonada (osea, estaba castigada antes) y hay gente que vive junto a las vías del tren, algunos en casas de tres pisos construidas en macizo tabique blanco. Los restauradores tienen chamba en antiguas haciendas de políticos de bajo perfil y los cafés internets surgen como hongos aquí y allá. Ballenas y mariposas monarcas son de los únicos "extranjeros" de los que no se echan madres.
Aquí, dicen (los que dicen que saben), no conocemos el genocidio. Tenemos mucho art-decó y demanda de pinturas de oaxaqueños. Hay mucha rivalidad local promocionada por televisoras. Tenemos una variada fauna criminal, que podríamos enumerar aquí, de la A a los Zetas, pero está de hueva. La gente vive como en un albur toda su vida y dicen que nos reímos de la muerte. Y claro, todo es territorio Telcel.
Miren que me quedo cortísimo. México, como otros países no acaba de ser nación cuando fue empujado a entrarle a la globalización. Se inventó a base de mitos que ahora mucha gente cree estar desafiando. Sí, claro. La burla y la crítica son chidas, pero ese cuento de nahuales llamado México aún se lo cree mucha gente y quien esto escribe se encuentra en el justo medio entre el escepticismo mamón-elitista y la mediocridad patriotera. Osea más inclinado a creerse el cuento, aún cuando ya me han dicho que no, que ni es cierto. Hay que dice que no hay nada que celebrar. Pero si aquí en México hay quien vive en fiesta perpetua. ¿A poco ninguno de ustedes se ha aventado el maratón Reyes-Guadalupe (sí, lo escribí en el orden correcto)? Aliviánense. Al fin que al cagar y miar se sale todo. Mañana nos seguimos quejando.
A menos, claro, que algún ojete se le ocurra aventar algo así como que granadas de fragmentación en el Zócalo.
Hecha la introducción, quiero mencionar que la dinámica de las imágenes de banderas de minorías, grupos indígenas, colectivos marginales, separatistas y nacionales que no fueron o ya no son, pero se ven chidas, completamente digitalizadas y sacadas de contexto me ha dado material para varios posts y miren que apenas llevo dos. Hoy, como los símbolos patrios están de moda, no hay mejor manera de subirnos al barco que presentando varias, que muestran mejor que otras cosas, lo "mexicanos" que son y han sido los habitantes de esta bonita tierra:




Y estas dos, cortesía de un vato bien alivianado llamado Memo El Caminante.
Para los quisquillosos, ahi les van la

Hay una mixe, pero no la hallé en buena resolución.
Volviendo a la ilusión de "lo nacional", una composición interesante, obra de Edgar Clement, y que se encuentra en la ¿novela gráfica? Los Perros Salvajes, que está siendo publicada en línea:

Una que ofendió a mexicanos, hecha en el gabacho:

Una versión del buen Guffo Caballero, monero regio de los buenos:


Si me preguntan a mí, el juego con los símbolos nacionales de cualquier país para crítica o burla pueden ser tanto sano para la democracia y otras paparruchas liberales como perjudicial y de mal gusto. En el meollo está la crítica al nacionalismo, una cuestión que va en distintas escalas, pero que en México se queda actualmente, en la individual y bien sabemos que no todos los individuos somos tan lúcidos o ingeniosos. Mi posición al respecto ya le he dejado ver, digamos, por ejemplo, aquí, o en los posts donde publiqué mis cuentos que no se fueron a concursar para 2033, muy acusado en éste. Se me hace que en el accidentado proceso de volver a los mexicanos entes de inigualable sensibilidad liberal ha hecho del México contemporáneo un país un gramo más surrealista de lo que llegó hacer después de los salinazos, los zapatazos y los botazos de los últimos veinte años y uno de sus subproductos más curiosos es toda esa prole de gente-que-dice-cosas que acude a los lugares comunes de los bienpensantes liberales para identificar a las bestias negras contra las que hay que luchar. Entre ellos se asoma la cada vez más bizarra crítica al nacionalismo que entre algunos se reduce a lamentar que a los niños pequeños se les siga vistiendo de charritos y chinas poblanas. No se me lea precipitadamente: por muy bizarra que sea la crítica, es un alivio que no se devalúe y siga siendo práctica que cada vez generaciones más jóvenes adoptan.
Benditos sean Marx, Foucault y Hakim Bey.
Veamos que dice la momia favorita de todos:
Nosotros también lo queremos, camarrada.
Cerramos con una trivia para anticuarios, historiantes del siglo XIX y ociosos:
Quién responda correctamente, eh... no sé. Será recompensado con mi apreciación de que es bien ducho para los datos curiosos.
Ya me voy, ya empezó el desfile.
Sinceramente, cómo diría Luis Miguel, gracias, M.E.X.I.C.O.
H.
sábado, 1 de mayo de 2010
Gente que se rifa pt. 2: ¿Eric Hobsbawm coquetea con la teoría del caos?

¿Sobreinterpreto? ¿Alucino? ¿Es posible?
Vayan y lean la entrevista, está muy buena, y si son como yo aspirantes a miembros del gremio de los historiantes, sacarán buenos comentarios para ligar en sus facultades o escuelas, hacerle la barba a algún maestro citando la entrevista (ojo, no debe funcionar con todos) y, en el peor de los casos, le sirva para una reflexión mamona que algún día incluirán en algún texto suyo.
Nosotros sólo queremos ocuparnos de citar mañosamente la última pregunta:
Si tuviera que escoger temas o campos todavía sin explorar que presenten grandes desafíos para futuros historiadores, ¿cuáles elegiría?
El gran problema es uno muy general. En virtud de los estándares paleontológicos, la especie humana ha transformado su existencia a una velocidad asombrosa, pero el grado de cambio ha variado enormemente. Algunas veces se ha movido muy despacio, algunas veces muy deprisa, algunas de manera controlada, otras no. Claramente, esto implica un creciente control sobre la naturaleza, pero no deberíamos afirmar que sabemos adónde nos conduce. Los marxistas se han centrado correctamente sobre los cambios en el modo de producción y sus relaciones sociales como los generadores del cambio histórico. Sin embargo, si pensamos en términos de cómo “los hombres hacen su propia historia”, la gran pregunta es esta: históricamente, las comunidades y los sistemas sociales han apuntado hacia la estabilización y la reproducción, creando mecanismos capaces de mantener a raya saltos perturbadores hacia lo desconocido. La resistencia contra la imposición del cambio desde afuera es todavía un factor importante de la política mundial actual. ¿Cómo, entonces, unos seres humanos y unas sociedades estructuradas para resistir el desarrollo dinámico aceptan un modo de producción cuya esencia es su interminable e impredecible desarrollo dinámico? Los historiadores marxistas podrían investigar con provecho el funcionamiento de esta contradicción básica entre los mecanismos que traen el cambio y los preparados para resistirlo.
Ps miren, quizá este yo muy güey, pero lo de "dinámico, impredecible" me suena mucho a la teoría del caos. Muchos saben y si no se los aviso, que una manera práctica de explicar esta teoría es decir que el conocimiento de las cosas se puede contemplar desde la óptica de considerar que los eventos son esencialmente (sic) impredecibles. Quizá tengan un orden, pero nosotros no somos capaces de vislumbrarlo. En vez de leyes, tenemos tendencias, y aún esas pueden verse cuestionadas por un elemento anómalo.
Bueno, esa es mi impresión y apenas soy un iniciado, aún exploro la teoría con paciencia. Se siente chido sentirse nuevo en algo así, valga la rebuznancia.
Si creemos que lo que Hobsbawm está haciendo al responder como lo hizo en esta última pregunta es decirnos "naturaleza del mundo=caos, sistema dinámico; capitalismo=caos, sistema dinámico, dejémonos de tonterías emancipadoras y estudiemos eso", necesitamos una segunda lectura. Leer así es como opinar así. El artículo del link que les pongo tiene buenas bases y hace una buena crítica.Y posiblemente ignora otra perspectiva. La de Gorges Balandier, quien dice, (en El desorden) entre otras cosas, que tanto la tradición como modernidad son en varios aspectos conjuras del caos. Aquí lo importante no es tomar la actitud cínica de "todo es caos, así que el capitalismo está bien", sino darse cuenta de que, en función de evitar el caos, el ser humano arma distintas estrategias y es pertinente estudiar los procesos en los que tiene éxito y en los que no. Y eso resulta especialmente interesante en un nivel simbólico. Se parece en algo a lo que dice Hobsbawm, ¿no? Si los marxistas se pueden conciliar con esta postura sería iniciar un largo debate que pronto arrojaría insensateces al por mayor. Así que no abramos la caja de Pandora.También podemos ignorar a Balandier y a otros y tomar las palabras de Hobsbawm nada más sin relacionarla con otros autores... de momento. Eso dejaría más conformes a muchos y podría traducirse en interesantes estudios concretos.
Ahora que si el buen Eric se está saliendo del huacal del marxismo... pues qué divertido. ¡JA!
Por cierto, la edición de Nexos trae ilustraciones con la entrevista, pero por ningún lado veo los créditos del ilustrador (¡gachos!). Mi primera apuesta es Patricio Betteo, pero igual es otro. Si pueden, pásenme el dato. Van los dibujitos para que hagan sus conjeturas:




H.
Gente que se rifa
Generalmente considero que tuiter sirve para que la gente se las de muy ingenios@s y jueguen al clásico "piensa rápido: dí algo ingenioso" para que miles se enteren en el instante. Algo así como el blog (y sus variantes), pero más fácil de usar. Osea, menos renglones que llenar frecuentemente equivalente a qué-hueva-escribir-un-párrafo-pero-tengo-mucho-qué-decir. Algunos, los que se sienten muy salsas citan las frases de otros y aún más, creen que pueden generar las suyas, con la (quizá) remota esperanza de que alguien se dé cuenta de lo geniales que son y los inmortalice en epígrafes y calendarios con el rótulo de Anónimo. Lo dicho, algo así como el blog.
Confieso que levanté la ceja con actitud de escandalizado ante la democratización de este tipo de espacios, pero creo haber trascendido esa actitud. No gano mucho -y tampoco pierdo, de cualquier forma- lamentándome de que otra gente haga gala de sus faroladas insufribles en tuiter, si eso era algo que ha sucedido desde hace un chingo, sin importar el medio de comunicación de moda. Puede que, como ha sido común con la apertura de espacios, una "élite" sienta invadido su feudo. Aquellos que escribían "cosas chidas" en internet creen que el resto de los simios que lo usan para ligar y pasarse magias por email no merecían escribir algo más que XOXO, la descripción obvia de una escena de borrachera personal o su nombre en un formato de inscripción de alguna emergente red social. No niego que a mí eso suele irritarme también, pero si de vez en vez, ese ente que se le prejuzga de simplón dice algo que a mí me parece interesante, sonrío porque sé que, en mi propio terreno, puedo ser igualmenye banal. Y me alegra.
Para muestra basta un José Luis Zárate, viejo conocido para quienes conozcan la "escena" de la ciencia ficción y lo fantástico en este país. Fue un honor compartir algunas de mis páginas con él en VampFest: Antología de autores mexicanos, aunque no tuve el gusto de estrechar su mano y compartir impresiones con él personalmente.
Una muestra de nuestra admiración en Éter Verde para su trabajo. Si no son afectos a comprar libros (...ojetes, ¬L¬...) dénse una vuelta por su tuiter y su blog.
Y ya.
P.D.: Sí, castellanizo la palabra twitter ¿y qué?
H.
sábado, 20 de marzo de 2010
Vichentenario al chile (Pt. 2): Así nos adoctrinan ahora
Coman frutas y verduras.
H.
martes, 15 de diciembre de 2009
Lester ha muerto... viva Lester

Recordaremos siempre los chistes "adultos" de Lester en la sección Beakmanía; viviremos con la vívida imagen del "Reto de Lester" y el de "Garritas", el personaje que Lester inventaba haciendo una especie de lagarto con la mano y ése lo recuerdo especialmente porque yo hacía lo mismo, sniff. Y claro cómo no soltar la lágrima cuando Garritas murió trágicamente en un apluaso de Lester.
El que no lo recuerde, no tiene corazón, porque la serie se puede conseguir a 60 varos en San Juan de Letrán y bien pueden comprarla. Les hará bien. Yo no lo hago porque sí lo recuerdo.
God bless you, Lester.
ATTE.
H.
domingo, 24 de mayo de 2009
Uruguayos
Como todos ustedes, queridos compañeros de viaje en este valle de lágrimas con baches, yo tengo vergonzosas lagunas en ese cúmulo de conocimientos amontonados y cuidadosamente seleccionados por mil autoridades autonombradas que acostumbramos llamar cultura general. Muestra de ello es mi pobre información sobre Uruguay:
-Sé que es un país sudamericano, cuya capital es la ciudad de Montevideo y tiene frontera con Argentina y Brasil.
-Sé que ahí se habla español.
-Que su existencia fue motivo de conflictos bélicos muy sangrientos en el siglo equis-i-equis.
-Que hay una teoría que habla de las maquiavélicas maniobras políticas británicas involucradas en su nacimiento como nación.
-Que fueron el primer campeón mundial de futbol.
-Conozco poco (tirándole a nada) sobre su comida representativa, su música tradicional, sus groserías más empleadas, sus maravillas naturales presumibles: osea, ni un solo cliché que hable por ellos ante los ignorantes del mundo.
-Es cuna de los Tupamaros, uno de las guerrillas urbanas más famosas de Latinoamérica.
Por eso, cuando me enteré de que Mario Benedetti había muerto, hace casi una semana, me vi obligado a replantear las cosas que sé de Uruguay y recordé que le afamado escritor había ostentado esa nacionalidad, lo cual, no estoy seguro de cuánto me diga respecto a él... Internet, el medio intelectual (el pretendida y el genuinamente intelectual, todo es válido), gente enamorada, lectores que disfrutan de cualquier tipo de lectura y hasta aquellos que en su vida se habían topado con una palabra salida de la pluma de este uruguayo y creían hasta hace poco que Benedetti era el dueño de una conocida cadena de pizzerías le han rendido homenajes hasta saciarse. Hasta Javier Alatorre habló de él (¡¿QUÉ?!).
Éter Verde se suma a la alud de comentarios espontáneos y se sube de manera oportunista al carro del sentimentalismo. A pesar de que, hoy por hoy, el escritor uruguayo que más tengo presente y fresco en la memoria es Mario Levrero, no puedo evitar hacer otra lista con las cosas que me ligan a mí, simple mortal, con Benedetti:
-El primer y único poema que alguien me ha dedicado en mi corta vida es made in Benedetti.
-Recuerdo haber visto, durante un buen rato, su rostro retratado en grafitti, en la pared de una avenida de Azcapotzalco junto con la reproducción de uno de sus poemas.
-Pedro y el Capitán es la única obra de teatro que me ha cimbrado realmente al verla representada. Creo que me he vuelto muuy insensible desde la edad en que la vi (16 o 17 años), porque ninguna otra me ha puesto el vello tan chinito como esta.
Y ya.
Digamos que no tengo una historia con Jumex o un momento Kodak con Benedetti, pero al fin y al cabo, ¿no son las pequeñas cosas las que nos acercan a las grandes almas? Sí, ¿no?
H.
P.D.: ¿Seré linchado por revelar que soy un mexicano que no sabe tanto sobre Uruguay?
domingo, 11 de enero de 2009
Nombres, nombres
En 1937 se duplicaron los Adolfos en el padrón nacional. Esta progresión geométrica avanzó durante la guerra y declino abruptamente con los juicios de Nuremberg. La influencia y el amor por el nazismo de muchos argentinos también esta presente en las estadistícas.
Llamarse Hitler
La semillería Carozzo Hnos., la fábrica de soutiens Pezzoni, la ortopedia Caminitti, la fábrica de escaleras de Zuviría, el mecenas homosexual Pirovano, o el Coronel de intendencia Mango, son sólo una muestra de la posible influencia del nombre en el futuro de quienes lo poseen. O tal vez podamos concluir que, de algún modo, los nombres nos poseen a nosotros. Porque el nombre, en definitiva, es lo que primero habla de uno: se declara previamente a cualquier intercambio, precede a cualquier gesto.
En nuestro país, a pesar de una muy estricta política de registro - que entonces sólo permitía nombres que provinieran de los evangelios - nacieron, entre 1932 y 1942, diez niños y una niña con la extraña singularidad de llevar por nombre propio el apellido del ejecutor del asesinato de más de veinte millones de individuos.
Estos argentinos llamados Hitler, bien sirven para advertir nuevamente - gracias al nombre propio del horror - que el huevo de la serpiente también se empolla en las pampas.
Los ‘Hitler criollos’
Hitler Emilio Palmas, carpintero, 1937, Hitler/ Fernando Destefanis, chofer, 1934/ Hitler Manuel De Melo, comerciante, 1932/ Hitler S. Colautti, ganadero, 1936/ Hitler R. Casagrande, Albañil, 1940/ Hitler Félix Conti, docente, 1939/ Hitler E. Alberione, empleada doméstica, 1940/ Hitler Ignacio Jofre, jornalero, 1942/ Hitler Federico Annaheim, empleado, 1936/ Hitler Ramón Rosales, 1933, empleado.
‘Mi nombre es todo lo que tengo’
Hijo de inmigrantes piamonteses, el señor Casagrande nació en 1940 en la provincia de Córdoba. Albañil, aficionado a la actuación, participó durante los años 60 de la exigua compañía de “teatro nacional” de su pueblo. Hitler Rudecindo Casagrande piensa que su nombre “lo ayudó” para formar lo que llama “la personalidad del actor duro y recio”.
En otra etapa de su juventud, reclutado para la Armada Argentina, donde pasó 3 muy buenos años, su nombre jugó un rol principal. Aún recuerda, divertido, el grito ario que la mayoría de sus camaradas le dedicaba a modo de saludo, acompañado del brazo extendido y un golpe de talones.
Nada de esto le producía (ni le produce) antipatía alguna a don Hitler Casagrande: no sólo no le molesta, explica, sino que le genera orgullo por él y por su padre, que tuvo el “impulso” de ceder a su sangre el apellido del influyente Führer.
Esta decisión de su progenitor no fue obra de politiquería, porque apenas sabía escribir, sino un “simple homenaje”, destacado, aclara, por un dato cómico: “hubo que convencer al cura, porque al principio no había caso”. Claro que al final, el ecuménico sacerdote accedió a bautizar al pequeño Hitler Rudecindo, nombre que lleva desde siempre y aún hoy con manifiesta “alegría y respeto”.
“Nadie sabía lo que iba a pasar después”
En otros casos, como el del carpintero marplatense Hitler Emilio Palmas, hoy con 63 años y también descendiente de italianos del norte, el asunto parece no tener demasiada relevancia. Con voz recelosa, acepta que es preferible a veces optar por una H. discreta para disimular el significado encerrado en su gracia, simplemente porque “en ciertas situaciones puede producir algún rechazo”. “Es muy simple”, justifica, “nadie sabía lo que iba a pasar después”.
“Y yo no le pregunté nada sobre esto a mi padre, porque cuando murió era muy chico, y tampoco fue un problema para mí”. Si un común dato político, como el ingreso de muchos oficiales nazis a la Argentina después de la Segunda Guerra, sirve muchas veces para cifrar la
historia pasada, oscura y pavorosa, Hitler Palmas, como el resto de sus tocayos es, en sí mismo, el portador inocente de un pánico que no se ha diluido y vive, como símbolo durable, en las letras de su nombre.
“Por qué no me puso Adolfo...”
También están aquellos para quienes esta marca significó dificultades algo mayores. Como para Hitler Félix Conti, maestro de escuela clase 1939, que durante sus primeros años de ejercicio docente debió tolerar con resignación los repetidos chistes de sus estudiantes.
Por su nombre, paradójicamente, el maestro Hitler sentía con frecuencia debilitada su autoridad ante la clase. A causa de esto y de sus diferencias con su célebre homónimo, prefirió durante un largo tiempo el enigmático H. Félix para presentarse al mundo.
Incluso más tarde, ya cansado de explicaciones, guiños y gestos de asombro o estremecimiento, decidió cambiarlo por otro más íntegro. Pero, pese a su insistencia, las férreas reglamentaciones de registro civil (las mismas que habían aceptado anotar en su Libreta Cívica el extraño deseo de su padre) esta vez no permitieron modificaciones: los tiempos que corrían no eran los mejores para discutir aquel asunto. El señor Conti, el que no quería ser Hitler, trató de rectificar su documento en 1977, justo cuando el estado argentino ejecutaba su propio homenaje al Tercer Reich, mucho más evidente y material que simbólico, en manos de los implacables y aplicados copistas del genocidio y la tortura.
No alcanza con uno
También encontramos que entre 1935 y 1946, por primera vez apareció una combinación de nombres antes ausente en el padrón electoral: Adolfo Benito 59 empadronados, Benito Adolfo 44. Además de 2 Benitas Adolfas.
Los Adolfos crecieron abruptamente durante la guerra y decrecieron a niveles más bajos que en la década del veinte - es decir niveles normales de Adolfos - luego del juicio de Nuremberg.
Como se habrán dado cuenta, habla de Argentina. La página no tiene más referencias, y la verdad, en esta ocasión no me interesa tanto saber si la información es verídica, bla bla. Sólo que me hizo pensar en la influencia que una personalidad fuerte real o construida es capaz de tener en una de las desiciones cotidianas que parecen puntero de nuestro inconciente colectivo. Los nombres.
El ser humano siempre le ha dado nombres a las cosas, sin que las cosas reclamen esa denominación. Reflexiones como la que acabo de hacer (algo miope, es cierto, pero es un inicio) es signo de una manera de entender al hombre que ha recibido la crítica de reducir todo a una amoral y poco comprometida cuestión de semántica. Esta crítica al posmodernismo -hay quienes dicen que es parte de eso, yo me reservo la opinión de momento- está destinada a las valoraciones en el plano de simple discurso de las actitudes e ideas humanas. Como relativizar el acto de matar un ser humano, por ejemplo.
En el caso de los nombres propios, los que nos son dados sin pedirnos opinión alguna, éstos pueden reflejar las manías de quien nos nombra. Es como una vez me contaron de una pareja que habían nombrado a sus hijos, cada uno Jim y Morrison. Nuestros nombres propios son, en cierta medida, síntomas de la mentalidad del tiempo en que fuimos concebidos (algo parecido al momento en que nacen las palabras que nombran cualquier otra cosa). Piensen en Mussolini. ¿Qué estado de desarrollo de la sociedad italiana, europea y occidental en general, fue necesario para que un individuo nombrara a su hijo en honor a un político mexicano?
En estos tiempos, algunas parejas adoptan nombres de raíz anglosajona, de idiomas nativos mexicanos u otros que parecen "exóticos" cada vez más que tomar el calendario y nombrar a un niño de acuerdo al Santo celebrado el día de su nacimiento. Otros es más simple: dan en herencia su nombre. Otros más eligen un nombre por el puro gusto de cómo suena. Este último es el más misterioso. Algo, algo de la sociedad influye forzosamente en nuestra elección de sonidos-palabras agradables y más si de trata de darle nombre a un ser humano.
El caso de los Hitler está para pensarse, ¿no?
PEACE OUT
H.
viernes, 8 de febrero de 2008
Perra Duda
Jo jo, alguien ya le compuso una canción, así como los Gorillaz se la compusieron a Clint Eastwood y Los de Abajo a Lucio Cabañas
La verdad no lo sé, pero las jóvenes le ven TODO. Bueno, algunas jóvenes. Y otras no le ven nada, nomás fantasean.
Algunas ahorita seguramente me llaman "ardido" en sus globalizadas mentes.
Otras, "envidioso".
Otras, "wey".
Otras, " pobre pendejo".
Otras están pensando en algo más original para describir este post.
Otras se ríen para sus adentros, pero no lo confiesan, porque va en contra de su religión.
Las viejas no leen blogs. Algunas no; dejémoslo así.
Las jóvenes sí. Algunas; dejémoslo así.
John Womack escribió Zapata y la Revolución Mexicana. Y tampoco le ve nada a Johnny Depp.
A una amiga le cae mal Martha Higareda
(Un tributo. Además del video, seguramente le llegaron a Marthita las orejas cortadas de sus enemigos en costales de fibra vegetal)
(Chéquense la foto donde sale con la gorra a la mitad del video; con el efecto visual photoshopeado que le dio el autor, parece que te están presentando a una cómplice del clan Trevi-Andrade o una chica perdida en la década de los 80 y cuyo caso salió en Misterios Sin Resolver)
A otro amigo le gusta mucho.
A mí me gusta espantar gatos y burlarme de los futbolistas.
El mundo ya tomó sus decisiones y nadie me preguntó a mí si estaba de acuerdo.
Conclusión: Johnny Depp y Martha Higareda tienen más dinero que yo y se ven cada semana para jugar al dominó con Jaime Camil y Mena Suvari. Y de nuevo, sin consultarme.
Perra Duda resuelta.
Próxima Perra Duda: "¿Cuantas nuevas quinceañeras habrá el día de mañana en todo el mundo?" Averíguelo... usted mismo.
SALUDOS DESDE EL LIMBO.
H.