domingo, 6 de diciembre de 2009

La reglas del olvido

Huele a pino. Ya se dejan sentir los olores propios del mes en el que el año comienza a morir y pretende refugiarse en la memoria. En esta ciudad, esos olores con frecuencia tienen que ver con agua de frutas cocida, con heno recién traído de quién-sabe-dónde y con algunos fusibles inservibles. También suele percibirse el olor a aceite con harina o el plástico recién desempaquetado de los juguetes. Pero en especial huele a pino.

Como cuando un primo mayor nos contaba cómo era que intentaba infructuosamente quemar un trol con larga cabellera de color lila o el vecino nos presumía que a él seguramente si le regalarían el Taller de Carpintería que se veía en la televisión. Oh sí. Ese olor trae recuerdos tan varipintos como ver a las personas durmiendo en la mesa con tres botellas vacías frente así, mientras se prepara el recalentado.

¿Qué recuerdo como esos conservas tú? Apuesto muchos más que yo. No preguntes cómo llegué a esa conclusión.

Aunque el principio de este mes también trae a la memoria aquellos días de zozobra frente a la computadora, esperando que alguien que no era especial unos meses atrás hiciera su oportuna aparición para hablar de las nimiedades que ocultan mil frases de deseo. y demostrara por enésima vez por qué tienen un lugar especial en la mente. O deberíamos decir "tenía": el participio es importante cuando uno se acostumbra a olvidar bajo consigna. La angustia de ciertas situaciones hace que uno se apresure a acudir con el pecho abierto a las desconocidas reacciones del nuevo inquilin@ delas aspiraciones resucitadas.

Tras dos vueltas de la Tierra al Sol, dos conciencias toman en sus manos un taza de café. Una contiene una buena bebida, preparada de manera que nadie pudiera negar que aquel o aquella que la preparó sabe de lo que habla cuando habla de bebidas calientes. En cambio, la otra está hecha con agua caliente de la llave y con las mejores intenciones. Las conciencias han tenido una historia, la parieron juntas, pero se niegan a hablar de ella. A cambio de eso, prefierenn seguir hablando de esas nimiedades que ocultan.... ocultaban. Ambas aspiran fuerte el vapor de sus tazas. No, no es el aroma esperado.

Yo soy una de esas conciencias. De eso estoy seguro, porque hace unas noches, mi mente se topó con más aromas de los que le es posible contener, antes de obligar a mi mundo a exorcizar algunos rostros. Antes de obligarme a romper las reglas del olvido. Las mismas reglas que no permiten que inventemos, que al fin y al cabo es lo que se hace cuando se recuerda. Pero ni la mente es lo suficientemente fuerte para ceñirse a ese reglamento que, (confiénsalo, tú también lo has pensado) a pesar de lo que se dice, se hizo para ignorarse. Eso fue lo qe pasó hace unas noches. Porque hace unas noches te besé. Quizá por única vez. En un sueño.

No importa lo patético que pueda sonar (¿ es que puede existir alguien que tenga la autoridad para calificar las cosas patéticas?), pasó. Quizá lo complicado sea admitir que -con el aroma de un café insípido acariciándome la nariz y pese a que el reglamento del olvido se hizo para ignorarse- sin creerlo, te diga que ya no te pienso, ni te deseo y sepa expresártelo con mi silencio. Y es que así funciona el mundo.

El frío me golpea el rostro mientras pienso todo esto. Es desagradable. O quizá no tanto. No, porque huele a pino.

H.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja

Genial! entonces en el bosque de Chapultepec se puede sentir la navidad todos los días! jajaja...

Frío! creo que es lo único bueno de estas fechas. Existen dos fechas que detesto: mis cumpleaños (y NO es por el pánico a cumplir años, todo en mí es trancitorio, entre ello la vida misma) y NAVIDAD!!! hate it! jajaja

Pero sí el frío! es que nos abriga con el consuelo de que no puede ser tan malo, al menos para soportar tanto consumismo hedonista... y se me olvidaba! otra cosa buena es cuando mi mamá se disfraza de Santa Claus y se frustra cuando todos los niños la reconocen! (lo que pasa todos los años... oh no! hubo una excepción: cuando se disfrazó de Baltazar - también la reconocieron ¬¬ -).

Besos! pasala bien!

Anónimo dijo...

transitorio* (error mío, no vulevo a escribir tan rápido; bueno sí, porque si no se me van las ideas - o estupideces que tengo que decir y el mundo debe escuchar)

XD