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sábado, 6 de noviembre de 2010

La dama Delirio pregunta...


¿Cuál es la palabra para la percepción generalizada de superioridad intelectual de quien pregunta sobre quien responde y hace que nos traguemos ciertos prejuicios?

¿Recuerdan este simpático video?

Pues en México ya sacamos una versión:

¿Sabe usted más que un alumno de la Ibero? from manuela romero on Vimeo.


No sé qué tan viejo sea, ni con cuánta mala leche lo hayan planeado, pero en definitiva pudo haber sido más divertido. En cuanto a los chavos de la Ibero... tss, hasta en la bonita UNAM encontramos gente así. Y miren que uso el "hasta" con muchas reservas.

Como yo tengo otras cosas en qué pensar y en qué ocuparme, les sugiero desde aquí a los que quieran hacer algo parecido o a los mismos que hicieron esto, que consideren estos escenarios también:

-El clásico América-Chivas.
-Marcha del 2 de octubre.
-El Chopo.
-La Central de Abastos.
-Cualquier Starbucks.
-Tepito.
-La UAM, la UNAM, y las escuelas politécnicas del Casco de Santo Tomás.
-Paraderos de Indios Verdes, Cuatro Caminos y Pantitlán.
-El estreno de la última película mexicana de moda.
-28 de junio en Metro Hidalgo.
-El Juguetón de TV Azteca.
-La próxima marcha por la seguridad.
-Sullivan.
-Un retén militar.
-Un retén narco.
-Un caracol zapatista.
-Un concierto hipster en el Lunario.
-La tumba de Valentín Elizalde en el aniversario de su colgada de tenis.

Claro que tendrían que actualizar su cuestionario.

Pásenla bonito.

H.

jueves, 12 de agosto de 2010

Declaración de odio

Sí, les hablo a ustedes, los que dicen que ejercen el noble oficio de arder. En el punto más patético del camino de la vida (que no era como yo pensaba, no era como imaginaba, no era como yo creía) a uno le da por rechazar todo tipo de mención de la felicidad ajena.

Los poetas son manufactureros de la palabra, y pueden agradarme en efecto en esa faceta; pero seamos francos, más que trabajar con las palabras, el poeta engendrado aquí y ahora -usted decida a qué lugar y tiempo me refiero- no manipula las letras combinadas, manipula el patetismo, la tristeza, el sufrimiento, la autocompasión y ¡claro! los "sentimientos bonitos".

Cultiva la adulación encubierta, la redención autoafirmativa del que se siente excluido y puede no serlo, el melodrama de la vida diaria transformado en himno y claro, escuchas/lectore(a)s.

De hecho, sin éstos, harían un eterno ejercicio solipsista de lo más tedioso... con todo y que algunos de los que se consideran los más grandes poetas hayan aplicado ésta y hoy sus palabras aún son útiles.

Sin público, en el aquí y ahora, no habría poetas. Porque a estos seres que describo y vilipedio aquí, los aqueja la adicción y la dictadura de la segunda persona del singular. Llevan el ritmo para que la guitarra le dé cuerpo a su declamación. Expresar el poema exige pose y apariencia. No hay poeta, en el aquí y el ahora, sin espejo.

Los acuso de robar miradas y suspiros. El que cuenta historias no es poeta y a menos que sea comediante, no logra encauzar sus vicios -que comparte con los entes odiados- para llevarlos al ancho mar de la mirada atenta. O tal vez sí. Será que no conozco el truco del oficio.

Y es que, mira, la cosa es que yo he incursionado en la piel del poeta, el deleznable ser que describo. Me ha gustado, pero tampoco he conectado con el truco del oficio. Puede que no haya buscado bien o no haya seguido al pie de la letra las instrucciones.

Lo que más gracia me da es que cada verso que escupo, sin querer queriendo, acerco un paso más la poesía hacia su decandencia. Y aún así no puedo evitar la sensación de que mi invasión en ese terreno ajeno es demasiado desapercibida

¿Ése es mi problema, falta de atención? Vamos, sé original, dime algo que no sepa. Algo sobre el oficio y sus practicantes

Los odio. Porque existen más allá del perfil que acabo de dibujar y aún así, ten llaman y te dejas arrastrar.

Pero que quede claro: esto no es una visión lúcida ni objetiva, sino una declaración de odio. Está hecha de vísceras y ninguna es cerebral.

Vengan las críticas destructivas.

P.D.: Los quiero, aunque no se note

H.

miércoles, 5 de mayo de 2010

En la opinión de...

La Momia de Lenin

H.

martes, 4 de mayo de 2010

Aviso Oportuno

¿Aburrido de empedarte cada fin de semana? ¿Tu novia te pide que la vayas a dejar a su casa hasta la salida a Pachuca a las 4 de la mañana y tú no tienes carro (ni trabajo)? ¿Tu galán cree que es un lindo detalle llevarte a ver las luchas para después proponerte un trio con una de las edecanes? ¿Tu jefe cree que puedes quedarte tres días seguidos a trabajar? ¿No tienes internet y por lo tanto no puedes leer nada de esto? ¿Eres bahaí y tus vecinos creen que eres judío?

Aquí no tenemos la respuesta a esos cuestionamientos. Llegó al lugar equivocado. Pero ya que llegó aquí, permítame invitarl@ al siguiente evento:
Disfrútelo con leche.


Addedum
Ireri Barrón es una misteriosa persona que me ha solicitado atentamente darle voz en Éter Verde y consiguió convencerme de promocionar los archivos que ha enviado a concursar a Imagina Cuervo. Si están interesados en conocer su trabajo, ya'stán peinados pa'trás, entren aquí y voten como degenerados, porque deseamos que gane ¿VERDAD?


H.

domingo, 25 de abril de 2010

La chica Delirio pregunta...


¿Cuál es la palabra que usas para describir la acción de dejar de apreciar los logros de un ídolo quien antes de serlo era motivo de desprecio para tí?

Quizás sí pongamos esta sección los domingos (es más cómodo), pero aún no lo decido bien. Mientras eso sucede...

¡Faisanísense!



H.

domingo, 6 de diciembre de 2009

La reglas del olvido

Huele a pino. Ya se dejan sentir los olores propios del mes en el que el año comienza a morir y pretende refugiarse en la memoria. En esta ciudad, esos olores con frecuencia tienen que ver con agua de frutas cocida, con heno recién traído de quién-sabe-dónde y con algunos fusibles inservibles. También suele percibirse el olor a aceite con harina o el plástico recién desempaquetado de los juguetes. Pero en especial huele a pino.

Como cuando un primo mayor nos contaba cómo era que intentaba infructuosamente quemar un trol con larga cabellera de color lila o el vecino nos presumía que a él seguramente si le regalarían el Taller de Carpintería que se veía en la televisión. Oh sí. Ese olor trae recuerdos tan varipintos como ver a las personas durmiendo en la mesa con tres botellas vacías frente así, mientras se prepara el recalentado.

¿Qué recuerdo como esos conservas tú? Apuesto muchos más que yo. No preguntes cómo llegué a esa conclusión.

Aunque el principio de este mes también trae a la memoria aquellos días de zozobra frente a la computadora, esperando que alguien que no era especial unos meses atrás hiciera su oportuna aparición para hablar de las nimiedades que ocultan mil frases de deseo. y demostrara por enésima vez por qué tienen un lugar especial en la mente. O deberíamos decir "tenía": el participio es importante cuando uno se acostumbra a olvidar bajo consigna. La angustia de ciertas situaciones hace que uno se apresure a acudir con el pecho abierto a las desconocidas reacciones del nuevo inquilin@ delas aspiraciones resucitadas.

Tras dos vueltas de la Tierra al Sol, dos conciencias toman en sus manos un taza de café. Una contiene una buena bebida, preparada de manera que nadie pudiera negar que aquel o aquella que la preparó sabe de lo que habla cuando habla de bebidas calientes. En cambio, la otra está hecha con agua caliente de la llave y con las mejores intenciones. Las conciencias han tenido una historia, la parieron juntas, pero se niegan a hablar de ella. A cambio de eso, prefierenn seguir hablando de esas nimiedades que ocultan.... ocultaban. Ambas aspiran fuerte el vapor de sus tazas. No, no es el aroma esperado.

Yo soy una de esas conciencias. De eso estoy seguro, porque hace unas noches, mi mente se topó con más aromas de los que le es posible contener, antes de obligar a mi mundo a exorcizar algunos rostros. Antes de obligarme a romper las reglas del olvido. Las mismas reglas que no permiten que inventemos, que al fin y al cabo es lo que se hace cuando se recuerda. Pero ni la mente es lo suficientemente fuerte para ceñirse a ese reglamento que, (confiénsalo, tú también lo has pensado) a pesar de lo que se dice, se hizo para ignorarse. Eso fue lo qe pasó hace unas noches. Porque hace unas noches te besé. Quizá por única vez. En un sueño.

No importa lo patético que pueda sonar (¿ es que puede existir alguien que tenga la autoridad para calificar las cosas patéticas?), pasó. Quizá lo complicado sea admitir que -con el aroma de un café insípido acariciándome la nariz y pese a que el reglamento del olvido se hizo para ignorarse- sin creerlo, te diga que ya no te pienso, ni te deseo y sepa expresártelo con mi silencio. Y es que así funciona el mundo.

El frío me golpea el rostro mientras pienso todo esto. Es desagradable. O quizá no tanto. No, porque huele a pino.

H.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Para desahogarse

No sé qué tan grave sea el daño aún o lo real de la situación crítica. Me acabo de dar un horrible chingadazo en el alma. ¿Puede que una imagen sea capaz de semejante proeza? Quizá. Por eso, en el Éter Verde, en un gesto de solidaridad con el administrador, me han sugerido que publique cierta foto que saqué en ese viaje a Michoacán, del cual les avisé, pero nunca les dije qué pedo. Bueno, apenas hoy (sorprendente coincidencia), encontré dichas fotos.

Tradicional Bebida Michoacana:


El Labado de Cerebro de Janitzio


C'mon. Ríanse conmigo, que lo necesito. No acabo de ponerle nombre a mi reacción al chingadazo, pero puede que alguno o alguna por ahí ya conozcan una palabra muy adecuada. Sí es la que estoy pensando, jíjoles, me es doblemente vergonzoso admitirlo. Y sintiendo que no tengo ni el derecho de.

Shale.

P.D.: Por cierto, R, creo que ahora sí me va a afectar (feo) el hecho de que "es (sea) posible que no (me) conteste(s)".

Bueno, listo. A chillar.

PEACE OUT.

H

domingo, 24 de agosto de 2008

Niveles de vida: polillas y pájaros

Hace unos días, me mandaron un mail con imágenes y videos "muy fuertes" sobre el maltato a los animales. Seguro que ustedes ya han recibido correos parecidos o a lo mejor es el mismo correo que recibí yo; los caminos del señor son misteriosos. No abrí las imágenes, no vi los videos, bastante he visto de maltrato a los animales desde hace un buen rato y es algo que me molesta; pero nunca he tomado cartas en el asunto: no firmo cadenas ni doy dinero... a veces ni les creo. Bueno, a los de los antirrábicos, las veces que he ido, a ellos sí. Y una vez le compré un folleto sobre animales endémicos del Valle de México en peligro de extinción a un tipo que llegó a ofrecerlos a mi clase de Historia de Roma en la Facultad. Su choro, es de los pocos que de veras me han llegado y convencido. Ahí está el folleto y no me he aprendido ni siquiera qué animales están.

El ser humano, el animal que se autonombró rey de la creación, ya ha recibido varios golpes a su ego a lo largo de algunos siglos; uno de los más dolorosos se lo dio un tal Charles Darwin allá por 1859. Bueno, en realidad, la herida más profunda la dieron T. H. Huxley y el obispo Wilberforce en una curiosa discusión de la que me acabo de enterar (lo s
iento por el recurso facilote de recurrir a Google y linkear un foro, tíos, es que quería la información rápido, joder). Y a pesar de que la corona de la creación teóricamente no se le debería dar a nadie, todos, pónganme atención, TODOS la ceñimos alguna vez. Hablo de las veces en que matamos a los seres que llamamos "animales" cuando en realidad no es tan necesario. Ni para comer, ni para protegernos ni nada parecido. De los argumentos más estúpidos que he visto está el asco y, por supuesto, el de la inferioridad.

Miren, sé que puedo sonar exagerado (o leerme exagerado, valgan las correcciones), pero esta forma de pensar la tengo desde niño. Recuerdo que, a diferencia de ahora a mis 21 años, siendo yo un esforzado mozo de siete o diez años no m
e daba "cosa" tocar con las manos ciertos bichos que me encontraba por ahí, pero no los mataba. De hecho, a mis amigos de la colonia que eran un poco más chicos que yo, les "enseñaba" que no era correcto matar a los insectos solo porque sí. Claro que mi autoridad frente a ellos estaba sustentada en mi edad y en una muy dudosa experiencia. Pueden imaginar mi sorpresa cuando una vez dos de ellos fueron a acusar a otro conmigo por haber pisado un caracol. No recuerdo qué terrible sentencia dicté, pero a la fecha creo que ellos ya olvidaron el incidente. Lo curioso es que yo no.

Haber tenido mascotas después me ha hecho un tanto más sensible porque ahora me preocupaba por formas de vida "superiores". Pero desde que tuvimos que dejar a uno de nuestro perros en un antirrábico porque no teníamos con
quién dejarlo, ya que nos íbamos a Acapulco (¡Fíjense nomás el argumento!) y lo abandonamos casi casi para que lo mataran, puesto que lo iban a sacrificar, me ha renacido ese "nosequé" de mis tiernos años de infancia sobre mi preocupación sobre las formas de vida "inferiores" a mí. Sí, sí, la población de insectos, roedores y hasta de pollos es superior a la de los seres humanos, eso lo sé. Pero, por alguna razón, no me cuadra matar así nomás. No, no me lo saqué de alguna "filosofía oriental", (noten las comillas bien, por favor), es algo que siempre he creído, apoyado simplemente en el argumento endeble de la vida.

Puedo entender que el maltrato de los vertebrados nos produzca más indignación que la muerte de un invertebrado. Sin embargo, me he visto, hoy, en uno de esos momento que lo hacen a un pensar sobre cosas que parecen irrelevantes. Hace como un mes, un pájaro pequeño se había quedado en las plantas de mi "jardín". Apenas podía volar y parecía que estaba herido y por ello no era capaz de irse de ahí.

La cosa era que ni estaba herido ni nada: era un polluelo aprendiendo a volar. Cómo llegó ahí, no tengo idea. Nervioso y asustadizo, como todas las aves; pero éste lo parecía más, como impulsado por la impotencia de no poder volar lejos de un humano que le intentaba sacar una foto. Un día, sin más y tras varias jornadas de infructuosos vuelos a lo largo de mi patio sin poder ir más arriba de las bardas, logró irse de aquí, volando triunfal. Mi lástima, producto de la ignorancia de su verdadera situación, no le ayudó, fue inútil. Él solo, con sus alitas, logró irse. Un vertebrado que pudo irse solo.

Hoy me encontré con una gran polilla en mi patio trasero, posada sobre una pared que compartimos con el vecino de atrás. la moví un poco y cayó al suelo como si estuviera muerta. La volví a mover un poco y solo reaccionó un tanto. Estos animales, que suelen meterse en las casas y ser el horror de algunas personas, en realidad no cometen más faltas en contra nuestra que el de ser más grandes que muchas de sus parientes. A muchos les causan repugnancia; honestamente no entiendo por qué. La que hoy me tocó ver morir tenía una pata chueca y no podía volar. Uno siempre supone que los in
sectos se las arreglan para escapar, volar, arrastrarse, andar. Fue eso precisamente lo que yo supuse con esta criatura, pero no fui capaz de entender que no podía. La dejé ahí, esperando que emprendiera el vuelo. Volví unas horas después para colgar un poco de mi ropa después de lavarla y la encontré con las patas encogidas y el abdomen hacia arriba: el sol la había terminado de matar.

Vean lo curioso del asunto: un pájaro vino a mi casa a aprender a volar y una polilla, un mes después, lo hizo para morir aquí. Piensen solamente en la cantidad de personas que pensamos que tienen que ser ayudadas, cuando en realidad lo que hacen es estar buscando la manera de huir de esa sofocante lástima e intentos de ayuda ajenos de quienes los rodeamos. Pájaros que quieren escapar. En cambio, hay otros que llegan a nosotros ya deshechos, con el único deseo de morir (metafóricamente o de verdad) en paz y sin problemas. Y queremos que se vayan, porque son "patéticos" e indeseables. Polillas. Es verdaderamente desconcertante cuando el mundo le cuenta a uno fábulas como esta. Quizás solo a mí, con mi querido argumento (la vida) y ese pasado infantil que comparto con otros tantos seres humanos, me toca decir estas cosas.

Son esas personas que piden sin palabras que no los ignoremos, pero tampoco que estemos interviniendo. Ellos pueden solos. Como invertebrados y vertebrados. Como pájaros y polillas. Para ellos, como para mí a ratos, no hay niveles ni categorías: no hay nada inferior. Al fin y al cabo, somos todos animales, caminamos sobre la misma tierra y miramos el mismo cielo.

SALUDOS DESDE EL LIMBO

H.

miércoles, 25 de junio de 2008

Back from the death

¿Qué dijeron? Este ya se quedó en Michoacán. Pues nel. No se van a librar de mí tan fácil. Aunque me amenacen y envíen gentuza a matarme (ya están todos en el fondo del lago de Pátzcuaro, ni los busquen) y me hagan creer que gané un Oscar o un Ariel, que me intenten intimidar con sus vagabundos que parece que entrenan para un maratón (historia verídica; preguntarme en persona si es que tienen la desgracia de conocerme). Nada de eso funcionó. Aquí estoy de vuelta. Y como anónimo se molestó en hacer una petición, yo cumplo:

Algo, huevón. Muy huevón. (lean comentarios de antes para que se enteren)

Cumplidas las exigencias y peticiones del respetable, los pongo al tanto de mi vida (que, estoy seguro, a ustedes les interesa TANTO...): obtuve trabajo en el Colmex, me enamoré y estoy a punto de publicar en una antología. La de en medio no salió bien (as usual), pero las otras dos van viento en popa. Aunque hay que matizar; mi participación en el trabajo que se produce en el Colmex es de colaboración externa y duraré hasta noviembre. Es sobre Historia de la Educación en la Ciudad. Huevísima interesante.




Yo, en un pasillo del aclamado Colegio. Neto.

Lo otro, bueno ese sí va bien. Un cuento inédito, junto a otros de ciertos colegas escritores amateurs, podrá ser adquirido muy pronto. Los mantendré al tanto. Por lo pronto, y como este post está muy personal, muy autobiográfico y demasiado X ("equis", pues), le seguimos a lo mismo y mejor les paso imágenes de lo que dejó el sexto semestre, para que, de paso, conozcan las Oficinas Centrales de Éter Verde:
Esta es mi puerta de entrada a la supercarretera de la información.Compaq armada una y otra vez, con la impresionante cantidad de 4 GB en uno de los discos duros. Nótese mi devoción Pastafari

Escritorio y guitarra. Sin comentarios



He de señalar de ni fui a al homenaje a Monsiváis (o lo que haya sido) ni tampoco me aprendí un solo poema de Neruda, uno de mis objetivos chafitas de mi semana de enamorado. Porca Miseria.


Así estaba el asunto hace semanas: Historia y Tropología, de Frank Ankersmit, convivía con las fichas de mi último trabajo y otros miles de papeles de origen desconocido


La hiena Ed, un dinosaurio imposible de plástico y Marquitos custodian mi biblioteca personal (embrionaria a más no poder).

Marc Nouschi y Guliano Procacci me hicieron compañía varios días y aprendí muchas cosas de ellos. Ninguna de ellas me servirá los próximos treinta lustros. Pero no le hace. Son bien chidos

Pertenezco a la FFyL. ¿Alguna duda?

El mero mero sabor ranchero

Y como sé que les interesa mucho también el hecho de que he vuelto a jugar Super Nintendo, les pasó la primicia de mi hazaña de terminar todo Super Mario World en un día. Olviden todo y vean esto, por Dios:

Maravíllense del hecho de que está conectado a una antena de conejo en una televisión casi paleozoica.Qué Xbox ni que nada. No entiendo que hace el Tigger ahí. Ni siquiera sabía que lo tenía.


Un final feliz. Puede constatarse que la obesidad de los hermanos Bros no ha impedido que rescataran a la damisela en peligro. Aunque aquí hay un error. En mi versión de la historia, Luigi ni hizo nada. Le voy a aplicar próximamente la estaliniana a esta foto. Y como sé que ya los harté (ni modo, no todo en este blog es tan chido) les pasó otro de mis cuentos. Si ya están hartos, muy hartos, les doy permiso que me la mienten.


ENJOY!!!

SALUDOS DESDE EL LIMBO

H.

Soñando

No hay lugar para los desesperados en el transporte públicos. Eso le debieron decir a Rodrigo antes de aquel día, uno en el que el metro iba especialmente lleno de gente. Pero todo parecía marchar bien; se había levantado temprano, se arregló pronto, desayunó sin prisa, salió de su casa muy calmado. Día de trabajo normal; nada parecía salirse de la rutina; excepto quizá esa sensación con la que se había levantado. Un sueño muy raro lo había alterado, lo tenía inquieto.

Tenía apenas dos meses de trabajar en esa oficina y en su trayecto nunca se encontraba a alguien conocido. Rodrigo sabía que ese trabajo no era precisamente un lugar donde se encontraría con sus antiguos amigos. Contaba ya con treinta y dos años; había dejado poco atrás una vida en la que podía ver a todos sus amigos por lo menos cada tres días; ahora ya no podía hacerlo. El trabajo le absorbía casi todo el día. Podría decirse que el único momento en que no se veía obligado a convivir con el resto del personal era cuando se trasladaba hasta allá en el metro.

Todo tipo de gente se daba cita en los vagones, alimentando las entrañas del gusano gigante naranja y a Rodrigo le placía verlos; detrás de cada hombre, de cada mujer, de persona mayor, de cada niño, de cada adolescente había una historia no contada. Sin embargo, el encanto se rompía porque, aunque siempre procuraba sentarse, no podía evitar sentir el sopor de una atmósfera abarrotada por cabezas, por lociones, perfumes, aparatos portátiles de reproducción de CD o música comprimida digitalmente e, incluso, alguna porción de comida que alguien llevaba. Todo apuntaba a ello: debía terminar dormido. Esas historias seguían sólo en su mente.

Esa vez fue distinto. Desde el inicio de su viaje al trabajo, se encontró con una chica, tal vez de su edad, que nunca antes había visto. Y había salido de una de las casas que estaban cerca de donde él vivía. Una nueva vecina, pensó. Muy bella, por cierto. Pero ella no parecía irse a trabajar. No, no lo parecía: vestía muy informal. Al principio, Rodrigo sólo alcanzó a ver su rostro una vez y la chica se alejaba de él adelantándose, dándole la espalda. Algo había parecido familiar. Rodrigo trató de recordar. Aceleró el paso para verla más de cerca antes de entrar a los andenes. Momentos antes de entrar ambos, muy cerca el uno del otro ya, el delicado y ligero sueter de la chica se deslizó de uno de sus hombros hacia el suelo. Rodrigo pudo fijar sus ojos en ese rostro, reconociéndolo entonces durante los pocos segundos que ella le permitió. Sí: la había visto en su sueño.

Ella pareció no percatarse de que estaba siendo cuidadosa, pero ingenuamente vigilada y siguió despreocupadamente su camino. Tanto Rodrigo como ella llegaron al andén, listos para tomar el tren. Quedaron casi hombro con hombro, pues Rodrigo había procurado que así fuera. No estaba enamorado, tenía curiosidad. No le gustaba, estaba sorprendido. No obstante, una sola mirada de la chica, perdida en el túnel, esperando impaciente la llegada del transporte logró cautivarlo. ¿Qué hacer ahora? Rodrigo se percató entonces de que el tren se había tardado más de lo común y tras de él y de la chica, el andén lucía una especie de alfombra de cabello y hombros. Ningún ser humano cabía ya entre quienes esperaban poder transportarse hacia sus respectivos destinos, manteniendo la fe en que bajo tierra lo harían más rápido que sobre el asfalto.

Una luz se asomó en el túnel. Rodrigo sonrió y no reservó su sonrisa al frío vacío de las vías, sino que la ofreció a quienes le rodeaban, aunque nadie se la correspondió. Sólo una persona. Ella, precisamente. Rodrigo no dejó de mirar ese rostro amable, que había soñado antes de conocer; pronto, el cansancio acumulado de muchas jornadas de trabajo ganó y le obligó a cerrar los ojos y liberar el cuerpo de la tensión de estar parado. Nadie, salvo un hombre corpulento que estaba detrás de él, se dio cuenta de ello. El gigante, poco tolerante con la gente lenta, despertó violentamente a Rodrigo. El somnoliento joven treintañero terminó de reaccionar cuando el tren naranja pasó a escasos centímetros de su rostro. El ejército de ciudadanos apurados alistó mochilas, codos, hombros, audífonos y portafolios para abordar el transporte. Rodrigo no podía contarse entre ellos. Era la primera estación de la línea. Los afortunados y agresivos disfrutarían de un asiento donde dormir una siesta, estudiar, escribir o comer. Las puertas se abrieron. Una salvaje lucha estaba por iniciar por el derecho a soñar.

Rodrigo sabía que no podía acercarse más a la chica. Prefirió olvidarse de ella, aunque la tenía junto a él. Dos, tres pasos y se apoderó de un asiento. Ella hizo lo propio con otro del otro lado del vagón. Ambos quedaron frente a frente durante pocos segundos. La chica sonrió, pero el amable gesto fue borrado por sacos, chamarras y bolsas a la mirada de Rodrigo. Él, resignado, se dispuso a tomar una ligera siesta: de cualquier forma, bajaría del metro hasta la penúltima estación. Cerró los ojos e intentó desconectarse del resto del mundo. Fracasó. Muchas personas platicaban y el ruido propio del movimiento de tren lo aturdía.

Frustrado su intento de siesta y empezando a sufrir los efectos del calor humano, Rodrigo sacó un libro de su mochila. El Castillo de Kafka. Leyó ávidamente cinco páginas. En la sexta, sus ojos parpadearon pesadamente y le costó un gran esfuerzo tratar de volver a abrirlos. Pasó otras siete páginas y volvió a cerrar los ojos. Cabeceó: Morfeo lo había domado.

Primero, una densa capa de color negro. Solo sonidos que se iban apagando. De súbito, una cascada de grises imposibles se hizo presente y en su danza de tonos, las formas comenzaron a surgir en la mente de Rodrigo. La imagen, clara, se mostró entonces: el vagón lucía vacío y él permanecía sentado en el mismo lugar. Frente a él, la chica de su sueño. Ahora aparecía por segunda vez. Se vieron el uno al otro. El tren corría libremente, no hacía escalas; era un viaje eterno. Ella entonces abrió la boca, aspirando para decir algo, pero se lo guardó. Rodrigo no sabía si hablar o permanecer en silencio.

Sin previo aviso, ella tomó la palabra. “Te he visto antes ¿sabes? En un sueño”. Rodrigo la miró sorprendido, sin moverse y contestó. “Creo que puedo decir lo mismo. Y bueno… de hecho, esto es un sueño, ¿qué crees que signifique?” Ella se rascó la cabeza y contestó con indiferencia:”No creo que sea cosa de significados. Encontrarse en un sueño es tan raro que deberíamos hacer algo para no olvidarlo, ¿no crees? Después de todo, esto no pasa muy a menudo”. Rodrigo sonrió y se levantó de su lugar, caminando hacia ella. Se agachó para verla directamente a los ojos y se quedó pasmado en ese movimiento. Ella reclamó “Yo esperaba un beso”. Rodrigo abrió la boca para contestar “Si te beso, no te voy a ver y no te recordaría”. La chica no pareció comprender el mensaje. Se levantó con una mirada fría, dirigida a Rodrigo. “Ya no me veas” Así, puso la palma de su mano sobre los ojos del joven. El negro regresó y a lo lejos, regresaban los ruidos del movimiento del tren, las voces, la música de los vendedores ambulantes. Pero, algo se sentía distinto.

Abrió los ojos. Le ardía la mejilla. Una mujer, alta y bien formada, se abría paso entre los pasajeros de manera violenta y salió visiblemente molesta del tren. Un torrente de miradas acusadoras se dirigió a Rodrigo, tanto de hombres como de mujeres. La chica de sus sueños (porque ahora eran dos) se movió hacia la entrada y se detuvo donde se encontraba Rodrigo. Él, sin haber salido completamente de su letargo, le dirigió unas palabras: “Oye, ¿me podrías decir tu nombre?” Ella, al parecer indignada, le escupió, diciendo: “¡Ni en tus sueños, cerdo! ¡Mamá, espérame!”.

La chica salió. De la mente y de la vida de Rodrigo, así como había entrado. Por un sueño.

lunes, 3 de marzo de 2008

De Borrachos

Las personas que me conozcan en persona muy proablemente sepan de mi condición de abstemio predeterminado y que no suelo tomar mucho... o en muchas ocasiones, no suelo tomar nada. Casi no justifico ni me disculpo por mi semi-repudio a las bebidas alcohólicas. Supongo que debe ser un ejercicio interesante, tomando en cuenta que el embriagarse es uno de los placeres artificiales más antiguos y arraigados. Lo bueno es que nunca he sido discriminado por eso, pero sí, más de uno me ha de hacer cara de "¿de que planeta vienes?". Pero para no extenderme mucho, sólo me resta decir que respeto a quienes saben tomar o no saben y lo hacen; para mí es igual, no dejan de caer bien o caerme mal. Lo único que me incomoda (y bastante) es la "idolatría a la borrachera". Otro día les explico. Además, las consecuencias en la salud son tema aparte.
Y siguiendo la lógica del post pasado, les paso al costo esto que me ya me habia llegado antes, pero que despertó mi interés al leer una carta de una molesta lectura del periódico de protesta Machetearte. Seguro que alguno de ustedes lo ha recibido o incluso reenviado.
LAS 22 ETAPAS DE UNA BUENA PEDA!

ETAPA 1. Copeo leve con botana.
ETAPA 2. Copeo fuerte sin botana.
ETAPA 3. Exaltación de la amistad y el parentesco.
3.1 Mutuas gracias y virtudes
3.2 Te quiero como a un hermano (a)
3.3 Antes me caías mal, pero ahora...
ETAPA 4. Cantos alegóricos y bailes regionales 4.1 Fuera inhibiciones
ETAPA 5. Las netas y los me cae's
ETAPA 6. Aumento de la temperatura y acoso sexual
6.1 Auto presentación con desconocidos
6.2 Llamadas reveladoras a los (a) ex: 'No puedo dejar de pensar en ti'
6.3 Miradas de odio a quién bateo al amigo(a)
ETAPA 7. Revelación de la verdadera personalidad
7.1 El simpatías o mil chistes
7.2 El superdotado
7.3 El políglota
7.4 El corriente
7.5 El trotamundos o viajero
7.6 El depresivo
7.7 El mil ligues
ETAPA 8. Degradación del idioma
ETAPA 9.Vituperios al Clero y al Estado
ETAPA 10. Autosuficiencia moral y económica
10.1 Me vale madre
10.2 Yo pago
10.3 Yo manejo
ETAPA 11. Transmisión de la culpabilidad
11.1 Algo le echaron a las chelas
11.2 Es el hielo, algo le pusieron
ETAPA 12. Repentina pérdida del equilibrio
12.1 Caída libre o resbalones
12.2 Hay wey las peredes se mueven...
12.3 Nunca pense ke las eskaleras estuvieran tan largas
ETAPA 13. Caída del sistema
13.1 Ya valió, ando bien pedo
13.2 ¿Se me nota?
3.3 Pérdida total de la memoria caché... sentado en el bar con cara de pedote.
ETAPA 14. Destrucción del inmueble
14.1 Comenzar a arrojar objetos cercanos
14.2 Sentirse superheroe y tratar de romper paredes
ETAPA 15. Difícil desalojo del inmueble
15.1 Yo no me quiero ir del antro... y estoy bien! ¡me cae de madres que si weeeey! ira ahi te va el 4!
ETAPA 16. Devolución de la botana
16.1 Abrazo al ídolo de porcelana....o donde te sostengas (cubetas, botes, etc)
ETAPA 17. Haciendo tierra o tirando el ancla
ETAPA 18.Taquicardia y delirio de persecución
ETAPA 19. Amnesia, cruda moral y juramentos posteriores
19.1 Estado 'CREDO' (entre crudo y pedo)
19.2 ¿Qué soy novio (a ) de quién?
19.3 ¿Qué besé a quién?
19.4 ¿Qué me acosté con quién?
19.5 Neta güey... no me acuerdo de nada...
ETAPA 20. Recuento de los daños
20.1¿Y mi celular?
20.2 ¿Quién me quemó con un cigarro?
20.3 ¿Y ese moretón güey?
20.4 ¿las llaves?
ETAPA 21. No vuelvo a chupar(clásico)
ETAPA 22. ¿Por qué les hice caso?, no hubiera ido... ¡¡¡No sé por que me llegó a mi ehh!!
¿Les parece conocido? A mí sí. Me ha llegado al menos unos 15 veces y de los contactos más diversos, lo que habla de la amplia aceptación social del chupe. Claro que eso no implica que yo esté al 100% de acuerdo con ello. De hecho, cosas como esta son loq ue yo llamo parte de la "idolatría a la borrachera" y me parece de pésimo gusto, a pesar de sus momentos de comicidad. Sé que los borrachos llegan a ser divertidos (a mí me gusta burlarme de la gente ebria en las fiestas), pero esto no me convence.
Pues bien, los camaradas de Machetearte tuvieron la fabulosa idea de incluirla en uno de sus números y ello provocó la reacción de una lectora, que se lo tomó muy en serio. Yo acostumbro comprar el Machetearte, porque es barato y además te lo ofrecen. El número que compré la semana pasada, contenía la queja de la ofendida lectora. Se los transcribo (ok, ok... no empiecen con "ah!, que hueva!"):
Primero que nada, quisiera poner ne claro que respeto muchísimo su trabajo, me parece un esfuerzo organizativo serio y fructífero e incluso representativo de la lucha en general. Precisamente por lo anterior es que escribo ante ustedes con una inquietud: En el número del 16 al 18 de febrero me preocupó ver al nueva sección (me parece nueva porque no la había visto, y no se desde cuando inició) "Cotorreando Chido" tocar el tema de "las etapas de una borrachera"... me quedé atónita, ya que me parece que en un periódico cuyo slogan se reinvindica la combatividad es contradictorio que se trate de incluir en forma "graciosa" (e incluso pienso se impulsa) uno de los mecanismos de control popular más antiguos de todos: el alcohol.
Si estamos por una lucha organizada y verdaeramente revolucionaria, como espacio de expresión, me parece que es importantísimo que sigan impulsando el pensamiento crítico y creativo que hasta ahora los ha caracterizado, y no resignarnos a que el problea existe y que solo nos queda incluirlo en secciones "chistosas" para burlarnos de ellos. No. Simplemente no em cuadra, pienso que al contrario debería abordarse desde el lado crítico así que me parece que está de más que se agreguen estas secciones... simplemente pueden tener otro espacio, no sé, los correos cadena por ejemplo (porque además... ni siquiera es una sección original, tiene como 4 años circulando por la web).
En fin, una vez más gracias por el espacio... y de todos modos seguiré comprando Macahetearte pues me parece que su periódico ha contribuido de manera importante en mi formación politica, es sólo que en verdad espero que consideren lo que escribí, no estoy en contra de la sección: solo que hay otras cosas con qué cotorrear ¿no creen? ¿Por qué en lugar de generar nuevas ideas se cayó en reproducir ideas capitalistas? y más aún: ¿ Por qué impulsar las ideas de enajenación que por tanto tiempo han tratado de destrozar no solo el poder juvenil, si no el popular?
Si está algo "radical" su postura, pero, usando un poco la lógica, me parece bastante convincente. Claro que decir que es una idea de enajenación que ha tratado de destrozar el poder popular suena exagerado. Lo cierto es que, hoy por hoy, no sabemos a ciencia cierta de algún estudio que se haya publicado de manera masiva que se ocupe de la utilización del alcohol y otras drogas para la manipulación social. Yo no sé. Además resulta curioso destacar que gran parte de los "revolucionarios" modernos antiglobalización son tan borrachos, alcohólicos y pedernales como cualquier otro mexicano de las mismas características. Esta cuestión de una cierta moralidad o no-sé-como-llamarla revolucionaria que menciona esta persona también resulta algo chocante. A mí me dan ganas de explorar el asunto, pero tengo encima otras cosas que hacer.
Ahí sí se los dejo a ustedes. Si toman ¿piensan en estas cosas? ¿Se sienten manipulados? ¿Cuando sí y cuando no? Piénselo, de veras piénselo. Digo, miles de años de costumbre no hacen algo una cosa necesariamente buena.
SALUDOS DESDE EL LIMBO
H.

viernes, 8 de febrero de 2008

Perra Duda

¿Qué le ven las viejas a Johnny Depp?


Jo jo, alguien ya le compuso una canción, así como los Gorillaz se la compusieron a Clint Eastwood y Los de Abajo a Lucio Cabañas

La verdad no lo sé, pero las jóvenes le ven TODO. Bueno, algunas jóvenes. Y otras no le ven nada, nomás fantasean.

Algunas ahorita seguramente me llaman "ardido" en sus globalizadas mentes.

Otras, "envidioso".

Otras, "wey".

Otras, " pobre pendejo".

Otras están pensando en algo más original para describir este post.

Otras se ríen para sus adentros, pero no lo confiesan, porque va en contra de su religión.

Las viejas no leen blogs. Algunas no; dejémoslo así.

Las jóvenes sí. Algunas; dejémoslo así.

John Womack escribió Zapata y la Revolución Mexicana. Y tampoco le ve nada a Johnny Depp.

A una amiga le cae mal Martha Higareda


(Un tributo. Además del video, seguramente le llegaron a Marthita las orejas cortadas de sus enemigos en costales de fibra vegetal)

(Chéquense la foto donde sale con la gorra a la mitad del video; con el efecto visual photoshopeado que le dio el autor, parece que te están presentando a una cómplice del clan Trevi-Andrade o una chica perdida en la década de los 80 y cuyo caso salió en Misterios Sin Resolver)

A otro amigo le gusta mucho.

A mí me gusta espantar gatos y burlarme de los futbolistas.

El mundo ya tomó sus decisiones y nadie me preguntó a mí si estaba de acuerdo.

Conclusión: Johnny Depp y Martha Higareda tienen más dinero que yo y se ven cada semana para jugar al dominó con Jaime Camil y Mena Suvari. Y de nuevo, sin consultarme.

Perra Duda resuelta.

Próxima Perra Duda: "¿Cuantas nuevas quinceañeras habrá el día de mañana en todo el mundo?" Averíguelo... usted mismo.

SALUDOS DESDE EL LIMBO.

H.

domingo, 3 de febrero de 2008

Acá los chómpiras rifan

Enero se nos acaba de morir hace dos días y febrero acabó de asomar la cabeza entre tamales y niños Dios ayer en la noche. Mi aniversario de nacimiento amenaza con celebrarse en unos días más, por lo que mi sentido arácnido se alborotó este lunes pasado y me hizo hacerme unos regalitos después de que me lancé a devolver libros a la biblioteca de mi facultad. El colmo: fueron libros, pero no me importa. Por fin conseguí Farenheit 451 (ni que estuviera tan díficil de conseguir, nomás mi decidia) y pasándome al Centro Histérico, se me ocurrió sería una buena idea visitar por primera vez en mi vida la exposición de Instrumentos de Tortura y Pena Capital. Estoy seguro que ustedes, capitalinos bieneducadosyalmismotiempoalgomorbosos, ya habían visitado dicha exposición; a mi me huele a que esta es de esas que, apenas se sabe que abren, van colísimas a visitarla y que, cuando se sabe que son permanentes o semi-permanentes, la gente ya no va. Un espíritu semisnob morboso parecido, creo yo que imperó en el ánimo de varios visitantes de la exposición de la Kahlo que estuvo en Bellas Artes. Como sea ¿quién soy yo para juzgarlos? Además, esto no era de lo que quería hablar.

La cosa es que, después de vistar la exposición, me dije a mí mismo "Mí mismo, vamos a comprar algo a Donceles". Y así lo hice. Ya venía con mi ejemplar de Farenheit 451 en la maletita y le di como compañeros de viaje El Informe Mancini (una novelita chilena de intriga política de finales de los 70's, que nada más hojeé, pero que se perfila interesante, ahí luego les cuento que tal está) y una adquisición de 5 varitos que me alegra mucho haber encontrado: El habla popular de los jóvenes en la Ciudad de México, de un fulano llamado Alejandro Alarcón. Es de 1978 y en verdad me he divertido bastante leyéndolo. Son de esos libros que uno se echa en menos de hora y media. Del tipo la verdad no se qué sea de él hoy y de momento no me interesa tanto.
Es un texto cotorro. Está escrito en un tono académica con su barniz de marxismo y con un prólogo de Carlos Monsiváis. No sé casi nada de este tipo de estudios, pero por Buda que intentaré conseguir más. Tienes citas de El Laberinto de la Soledad y perfiles psicológicos de los jóvenes chilangos de aquellos años, sólo para rematar con lo realmente hilarante del texto: un apéndice ordenado alfabéticamente de las expresiones populares que se obtuvieron en un estudio de campo.
Hoy en día escuchamos a diario groserías y albures en la calle del diario y las generaciones más jóvenes no tienen idea de la larga historia que muchas de ellas tienen. Algunas de las que leí en este libro se siguen usando, pero otras han quedado enterradas, asomando la cabeza de vez en vez. Conozco quienes algunas de ellas las tacharán de vulgares y ñeras, y yo estoy convencido que en zonas populares de la ciudad que no conozco se deben seguir usando.
Algunas están cagadísimas. Chequen. Nomás para decir "sí" usted, estimado lector, se puede aventar estos finísimos eufemismos.
Cilindros
Cintarazo
Circuitos
Changos, orangutanes y monos
Hígados
Hilachos
Sitroen
Claro que si no anda con ganas de nada, puede negarse:
Naranjas
Nelazo
Nelson (le dijo a Wilson, préstame tu llave Steelson)
Never
Nico
Ni chicles
Nicho
Niguas
Si algo no tiene remedio, nomás diga: "ni módulo, como dijeron los astronautas". Ahora que si está disponible y de acuerdo, no se olvide de decir:
Of curse my horse
Ya estufas
Ya rugiste cañón
Ya tronaste pistola
Ya vas barrabás
Ya vas que chutas
Ahora, amiguito, nomás pon a trabajar tu imaginación y deja de estar viendo porno en internet: Estás con la chaviza, (escondiéndose de la momiza), para echarte un cigarro. Nada como decir, para pedir fuego o un cigarrín, "acelérame el cancer", "préstame las mechas" (porque no te alcanza para el encendedor) o el clásico "conéctame tu ardor". Pero a tí te dicen la mamá de Tarzán, porque le haces a todo, y nomás andas viendo la oportunidad de demostrar que le haces a la mora, a la maciza y que fumándola eres todo un chavo giratorio. Te piden, porque ya te la vas a acabar: "Está bien que mames, pero no te lleves la vaca", "Mánchate ese esmoquin" "Ya presta pa' la orquesta, que te crees el muy ochenta pesos?" No falta el que se acaba de echar Nosotros los pobres y te dice "No muy fufurufo. Ya después de mucho, te caí que no te gira la piedra, pero te siguen diciendo que si se echan la ostra. Tú dices que mejor se vayan por un bacacho, un bacalao sin espinacas, un Bacas Blancas. Ellos no tienen dinero y te dicen "¿Con qué queso las enchiladas?" y tú nomás les dices que no se hagan pendejos y que le entren con su cuerno. Ya mejor después se ponen a platicar de un cuate que le roca la progenitora, porque es muy bueno para eso de las expropiaciones. Que hace poco se voló un guacho de orégano, pero Javier se lo apañó y ahora está calentando cemento en la grandiosa de Lecumberri. Aburridos de esas historias, tú les dices que por qué no te conectan unas gacelas, que ya tienes mucho sin una chamacona, que ya fue mucho de estar en el baño matando al oso sin piedad a puñaladas. Ellos te dicen que están más puestos que un huevo para presentarte a alguien, para que veas como masca la iguana. Tú, agradecido, les dices que se las debes "Al rayo me pongo a mano".
Ya al otro día, tú después de una noche de pasión y erotismo, les cuentas que antes de fueras a burriar con ella, le dijiste que el tigre bajara a tomar agua. Pero que ella se las mascó y no le gustó la idea y que mejor se fueran a raspar suela. Que dijiste "Piratas a su barco", y ella se quedó con cara de que va a toser Pedrito.....
Bueno, ya se imaginarán en resto de esta singular historia.
El punto es: Úsenlas en fiestas y funerales; serán el centro de atención. Impresionen a sus novi@s y amiguit@s al incluirlas en felicitaciones y dedicatorias. Escandalicen a las buenas conciencias profiriéndolas en la iglesia, en la escuela, en la oficina.
Se divertirán, se los aseguro. O al menos si yo me los encuentro cuando lo hagan, pueden estar seguros de que YO SÍ me voy a divertir.
PEACE OUT
H.