martes, 31 de julio de 2007

De rosas y Bob Ross


Me siento como Bob Ross cada vez que les presumo de mis rosas. El tipo es uno de los recuerdos de mi infancia televisiva más vívidos; nunca voy a olvidar ese cuadro que hice dizque siguiendo sus instrucciones cuando tenía como 11 años: ... No lo tengo a la mano ahorita, pero igual otro día se los enseño.











Este es el único video en que veo a Bob Ross protegiendo a los animales. No he encontrado uno en el que alimente a su ardillita cuando dejaba de pintar. Si alguien lo hace, rólelo.
De todas formas ahí les van. Las lluvias han logrado hacer florecer las flores de manera espléndida. Una de ellas, la rosa rosa, podría ser candidata a ser parte de un perfume. Sólo necesito saber cómo hacerlo. Bueno, mejor se las enseño.









Es todo de momento. Hasta la próxima.



SALUDOS DESDE EL LIMBO

H.



viernes, 27 de julio de 2007

SOY FANS

Verdaderamente fans de esta película que fue doblada bajo el nombre de El Perfecto Asesino. El doblaje es típicamente ochentero y eso la hace doblemente genial. Si no la han visto, háganlo.

Ah! y por si no se dieron cuenta ¡ya pude poner video en el blog! Aplausos, por favor.

SALUDOS DESDE EL LIMBO

H.

miércoles, 25 de julio de 2007

Autocrítica y autocensura

ÉTER VERDE V2 está fracasando horriblemente en su propósito de ser una de tantas alternativas perdidas en internet, ¡nadie se pasea por acá! No dudo que más de uno haya caído por accidente en este espacio (las posibilidades en internet son infinitas), pero deben ser personas que no entienden el español o que definitivamente no creen que lo que escribo valga la pena ser comentado. Vamos, ni siquiera el mail que mandé de manera masiva a mis contactos de messenger tuvo eco. Bueno, sí, uno muy leve. Un solo comentario, que, por supuesto, agradezco infinitamente.
Acabo de publicar las cuatro partes de un cuento que, asumía hasta hace algunos días, era de lo mejorcito que había escrito en mi corta y nada productiva carrera de cuentista. Lo terminé hace ya más de un año, y desde entonces no he podido hacer algo similar. Mis lectores (amigos, compañeros y conocidos míos todos) se han limitado a decirme que les gustó. Mucho o poco, pero les pasa. Decidí desde el inicio de ÉTER VERDE V2, que sería conveniente publicarlo. No lo hice en el blog del space de MSN por que mi maquina se trababa cuando introducía demasiado texto en él. Blogspot es un servidor más amable para este tipo de cosas. He hecho lo que me parece conveniente para promover este sitio y, esperaba que la gente que me conoce y sabe lo que hago, se volcara con entusiasmo a conocer el blog. Nada.
En realidad si esperaba más respuesta de la que he recibido hasta ahora. No es reclamo ni nada. Simplemente, me consterna. Significa que ahora debo hacer más propaganda que antes. ¿Qué chiste tendría que publicara cosas en internet si no va a ver retroalimentación? En todo caso, todo loq ue escribo aquí lo guardaría en mi disco duro y me reservaría muchas opiniones para mejor hacerlo hablando.
Después del lamento, va el verdadero propósito de este post. Sandra y Damián eran, hasta hace poco, mi carta fuerte de presentación como cuentista. Creí, (ingenuamente, ahora lo sé) que era lo mejor que había escrito. Pero lo que estaba haciendo en realidad era dejar que una simple opinión de "está chido" alimentara mi ego. De hecho, he hablado de esto como "mi teoría del amor". Hoy me pregunto ¿qué demonios estaba pensando? ¿Esto es lo mejor que puedo hacer?
Si, querido lector (espero que esté ahí). Me oyó bien. Mucha promoción para un texto más que ordinario. Sabía muy bien que aunque fuera un muy buen cuento, siempre habría muchos mejores; en otros idiomas, en otros países, en otras mentes. Incluso puede ser que mis vecinos tengan ideas más grandiosas que las mías. Pero nunca creí que me lo hicieran notar así. Los primeros lectores del cuento fueron muy condencentientes (creo que acabo de cometer un error ortográfico ¿no?) y solo lo halagaron. Algo debía tener de bueno. Me mantuve sereno. Después sólo recibí opiniones favorables. Lo peor es que mi natural desconfianza no afloró y pensé que tenía al mundo en la palma de mi mano. Es decir, cualquiera que leyera el cuento no encontraría más que los mismos errores que yo ya había identificado y, finalmente les daría la importancia -poca, pues- que yo esperaba que les diera. A cualquiera le gustaría y, aunque no le gustara, reconocería que es bueno.
Supongo que quien esté leyendo esto ya haya leído el texto en cuestión. Si no lo has hecho, ¿qué haces aquí? ¡Húchale! Más abajo están los post con el cuento. Léelo y luego regresas acá. ¡Pero como vas!... Sé que es demasiado para un blog tan poco frecuentado como este decir estas cosas... Bueno, ¿me perdonan? Ok, gracias. A los que ya lo leyeron, vamos a seguirle.
Una crítica que me llegó por mail me hizo notar algo. Después de que publiqué un cuento corto en este mismo blog, recibí una crítica similar en los comentarios de ese post. Es el segundo, por si se lo preguntan (el segundo de mayo de 2007, chéquenle ahí). La cuestión era que, después de una buena narración más o menos decente, se llegaba a caer el cuento por un final muy rápido. Ahora me doy cuenta de que, aunque haga esto de manera intencional, los resultados no me son muy favorables. Mis cuentos parecen padecer de algo que me gustaría llamar defecto del final apresurado. ¿Suena pretencioso? No importa. Lo que importa es que lo noté y quiero reparar este error. Sólo una persona lo detectó en Sandra y Damián. Si hay otra, por favor díganmelo.
Otra cosa que sí me han reclamado es que las partes de las cursivas hacían confusa la narración. Es más que obvio cuál es el propósito de este recurso. Para el que no se haya percatado, son los pensamientos de los personajes principales. También usé las cursivas para darles áun más realce a los protagonistas. He revisado una y otra vez el texto y creo que nunca se me escapó escribir los nombres Sandra o Damián en las intervenciones del narrador; para referirme a ellos, como omniciente siempre hablé de él y ella. Debo suponer que esto también los confudió a varios. Confío en que no hayan sido muchos; procuré ser claro en eso.
También los espacios en párrafos para separar momentos, lugares y situaciones son algo que no necesita demasiada explicación. Es uno de los aspectos que creo me salieron mejor.
El argumento mismo no recibió ni una sola crítica negativa. No me extrañó; creánme que cuando afirmo esto, me doy cuenta de lo engreído que pude haber aparecido frente a mí mismo sin importame.
Pues bien, todo cambió cuando recibí una crítica de cierta persona que acabo de conocer. En sus términos, mi cuento parecía un fan-fic, era (como algunos ya me habían dicho) confuso para seguir y, esto es lo que más me sorprendió, la narración era pésima. ¡Pésima! ¿Mi narración? No me lo creí en ese momento. Pero bueno, veamos con más detenimiento a que se pudo haber referido esta persona. Debo decir que me quedé tan frío con esto, que una o dos palabras, huí cobardemente de la conversación cambiando de tema. No supe como reaccionar. Creo que si hubo más referencias a esto, pero fueron detalles menores.
Primero, llamó a cuento fan-fic. Según Wikipedia, un fanfic es una tergiversación de un universo o mundo previamente creado en alguna obra de ficción. Al hacer un fanfic, el escritor utiliza situaciones, personajes, lugares, tiempos, etc. de la obra original para él hacer una propia. Continuaciones y situaciones alternas son algunas de las formas más socorridas del fanfic. El modismo viene del inglés y literalmente significaría ficción del fan. ¿Quieren saber más? Vean en Wikipedia. De acuerdo con lo anterior ¿hice un fan-fic? Conscientemente, no. Inconscientemente, quién sabe. El argumento de Sandra y Damián es un intento de originalidad. Un amor obligado e impuesto, no desde fuera, sino desde dentro. Se acepta al principio y se renuncia a él después de percatarse de lo que lo motiva. Un final trágico es lo que terminaría de enmarcar el cuadro. La muerte de los protagonistas es, sin duda, un camino tremendamente socorrido. Pero visto de manera rápida, este cuento podría ser parte de la eterna reedición de la historia de los enamorados que sufren por no poder estar juntos. El intento de este cuento, desde mi punto de vista, era el de hacerlos sufrir precisamente porque estaban juntos. Suena muy mamón, pero ese era uno de mis motivos principales.
Suena bastante pesimista ¿no? ¿Qué solución habría de proponer? Consciente de que una historia de enamorados se arriesgaba a caer en lo mismo de siempre, quise sacarme de la manga una idea que ahora no recuerdo de donde saqué. Inventar el amor. Quise salvar mi historia de la repetición y reinvindicar al resto de las historias de enamorados para hacerlas fabulosas cada una en su propio universo. Sandra y Damián debía ser una historia única. Quise engañar al lector para hacerle ver en este cuento una historia nunca antes contada, algo nuevo, a pesar de ser tan familiar. Otros detalles parecen haberle dado al traste con este propósito que suena a obsesión posmoderna: ser original.
La pésima narración, no sé a qué se refería excatamente. Si lo dijo, fue por algo. También me mencionó que parecía un guión de teatro. No supe como tomar esto. ¿Exceso de diálogos? Puede ser. Oigan, sí, ¿por qué tantos diálogos? Ah! sí, ahora lo recuerdo. En un principio, la idea era un cuento hecho únicamente de un diálogo telefónico. Los personajes mismos nos dirían cual había sido su historia y ellos le pondrían fin. Ambicioso ¿no? Después la idea evolucionó en hacerlo en varias conversaciones en distintos momentos de la relación amorosa de los protagonistas. Una cosa era pensarlo y otra muy distinta ponerse a escribir. Y bueno, quedó como se los entrego ahora. Errores, genialidades y detalles surgieron sobre la marcha.
(Debo decir que tengo un prejuicio injustificado, injusto e irracional contra los fan-fics. Usando un lenguaje de querer pasarse de lanza y con una actitud de aquí nomás mis chicharrones truenan, creo o más bien creía, que dichos textos eran producto de mentes muy alineadas y poco creativas. Ahora mismo comienzo a rectificar mi postura. Quizá se deba a esto que quiero defender mi argumento con palabras rimbonbantes, porque no me gustó que me dijeran que uno de mis cuentos parece fan-fic)
Pero hay otros detalles que ahora debo poner al descubierto. Por si no lo notaron, dos personajes aparecieron siendo algo intrascendentes y terminaron siendo determinantes: Mariana y, claro, su hermano, el Perro. ¿Qué me sucedió? Creo que no pude manejar una situación de dos en toda la narración. Necesitaba soportes. Y los soportes acabaron teniendo su propia historia. Recuerden al Perro discutiendo con su hermana. El drama de Mariana me superó. Posiblemente ahí me ganó la influencia de la manera de narrar de las series norteamericanas de televisión en boga, de manera inconsciente. Tampoco quiere decir que fuera algo necesariamente malo para la historia central. Un desliz afortunado lo llamaría yo, aunque la opinión final la tendrá el escrupuloso lector.
Lo que ahora, al releer el cuento, sí puedo decir que es algo que a mí en especial no me gustó, es que parece que el defecto del final apresurado acabó apoderándose de situaciones menores a lo largo del cuento. Díganme si no: Sandra perdona a Mariana de manera bastante... no sé como llamarla, ¿simple? Es cómo si el autor tuviera una prisa por pasar a un momentos distinto, apresurando el desenlace de algo importante. Ponerle punto final a un conflicto que, ahora lo noto, nunca se ve muy claro. Creo que las cosas hubieran sido distintas si hubiera dejado que Sandra siempre le hubiera guardado rencor a Mariana. Mis personajes son adolescentes, pero si quería mostrar caracteres cambiantes, frágiles, inseguros debí haberlo hecho en otras situaciones. La manera en que el Perro y su hermana se reconcilian tampoco me parece uno de los mejores momentos. Poco convincente, sí; eso es. Son escenas poco convincentes. Viéndolo desde fuera, creo que así es y ¿ustedes?
El lenguaje que usan los personajes, no sé en qué medida es una extensión del que uso yo en mi vida diaria. Si las coincidencias son muy evidentes, entonces mis dotes camaleónicas no son muy buenas aún.
Y a propósito de la identificación del autor con sus personajes, pues creo que ante mí mismo, salí bien librado. No creo haberlo hecho, ni en los nombres que escogí para los personajes ni en distintas circunstancias de sus vidas. Quizá la posición socioeconómica o algún detallito así, el billar o el messenger, qué se yo. Ahí si me siento algo confundido en valorar estas posibles identificaciones como algo bueno o malo. Quienes me conozcan más, juzguen. ¿Qué hay de mí en mis personajes?
Hasta aquí la autocrítica. No sé hasta qué punto haya logrado una buena crítica de mi propio trabajo. Es un ejercicio que no practico con frecuencia. La sensación es satisfactoria. Como si le ganara a los detractores en notar cosas que ellos no detectarían o que no verían nunca. ¿Es eso realmente lo que motiva esta autocrítica? Entonces qué poco humilde soy. O quién sabe. Mejor ahí le dejo.
Hasta la próxima.
SALUDOS DESDE EL LIMBO
H.

martes, 24 de julio de 2007

Sandra y Damián pt IV

IV
- Hola, don Nico.
- Hola Fernando.
El Perro deslizó su agresivo perfil en aquella habitación de la vecindad. Encontró un cuarto abarrotado de cuadros pintados con óleo. Paisajes, retratos y figuras abstractas encontraban su sitio en medio de aquel desorden. El propietario del cuartito era don Nicolás, el viejito loco de la vecindad, velador de la bodega de aluminio. Veterano de la guerra cristera, había trabado amistad con el Perro, cuando ambos se encontraron en una clase de pintura al óleo en el Centro. Fernando (el Perro) había dejado la pintura. “Nunca me atrajo mucho” decía. Aquel viejito loco era una de las pocas personas con las que sentía que podía sostener una buena conversación, pues el hombre, además de creerse pintor, acostumbraba pasar su tiempo entre libros de filosofía, historia, poesía.
- ¿Y esa sorpresa, Fernando?
- Ya ve, don Nico, nos mudamos a otro lado dentro de poco y pues quería venir a despedirme.
- ¿A despedirte? ¡Por Dios! Puedes venir a visitarme cuando quieras. Pero, la verdad si me entristece que no vengas tan seguido como antes.
- Si lo sé, los problemas en mi casa están gruesos… ya sabe, mi hermana…
- ¡Ay, Marianita! Bueno, no todos salen tan tranquilos. Acuérdate de cuando casi te meten al bote, tú tampoco cantabas mal las rancheras. Pero bueno…
- ¿Y ese cuadro?
El Perro señalaba hacia una pintura donde aparecían dos figuras, una masculina y otra femenina, abrazados. El trazo era confuso y el óleo tenía una consistencia muy cremosa. Era como si la escena estuviera pintada con sangre coagulada. Eran solamente las dos figuras sobre un fondo que parecía un remolino, donde se confundían colores como turquesa o naranja.
- ¿Ese? Pues lo pinté hace poco. Es que un día vi a un par de muchachitos en la calle abrazados. Hacían bonita pareja, pero estaban llorando. Cuando llegué a la casa al día siguiente, me puse a trabajar y mira, ahí está el resultado.
- Está muy chido, ¿cómo lo va a titular?
- Aún no tengo un nombre para él. Pero pronto lo voy a vender. Fíjate que un señor me dijo que podía instalarme en uno de esos jardines del arte donde pueda vender mis pinturas. ¿Estaría bien no?
El Perro lo miraba admirado.
- ¿Qué te pasa, Fernando?
- Es que… su cuadro me hizo acordarme de un amigo que tengo que se acaba de mudar y pues, cuando me dijo que había visto a una parejita llorando me acordé de lo mucho que sufrió con su última novia. Ella se sintió mucho de que se haya ido.
- ¡Ah, el cariño de los jóvenes! Si esas separaciones duelen mucho. Por eso se me ocurrió pintar esto. Ese dolor es universal ¿no crees?
- Si, tal vez. ¿Qué podría decirle a él si una vez me lo encuentro? Debe estar deshecho.
- No lo sé, Fernando. ¡Pero mira qué hora es! Ya me debo ir al trabajo.
Don Nicolás se levantó de su silla pesadamente y tomó su sombrero y su chamarra. El Perro se levantó también y juntos salieron de la vecindad. Don Nicolás cerró con llave.
- Bueno, Fernando, pues mucha suerte, espero que sea mejor el lugar a donde se mudan. Espero que me visites ¿eh?
- Si, como no, don.
Don Nicolás se alejó con su paso lento, tranquilo y pausado. Pero algo lo hizo regresarse.
- ¿Quieres un consejo para tu amigo, Fernando? Dile que se mire en el espejo.
El Perro quedó consternado ante esta respuesta. Solo acertó a ver la extraña figura de don Nicolás alejarse de la vecindad.

En el pequeño departamento del Perro había agitación. Era un constante mover aquí y allá. Que si dejábamos la lavadora, que si dejábamos la estufa. Que si dejábamos los discos de Mariana.
- Yo quiero un cuarto aparte, ya no pienso compartirlo.
- Si, hija, ya te oí.
- Y espero poder usar el teléfono más seguido y que la gente que me hable no tenga que escuchar más la voz de mi hermano…
Su madre la miró de reojo.
- ¿Por qué lo dices?
- Pues que hay gente que quiero que sólo me hable a mí.
- ¿Cómo Damián?
Mariana bajó la mirada. Su madre se acercó y la tomó del rostro con suavidad.
- ¿Aún no lo olvidas, hija?
- No quiero hablar de eso, mamá.
- Está bien. A mí me caía bien ese niño. Desde que te interesaste en él, ya no andabas de un lado para otro cada ocho días tomando. Creo que te hizo bien. Pero en fin, ya no está más.
Mariana decidió no hacer caso de lo que su madre dijo y continuó empacando algunas cosas. Poco después se llevaron algunos muebles a la nueva casa donde habrían de vivir. Pero lo más curioso resultó en que ni siquiera cambiaron de colonia. El Perro se lo preguntaba una y otra vez. Probablemente el cambio le haría bien a él y a su hermana. Él había dejado una huella profunda en los dos, pero ya no estaba más. Cuando él y su madre finalmente se trasladaron a su nueva residencia, el Perro no pudo evitar una expresión de asombro, pues no había visto la casa antes.
- ¿Qué pasa, hijo?
- ¿Cómo es que decidieron cambiarse aquí, mamá?
- Pues pensamos que era hora de salir de ese edificio. Ya sabes, cuando nos llegó ese dinerito, pues fue lo primero que decidimos hacer.
- Pero ¿por qué aquí?
- Ay! Tu padre no quiso salir de la colonia y cuando nos enteramos de que esta casa se había desocupado, pues no vi ningún inconveniente. Además es mejor que el departamentito ese ¿no crees? Tu abuela siempre me dijo que no saldría de la colonia donde vivíamos y ya ves, acabé casada con tu padre y viviendo en estos rumbos; creo que les tomé afecto.
La señora acabó su justificación así y entró en su nuevo hogar.
- ¡Ah! Antes de que se me olvide, recoge a Mariana de la escuela, no se vaya ir a la unidad.
El Perro asintió un poco distraído y se dirigió a la escuela de Mariana.

-¡¿Qué?!
- Como lo oyes, vivimos en la casa de Damián.
Mariana no podía creer que su hermano fuera por ella a la escuela, pero había pasado por alto que se habían mudado y probablemente se dirigiría a la unidad habitacional donde solía vivir si su hermano no la hubiera buscado a la salida de la escuela. Pero lo que no acababa de sorprenderla era el hecho de ahora vivía en el mismo lugar donde solía habitar la persona que más había querido. Era algo de desconcertante.
- ¿Qué pasa, Mariana?
Ella se quedó en silencio y volteó a un lado.
- Espero que no te molestes… Yo estaba enamorada de Damián y bueno… creo que lo presioné tanto que llegó a creer que él también me quería igual y después… creo que se dio cuenta de que no era así y…
El Perro escuchaba atónito lo que su hermana le confesaba.
- ¿Por qué no me lo habías dicho?
- ¡Porque no soportas que tenga novio, parece que me quieres tener siempre en la casa, encerrada!
- ¡Pues mira lo que hacías todos los viernes! Nada más ibas a embriagarte…
- Para olvidarme de que tengo un pinche hermano que se la pasa metiéndose en mi vida…
- Pero ¿a qué costo?, eh? ¿ya te olvidaste de tu aborto?
Mariana miró con desprecio a su hermano. Los gritos de ambos habían llamado la atención del resto de los muchachos que estaban en aquel lugar, pero no se atrevían a acercarse, pues conocían bien al Perro. Mariana comenzó a sollozar.
- Pero desde que me enamoré de Damián y después de aquel día en el billar, ya no pensaba en otra cosa, dejé de tomar… Entiende que nunca creí que aunque yo dejara de hacer esas cosas, tú dejarías de molestarme… aprendí mi lección, ese aborto fue una experiencia horrible… entiéndeme, por favor.
El Perro conocía bien a su hermana; sabía cuando mentía. Y en ese momento estaba diciendo la verdad.
- Creo que he sido injusto contigo, Mariana.
Ella, que había mantenido su mirada al suelo, levantó el rostro, mirado a su hermano a los ojos.
- Sí, lo reconozco y la verdad… Damián era mi carnal casi casi, tal vez nunca me hubiera opuesto si me hubieras dicho. Me imagino que de cualquier manera él tampoco me hubiera dicho nada. Creo que ya eres lo suficientemente madura para tomar tus decisiones y no me corresponde decirte con quién debes andar.
El tono del Perro se había suavizado bastante.
- Espero que me puedas perdonar…
Mariana miró a su hermano y lo abrazó.
- Claro que te perdono. Espero que no nos vuelva a pasar esto. Disculpa que haya estado tan alterada, es que… que vivamos en la casa donde vivía Damián me desconcertó mucho.
- Vámonos ya.
- Disculpa si lloro…
Mariana se soltó en llanto y el Perro la abrazó. Momentos después ambos abordaban un taxi y se dirigían a su nueva casa. En el preciso instante en que el taxi arrancaba, de la escuela salió ella y miró a Mariana detrás de la ventanilla, con los ojos cansados de tanto llorar. Mariana también la miró a ella; quiso bajar a hablarle. Le debía una disculpa.

Probablemente ella me extrañe menos que yo a ella. Una piedra salió de su mano para golpear la superficie del lago. Miró a su lado para mirar a su acompañante. Se supone que es mi novia, pero… El paseo por Chapultepec no acababa de convencerlo. Miró el resto del lago. Algunas barcas hacia la orilla, algunas personas caminando por aquí y por allá, algunos patos en lo más alejado. El sueño comenzó a ganarle y empezaba a pestañear. Se incorporó un poco para ver su reflejo en el agua. ¡¿Qué pasa?!

Al salir de la escuela, ella debía ir a recoger un encargo de su padre, por lo que se puso en marcha, porque esperaba llegar a dormirse a su casa. Había sido una semana de locos. Una fiesta el martes, un trabajo en equipo el lunes, cena con los tíos el jueves. Ahora sólo quiero acostarme y dormir. Me la estoy pasando muy bien y sin pensar un solo momento en… No, no Sandra, ni siquiera menciones su nombre, ya quedó atrás. Prefirió recordar cosas buenas que le había pasado en esa semana, lo que hacía que caminara de manera despreocupada e incluso, distraída. Se encontró con algunas personas, las saludó efusivamente; amigos y amigas la notaron más alegre, más disponible, más feliz.
- Parece que te hizo bien que Damián se fuera ¿no? –era una cuestión que sus amistades le planteaban cada vez que se encontraban con ella; era una cuestión que ella evadía hábilmente hablando de otra cosa.

Es increíble la forma en que ha cambiado mi vida desde que se fue. Parece que no lo extraño, pero aún tengo el sabor de su boca en la mía; no lo sé, pero creo que poco a poco lo estoy superando, es grandioso. La tarde se antojaba deliciosa para pasear cerca de un lago. ¿Por qué no?

- Pero Damián, ¿Qué te hice?
- No, tú no hiciste nada, soy yo; yo tengo este problema y no puedo seguir así, no voy a dejar que tú también cargues con él.
- Pero puedo apoyarte… no me dejes, Damián, yo te quiero demasiado…
No era justo que esa tarde maravillosa terminara de esa manera. Esa maldita imagen, esa maldita imagen. Él no concebía la tranquilidad en ese momento y era mejor dejar a Itzel, no era justo para ella verlo así de esa manera.
- No puedo ocultarlo más… Aún recuerdo a Sandra… no puedo sacarla de mi cabeza.
La infeliz Itzel no pudo escuchar más y se alejó llorando de ahí. Él, paralizado por la reacción de su ahora ex novia, no acertó a saber qué hacer. Ella estaba ahí, lejos de su vista, viéndolo asimismo, escuchando la discusión, sorprendida. ¿Es verdad, Damián? ¿Es que aún sientes algo? Quiso acercarse a él, decirle que estaba ahí, para que volvieran a ser ellos, solamente ellos. Pero por alguna extraña razón, no era eso lo que ella realmente quería.

Era algo extraño. Parecía un espejo muy bonito, pero al acercarse a él, Mariana podía sentir algo más; un ambiente pesado, una esencia que la llamaba. Súbitamente, pensó en ella, sintió que debía ir a verla y no guardárselo más. Debía hacerlo. Tomó el teléfono y marcó su número.
- Si ¿bueno?
- ¿Se encuentra Sandra?
- Soy yo.
- Ah! Este… mira soy…
- Sé quien eres, reconozco tu voz ¿Qué quieres, Mariana? ¿No te bastó con lo que me hiciste? ¿Todavía tienes el descaro de hablarme?
- Sólo escúchame, por favor, sé que no merezco siquiera mirarte, pero necesito que me escuches…
- ¿A ti? Pinche zorra… no tienes madre… primero David y después Damián ¿Qué? ¿Quieres hacerte mi amiga otra vez para bajarme a los novios? ¿O qué?
- No, Sandra, no entiendes.
- Entiendo lo suficiente, creí que eras mi amiga, siempre te soporté todos tus caprichos. Siempre te defendí de lo que decía mi mamá de ti… Ahora sé que me equivoqué conmigo. ¡Nunca debí conocerte!
- Sandra, yo solo quiero que hablemos…
- ¡Cállate! ¡¿Qué chingados no entiendes?! ¡Tú y yo no tenemos nada de que hablar!
Hubo un súbito silencio. Mariana creyó que ella colgaría el teléfono, pero alcanzó a escuchar algunos sollozos. Supo que era su momento. La conocía bien.
- Sandra, sé que no tengo el derecho a que me perdones. Lo sé, pero aún así, quiero pedirte una disculpa porque Damián significó tanto para mí que no podía soportar la idea de que él sufriera por lo que más quiere: por ti.
- Buen momento para decirlo.
- Hay algo más que me motiva a hacerlo porque sé que no podría darte la cara, de lo avergonzada que estoy.
¿Es cierto? ¿No me mientes, Mariana? Te vi llorar y sé que estás arrepentida, pero primero debo tragarme mi orgullo.
- Sandra, estoy viviendo en la casa donde vivía Damián.
¿Qué dices?
- …y he visto cosas raras en lo que solía ser su cuarto. Creo que es algo que les concierne a los dos. Sandra, me he dado cuenta de que Damián y tú deben estar juntos; es lo mejor par él por lo mucho que lo quiero y tú, porque no quiero que la única amiga verdadera que he tenido conserve ese rencor hacia mí; también quiero que sea feliz.
Creo que sé de qué hablas, Mariana.
- Bueno, Mariana… yo… creo que puedo perdonarte, pero debes entender que nunca te veré de la misma forma. Nunca voy a olvidarme de lo que me hiciste.
- Estás en todo tu derecho. No te culpo, lo admito, no me comporté muy bien.
Por el teléfono, Mariana podía adivinar que ella estaba mejor, que podría ser feliz. Y escuchó su llanto.
- ¿Sandra? ¿Estás bien?
- Me alegra haberte perdonado. Gracias, Mariana, solo debía sacarme esto de adentro. Ahora estoy más tranquila. Ahora deja que las cosas pasen. Adiós.
- Pero Sandra, el espejo de Damián…
Se escuchó un tono. Había colgado.

“Y sólo somos nosotros. El mundo no importa, la distancia no importa, el tiempo puede pasar, solo pensamos en estar juntos. No somos tú y yo, somos nosotros. Y eso es lo único que importa”. Mariana se miraba el espejo sosteniendo frente a sí la hoja que contenía estas palabras, escritas para ser leídas reflejándolas en el espejo. Mariana cerró los ojos y trató de comprender. Esa era la letra de él; la hoja había sido encontrada debajo del espejo. Había algo que debía hacer. Y durmió profundamente. Y Mariana durmió.

Siento que estoy cerca de ella. Puedo sentirlo. Manejaba el auto furiosamente. Quería llegar a su casa. Y ella saldría a recibirlo. No podía equivocarse de nuevo. Eso nunca debió terminar. No, nunca.

Mariana se despertó de inmediato. Había algo en ese cuarto. Podía sentir que el espejo la llamaba. Fue hacia él.

Se estacionó y salió rápidamente del carro. Corrió a la puerta. Se detuvo antes de tocar; contempló el cielo de la tarde y recordó como esos rayos jugaban con sus cabellos color bronce. Una sonrisa. Tocó a la puerta. Esperó. La puerta se abrió y el umbral lo dejó verla. Ambos se miraron, como si no se conocieron; como si se enamoraran de nuevo.

Mariana contemplaba el espejo. Sabía que si bajaba las escaleras, no encontraría a nadie. Que si se asomaba por la ventana, no hallaría persona alguna en la calle. Que si prendía radio o televisión, no escucharía ni vería nada. Nada. Solo el espejo y ella. Tocaron a la puerta del cuarto.

Ninguno de los dos pudo contenerse. Soltaron lágrimas. Se acercaron y se abrazaron. Era un momento distinto a todos los demás. Sus rostros se volvieron a fundir en un beso. No hubo palabras

La puerta se abrió y dejó entrar a dos figuras vestidas de blanco. Eran él y ella, tomados de la mano. Se acercaron a Mariana. Él se miró al espejo. Ella también. Y ahí estaban. Como dos parejas mirándose frente a frente. Dos voces se escucharon. Eran las de ellos.
- Y ahora sólo somos nosotros.
Mariana miraba espantada. Eran los reflejos en el espejo los que habían hablado.
- Éramos nosotros. Siempre fuimos nosotros. Desde el principio. Solamente quisimos que se encontraran. La pulsera verde, la puerta, los labios. Todo era parte del mensaje. No podían separarse.
De pronto, él tomó la palabra y le contestó al espejo.
- ¿No podíamos? Lo hicimos, porque, aunque duela debíamos hacerlo, nunca hubiéramos sido felices juntos.
Ella se adelantó y también le habló al espejo.
- Con esas señales sólo consiguieron asustarnos. Nosotros ya habíamos tomado una decisión…
El espejo contestó.
- ¡Pero nos amamos! ¡Y debemos estar juntos! No hay otra manera. ¡Nosotros dependemos de ustedes! ¡Y ustedes van a estar juntos, quieran o no!
Fue una contestación enérgica. Pero él no se dejó intimidar.
- Lo que más me duele es que ahora veo que todo esto nunca fueron mis sentimientos, nunca fue mi decisión. Llegué a amarla, pero porque algo me obligó. No me arrepiento de haberme dado cuenta. Tú, en el espejo, sólo eres la mitad que quiere hacer lo que yo no quiero hacer. ¡Tú eres yo! ¡Y yo ya decidí que no estaremos juntos!
Ella se adelantó una vez más.
- Y nuestros sentimientos, ¡sólo un vil instrumento del destino! ¿Amor? ¿Creen que ahora que hemos descubierto esto, vamos a creer en el amor? ¡El espejo nos habla! ¡Es solo un maldito reflejo! ¡Un reflejo de nuestra cobardía! ¡Nadie nos enseñó a amar! ¡Nadie nos dijo qué era lo valioso, lo hermoso, lo importante! Vivimos a la deriva, ¡Sólo para sufrir, para que nos digan que no podemos amar, porque somos jóvenes! ¡Sólo para que nos hablen de obsesión! Todo el mundo solo nos ha demostrado una cosa…
Tomó un frasco de vidrio que estaba encima de la cama y lo tiró al espejo. Ahora sólo había pedazos. Ella se soltó a llorar y se puso de rodillas. Él se agachó e intentó consolarla. Mariana miraba sorprendida. No acertaba a decir cosa alguna. Ella, en medio de la desesperación y el llanto, sólo gritaba.
- ¡¡No existe el amor!! ¡¡No existe!! ¡¡Solo nos han mostrado que no existe!!
Mariana no pudo soportar aquella mirada que él le dirigió, una mirada que le exigía que se marchara. Mariana salió de aquella habitación precipitadamente y tropezó quedando inconsciente. Y ahora solo somos nosotros, para amar y para sufrir.

Despertó. El Perro estaba ahí. Con una mirada de tristeza.
- ¿Qué pasa, Fernando?
- Damián y Sandra…
- ¿Qué, que pasó con ellos?
- Hubo un accidente, mientras iban en el coche de Damián… ambos…
Mariana no quiso escuchar más. Sólo abrazó a su hermano.

Pasaron tres meses. Era una tarde espléndida. Fernando recorría el jardín de arte viendo las pinturas. Pero en realidad buscaba a don Nicolás. Había recorrido ya bastante y solo quedaban algunos por ver. De pronto, su rostro se iluminó al ver un cuadro.
- ¿Qué te parece el título?
- Muy apropiado.
- No lo sé, pero cuando me enteré de la muerte de esos muchachitos, algo me dijo que ese cuadro debía llevar sus nombres.
- ¿La inexistencia del amor? ¿Por qué ese subtítulo?
- Es una idea que no puedo explicarte. Pero hay algo que sí te puedo decir. Esos amantes del cuadro quieren estar solos, por eso no la voy a vender.
- ¿Entonces por qué la tiene aquí?
- Para que vean el mundo como ellos lo quieren ver. Sin intervenir entre ellos. Para que la gente vea como el amor no existe, que deben inventarlo. Y estos amantes, créeme, inventaron su propio amor. Por eso este cuadro es tan especial.
- ¿Cómo puede decir estas cosas, don?
- Me vi al espejo hoy en la mañana.

Fernando sonrió. Ahí estaban. Ya no eran él y ella, ni siquiera eran ellos. Eran Sandra y Damián. Y nada más.




Ahí lo tienen. Ya recibí una crítica moderadamente fuerte acerca de los defectos que tiene. Agradecería otra.

SALUDOS DESDE EL LIMBO


H.

domingo, 22 de julio de 2007

Emofobia pt.1

Aun no acierto a comprender porque el sufijo griego phobos se utiliza en el lenguaje común para dos cosas distintas aunque cercanas entre sí: miedo y odio. Si hablamos de aracnofobia, todos sabemos que se trata del temor o terror a la arañas. Si alguien dice que odia las arañas, es poco probable que sea un odio exacerbado a las distintas especies de arácnidos que llevan ese nombre común y esa persona haga todo lo posible por exterminar dichas especies del planeta, ni que sienta placer en el dolor de las arañas o las envie a campos de concentración en una enferma demostración de megalomanía creyendo que es una especie superior y pretendiendo que las arañas deben morir.... ¡absolutamente todas!!!



Ah! (tosiendo) Ejem! Disculpen, me dejé llevar. La cuestión es que la connotación de odio no aplica con aracnofobia. Pero si en homofobia. Literalmente podría significar miedo a lo igual o miedo al hombre (ser humano). Y es odio a los homosexuales. Esta fobia sí resulta en agresiones y discriminación; también puede ser temor, pero ahí sí no tengo autoridad para opinar. Pregúntenle a alguien que sepa. En fin, el término xenofobia también tiene la misma connotación. (Significa odio a los extranjeros, para el que no sepa... ¡hay gente que no sabe! ¿yo qué?)


Resulta que viendo que la sociedad actual está tan inundada de tendencias en el ámbito urbano, me he topado con una especialmente curiosa : el emo. Relacionado con cierto tipo de música, sus "seguidores" aseguran que más que una moda, es un estilo de vida. Yo en lo personal no atrae ni tantito. De hecho, se me hace una apología a la depresión de los pubertos desadaptados y la descomposición de un modelo de familia y sociedad... que, para colmo, también importamos del imperio de las hamburguesas de allende el Bravo. Hasta lo malo se los copiamos... en fin, esa es una opinión que posteriormente desarrollaré y matizaré (e incluso podría modificarla) en un post distinto. El propósito de este es un tanto distinto pero también relacionado con el emo. Dada mi aversión APARENTE (hasta frente a mí mismo) por esta o este... no sé ¿"movimiento"? ¿"tribu urbana"?, acuñé un término que se mueve con libertad en la ambiguedad de las fobias que expliqué renglones más arriba: EMOFOBIA.



No es odio a los emos. No es temor a los emos. Es una sensación de extrañeza combinada con rechazo frente a ellos o ellas. Y como la Real Academia no tiene una puta idea de un término como este, me siento con la libertad de ponerle el significado que yo quiera. En función de esto, quisiera compartirles algo que me llegó en un boletín de MySpace a mi perfil en ese sitio.



Contén tu sorpresa. Sí. Tengo MySpace. Tampoco te emociones. Tampoco soy tan popular como Tila Tequila o The Mars Volta. ¿Quieres visitarlo? Ahí esta la dirección a un lado de los posts. ¿Quiere seguir con esto? Sigue leyendo.



La persona que me lo envió cayó en la trampa y contestó. Se supone que es... bueno, mejor se los enseño para no tener que explicarles:



Borra el porcentaje anterior y anota el tuyo multiplikando el total de tachitas por 3 ... ( ese es el porcentaje de "EMO" que llevas dentro )

[ x ] TE GUSTAN(O USAS)PANTALONES DE TUBO.

[x] LA MUSICA ES TU VIDA.

[ ] HAS ESCRITO POESIA O ALGUNA CANCION.

[x] TU CABELLO TAPA PARTE DE TU CARA.

[ ] TE GUSTAN (O USAS) CAMISAS (BLUSAS)PEGADAS.

[ x] AMAS LAS ESTRELLAS.

[x ] USAS,HAS USADO O TE GUSTAN LOS VAN'S.

[ x ] USAS,HAS USADO O TE GUSTAN LOS CONVERSE.

[x] USAS DELINEADOR.[ ] ESTAS EN UNA BANDA.

[x] TU NOMBRE PARA MOSTRAR EN EL MYSPACE TIENE ALGUNA "X" EN EL.

[ ] ENTIENDES QUE "MY CHEMICAL ROMANCE" NO ES EMO.

[ x] ENTIENDES QUE "GREEN DAY" NO ES EMO.

[ ] SABES QUE SIGNIFIGA "MOSH".

[x ]TE SIENTAS SOLO DE VEZ EN CUANDO.

[ x] TE GUSTA MTV.

[x]abces TE TOMAS FOTOS MUY AMENUDO..DE TI Y DE TU CABELLO.

[x] TE SIENTES PERDIDO SIN UN IPOD O ALGO PARA REPRODUCIR MUSICA.

[ x] SABES QUE EL "EMO" NO ES UN ESTEREOTIPO.

[x ]TIENES O TUVISTE LENTES DE AUMENTO CON ARMAZON NEGRO.

[ ]TIENES O TUVISTE UNA MOHACK.

[x] HAS USADO ESMALTE NEGRO PARA LAS UNIAS.

[x ] NO TE LLEVAS BIEN CON TU MAMA.

[ ] NO TE LLEVAS BIEN CON TU PAPA.

[ ] ODIAS DONDE VIVES.

[ ] PIE QUE EL COLOR NEGRO NO ES FEO.

[x ] JUSTO AHONSASRA ESCUCHAS MUSICA.

[x] SABES QUE SIGNIFICA "hxc"

[ ] HOT TOPIC O OSIRIRS NO TE ASUSTA.

[ x] USAS CINTOS DE REMACHES.

[x ] TE HAS HECHO ALGUNA CORTADA EN EL CUERPO.

[x ] LLORAS A MENUDO.

[x] EN TU GUARDARROPA HAY COLORES SOLIDOS Y MAYORIA DE NEGROS PERO NO EXISTEN LOS COLORES AL PASTEL.

[ x] TE SIENTES TRIZTE A MENUDO.

[ x] TE RAYAS EL CUERPO.

[ x]ALGUIEN TE HA DICHO QUE PARESES "EMO". (el bobo de mi hermano para hacerme poner de malgenio)

[x] ESCUCHAS MUSICA CORTAVENAS




Tengo 20 años. Aún a esta edad una persona como yo es vulnerable de caer en modas pasajeras, insulsas y de falso mensaje o contenido. Quien quiere saber "cual es su porcentaje de emo" puede estar a años luz de esta situación o a un paso. O simplemente es un entretenimiento. A fin de cuentas ¿quién soy yo para juzgarlos? Eso sí, a mi no entretiene nada y por eso nisiquiera me molesté en reenviarlo. Bueno, no reenvío muchas cosas.




Bien, analicemos frase por frase para aplicar la emofobia.



Borra el porcentaje anterior y anota el tuyo multiplikando el total de tachitas por 3 ... ( ese es el porcentaje de "EMO" que llevas dentro )

Interesante sistema de encuesta por internet. "Tachitas" No son "equis" ni "taches" ni "cruces". Ni siquiera sus respectivos diminutivos. Son tachitas. Es decir, TACHAS. ¿Algún mensaje subliminal para fomentar el consumo de drogas? No lo sabemos. Y ¿por qué 3? ¿Es un número cabalístico para los emos?


[ x ] TE GUSTAN(O USAS)PANTALONES DE TUBO.

Primera muestra de esterotipo. ¿Por qué habrían de ser los pantalones de tubo algo característico de los emos su uso? Podríamos encontrar la respuesta en la calle, más específicamente debajo de ella, en el metro. Pero qué hueva. Lo que sí es que esos pantalones me parecen de lo más incómodo que hay y el incitar su uso podría frustrar a más de un acomplejado gordito promedio mexicano. Afortunadamente no parece haber casos así. Los gorditos emos se preocupan de serlo solo del cuello para arriba y con algunos accesorios. El resto... ¡lávense bien ahí donde les conté después de andar todo el día en una ciudad como México! Negros y completamente embarrados a su anoréxica humanidad. Esos pantalones definitivamente no pueden ser algo agradable después de viajar en la linea tres del metro en hora pico, ni mucho menos con este calor del efecto invernadero. Si el emo permite a sus seguidores el uso de bermudas, no duden en utilizarlas. Podría salvarles la vida, créanme.


[x] LA MUSICA ES TU VIDA.

¿Perdón? Para mucha gente, la música es su vida. Y no son emos. Por favor, no monopolicen uno de los grandes placeres de la vida. Si quieren hacerlo, métanse a alguna disquera o algo así.


] HAS ESCRITO POESIA O ALGUNA CANCION.

Creo que esto va en la misma línea de la de arriba. Apenas van tres y los emos no parecen demostrar su singularidad. Son incontables las personas que escriben poesía o canciones sin ser parte de esto. Pero bueno, dejemos que se sientan importantes por esto. Piensen en los empleos que se generan en las tiendas "Monster" gracias al consumo de estos homínidos depresivos.



[x] TU CABELLO TAPA PARTE DE TU CARA.

¿Quiere decir esto que hay momentos en la vida de cualquiera en que es emo por un instante? Nomás cuenten la cantidad de veces que su cabello les ha cubierto la cara o parte de ella, si es que el largo se los permite. Ahora piensen en la cantidad de veces que su esencia emo ha salido a relucir de manera efímera. ¿Se imaginan al Tío Cosa? Está más allá del emo. Los supera con creces (inserte chiste aquí).



[ ] TE GUSTAN (O USAS) CAMISAS (BLUSAS)PEGADAS.

Seguramente Ian Thorpe y muchos atletas son emo. Los mortales como ustedes y yo sabemos que ese tipo de prendas son increíblemente incómodas en repetidas ocasiones, pero también despiertan pasiones inesperadas y nos permiten lucir un buen cuerpo (si es que lo tenemos). Los emos podrían estar promoviendo cierto tipo de visión de la vida basada en un esterotipo de vanidad terriblemente nocivo, con lo cual contribuyen con su granito de arena a nuestra ya de por sí materialista y superficial sociedad. O tal vez sólo sea su gusto XD.



[ x] AMAS LAS ESTRELLAS.

Dos posibilidades: Los emos aman el Canal de las Estrellas o son astrónomos. Bueno, podría haber más... ¿Los astrónomos? Nah! No lo creo... ¿y ustedes?



[x ] USAS,HAS USADO O TE GUSTAN LOS VAN'S.

El capitalismo "alternativo" al servicio de una "tribu urbana" o viceversa. No sé ustedes, pero la segunda posibilidad me convence mucho más.



[ x ] USAS,HAS USADO O TE GUSTAN LOS CONVERSE.

¡Porca Miseria! Yo tengo un par de esos. Mejor me reinvindico con el público. No se sientan traicionados. Mejor lean la respuesta anterior.



[x] USAS DELINEADOR.

Tuvimos a los emos delante de nosotros durante siglos y no los notamos. Deberíamos estar avergonzados.



[ ] ESTAS EN UNA BANDA.

¿La legendaria Banda El Recodo de Don Cruz Lizárraga es emo? No lo hubiera imaginado.



[x] TU NOMBRE PARA MOSTRAR EN EL MYSPACE TIENE ALGUNA "X" EN EL.

Los Xavieres, Xóchitls, Ximenas, Félixes y demás están condenados al emo para siempre. Si utilizan MySpace, eso sólo liberará a este terrible monstruo interior.



[ ] ENTIENDES QUE "MY CHEMICAL ROMANCE" NO ES EMO.

¡Claro! ¡A defender el orgullo nacional! ¡Chino no es lo mismo que japonés!



[ x] ENTIENDES QUE "GREEN DAY" NO ES EMO.

Ya, en serio. ¿Importa?



[ ] SABES QUE SIGNIFIGA "MOSH".

Creo que me estoy salvando. Mmm pero sé que hay un grupo que se llama Plastilina Mosh.



[x ]TE SIENTAS SOLO DE VEZ EN CUANDO.

Soy una persona lista. En serio. Sé muchas cosas. Acabé la preparatoria y estudio una carrera en la Universidad. Y aún así no acabo de entender que tiene que ver esto con los emos. ¡Dios mío, ayúdame! Lo cierto es que si el "sentirse solo de vez en cuando" es una característica emo, ello significaría que las personas deberían evitar ser parte de esto. Hay muy poca gente que sabe disfrutar, verdaderamente disfrutar, de la soledad. El resto de los mortales preferimos estar en comunidad, en grupo, relacionándonos con otras personas y en este caso, la soledad es algo que nos pone tristes. Algo que no es agradable. ¿Y quien quisiera tener experiencias y sensaciones desagradables en su sano juicio? Quienes alardean de desearlas, rara vez están diciendo la verdad. Es sólo eso: están alardeando.



[ x] TE GUSTA MTV.

Sin comentarios.


[x]abces TE TOMAS FOTOS MUY AMENUDO..DE TI Y DE TU CABELLO.

¿"abces"? ¿Es una palabra mística? ¿La respuesta a todas las preguntas? Y si lo que quiere decir es "a veces", ¿qué especie de coherencia hay en esta frase: "a veces (sic) te tomas fotos muy amenudo"? ¿Pleonasmo premeditado acaso?



[x] TE SIENTES PERDIDO SIN UN IPOD O ALGO PARA REPRODUCIR MUSICA.

¿Acaso ese "algo para reproducir música" y el iPod tienen alguna especie de Guía Roji? NI hablar, dependencia de la tecnología, definitivamente.



[ x] SABES QUE EL "EMO" NO ES UN ESTEREOTIPO.

Es que, caramba, hay que defenderse.



[x ]TIENES O TUVISTE LENTES DE AUMENTO CON ARMAZON NEGRO.

¿Como en los sesenta?



[ ]TIENES O TUVISTE UNA MOHACK.

No, definitivamente son una cultura distinta. Sólo ellos y Dios saben qué chingados es una mohack. (Bueno ¿qué esperaban? hay cosas que no sé)



[x] HAS USADO ESMALTE NEGRO PARA LAS UNIAS.

No contestaré hasta que me digan qué son las unias. ¿Para que echarles esmalte negro, si se así deben ser bien chidas, sean lo que sean? Esos emos...



[x ] NO TE LLEVAS BIEN CON TU MAMA.

Yo me llevo bien con las dos que tengo. Soy hombre y no son atractivas, pero igual me llevo bien con ellas.



[ ] NO TE LLEVAS BIEN CON TU PAPA.

Debo admitirlo, me llevo mejor con mi jitomate y mi zanahoria.

[ ] ODIAS DONDE VIVES.
Bueno, es evidente que esto quiere decir que, con la situación en la que se vive en este país, cualquiera odiaría donde vive. Pero aún así hay quien ama el terruño. Siempre hay un sentimiento de pertenencia respecto a un lugar físico y a un ambiente social. Si el emo odia el lugar donde vive, eso significa que hay lugares mejores para él o ella. ¿Dónde está? Su depresiva mente no sería capaz de encontrar satisfacción en ningún lado. Triste destino el de estos chavos.

[ ] PIE QUE EL COLOR NEGRO NO ES FEO

Bueno, primero hay que notar que esto está pésimamente escrito. ¿Qué tiene que ver un pie o un pie (en inglés) con el color negro? La valorarización del negro como un buen color no demuestra nada, absolutamente nada.

[x ] JUSTO AHONSASRA ESCUCHAS MUSICA.

Conozcan un nuevo adverbio: ahonsasra.

[x] SABES QUE SIGNIFICA "hxc"

Creo que de esto ya hablé en el segundo post de este blog. Échenle un ojo.

[ ] HOT TOPIC O OSIRIRS NO TE ASUSTA.

Es en estas respuestas en que a uno se le sale lo emo. Aquí sí me considero ignorante.

[ x] USAS CINTOS DE REMACHES.

Si esto se refiere a los estoperoles, en este mismo momento estoy traicionando mi emofobia. Pero no le hace, es un cinturón cómodo. ¡Además eso es un hurto a la estética punk!! Whatever...

[x ] TE HAS HECHO ALGUNA CORTADA EN EL CUERPO.

Bueno, creo que este tipo de cosas son las que yo más relaciono con el emo. Para la expresión artística, es aceptable. Para la vida diaria, ahí sí que están enfermos.

[x ] LLORAS A MENUDO.

¡Increíble! El emo trasciende épocas y tiempos.

[x] EN TU GUARDARROPA HAY COLORES SOLIDOS Y MAYORIA DE NEGROS PERO NO EXISTEN LOS COLORES AL PASTEL.

La "cultura" emo no niega su dependencia de una máscara artificial, un caparazón protector y una forma de enajenamiento más efectiva que la plusvalía que Marx describió. ¡Bendito capitalismo!

[ x] TE SIENTES TRIZTE A MENUDO.

Ahí sí admito su singularidad. Sólo ellos y ellas se sienten triztes. El resto de las personas nos sentimos tristes. Agreguen otra "z" a la palabra y Marthita Sahagún podría ser emo.

[ x] TE RAYAS EL CUERPO.

Debo admitir que una sociedad semi-puritana como la nuestra se escandaliza con este tipo de prácticas y hacerlas es contestatario y casi casi "contracultural". Pero yo lo hacía en la secundaria. Es sólo una parte de la vida. Si así es, el emo podría unirse a la vasta lista de pseudo-filosofías que elevan el complejo de Peter Pan al extremo. Aunque también siglos de la práctica de tatuajes y pintas en el cuerpo en distintas culturas a lo largo y ancho del mundo demuestran que tampoco es algo propio de la juventud. ¿Qué más da? No hay nada particular en esto.

[ x]ALGUIEN TE HA DICHO QUE PARESES "EMO".

Pasemos por alto la aberración ortográfica. El emo mediatizado y con endebles raíces en las conciencias juveniles se ha vuelto un calificativo que, en esta convulsa era de insultos y descalificaciones que vuelan de subcultura a subcultura (desde ámbitos como la Universidad hasta conciertos populares o conflictos entre narcos), se usa como ofensa o un término que, ingenuamente se cree, llena un vacío del lenguaje.

[x] ESCUCHAS MUSICA CORTAVENAS

Para los emos mexicanos, José Alfredo y el Príncipe de la Canción deben ser la regla.

Pues sí, así funciona este mundo. Ellos responden y un prejuicio se esparce por la Tierra. ¿Irónico no? El emo está invadiendo las calles y no hay un futuro prometedor si no es que va de la mano de la comercialización del mismo. Yo ya no sé qué opinar. Practico y predico la tolerancia, pero a veces es difícil. Como sea, espero sus comentarios.


jueves, 19 de julio de 2007

INJURIA DOCUMENTADA

Aquí las pruebas del crimen:























































Igual da si no se indignan conmigo, yo ya me desahogué.

miércoles, 18 de julio de 2007

Mirar al norte (Post Meloso y Nostálgico)



Contemplen el milagro de la vida:


















Esto no es lo que les había dicho acerca de lo que me tiene muy molesto. Hoy, antes de salir de mi casa, me percaté de lo que estaba pasando en mi jardín (le llamo jardín a un espacio del patio delantero que alberga macetas y botes de Comex que hacen las veces de las mismas, conteniendo diversas plantas). Y lo que estaba pasando es que la lluvia ha traído vida a las plantas. Mientras el ayuntamiento se ocupa de la muerte de las plantas, la lluvia se encarga de hacer lo contrario. Es uno de los lados amables de los diluvios que han caído en los últimos días. Y una alegre prueba de la buena tierra de Atizapán.

Aquí no se dan los hombres (como en Guadalajara) ni las mujeres son de las más hermosas del país (como en Culiacán), pero pues la neta quienes son de aquí si se ve que están bien dad@s. Hoy que fui al cine local, ya que el que estaba en la Multiplaza del fraccionamiento en el que vivo ya no existe desde hace casi siete años, me percaté que la chaviza del rumbo que no va a Mundo E o Plaza Satélite ni a los bares de cerca de la Unitec, va a este humilde centro comercial. Créanme cuando les digo que extrañaba esos aires que respiré en ese lugar hoy en la tarde. Pubertos, adolescentes y muchas chicas de muy buen ver deambulan por los pasillos de este lugar. Inundan el cine, el café internet, el billar, la tienda para posers rockstars y emos y comen en los stans de comida rápida. El lugar me trajo recuerdos de los quince o dieciseis años. En ese ambiente me siento mucho más a gusto que en Mundo E, por ejemplo.

Digamos que aunque una parte de mí está tan bien pinche colonizada por la idea norteamericana del mall que un ambiente así me atrae, también creo que ese espacio, lo quiera o no, ha sido parte de mi vida. Ni modo. Visitaré con más frecuencia este lugar, al igual que ese billar de veinte varos al que fui ayer y que me hizo recordar que aún me gusta mucho la música de Linkin Park XD (pasaron un DVD de un concierto en Texas, creo; ahora pienso que es indispensable conseguirlo... pirata, of course) Algo me dice que debo voltear hacia el norte con más frecuencia. No toda mi vida está en el Distrito Federal, aunque yo no sea atizapense de nacimiento.

Esos capullos de las rosas abrirán en breve. Espero poder darles las excluisvas imágenes.

Y otra cosa... el nuevo disco de Linkin Park está del asco la verdad. Sé que más de uno o una cree que su discografía completa es una mierda en su conjunto, pero este en especial si no merece mucha atención. A mí no me gustó y apenas le di la primera escuchada.

En breve, parte IV de Sandra y Damián. Espérelo.

SALUDOS DESDE EL LIMBO

H.




lunes, 16 de julio de 2007

Sandra y Damián parte III

Pensé que cuando terminara esa exprimidera de ideas llamada semestre, podría manejar este blog, pero me estoy viendo superado por mi vida personal que bloquea esta pretensión. Tengo varias ideas, pero pues nada de nada en concreto. Por lo mismo, les paso la tercera parte de Sandra y Damián, para que se entrentengan un poquitin. Sé que dije que publicaría las fotos de la injuria que el ayuntamiento del municipio cometió, pero pues no he podido sacarlas.
De momento, lean esto y aguántenme.
III

No puedo creer lo pendeja que soy. Bien sabía lo que Oscar se traía conmigo y todavía se me ocurre llevarlo al antro. ¡Este ha sido mi peor cumpleaños!. Dando vueltas en la cama, boca abajo, ella sollozaba y maldecía a la vida. Se calmó. Dejó de moverse. Y durmió por largo rato.

Era algo difícil bañar a ese perro, pero alguien tendría que hacerlo. Aún no sé que decirle a Mariana y me ponen a bañar al Tyson. ¿Qué será de Sandra? ¿Se acordará de mi? Terminó de bañar al animal en menos de lo que pensaba. Tengo hambre; mejor salgo por unas papas. Salió de su casa y se dirigió a la tienda de abarrotes más cercana… a tres cuadras. Se percató de qué había algo que no había visto antes. Una estética. Pero no era el negocio; era su nombre. ¡¿Estética “Sandra”?! Él no cabía en su asombro. Es sólo una coincidencia; nada más.

Ella despertó en medio de una tarde lluviosa. Es extraño; creí que soñaría con Damián… ¡Puta madre, Sandra! ¡Deja de pensar en él! Había algo extraño en su cuarto, podía sentirlo, algo raro. De repente siento que quiero ver a Damián. Se levantó y se dirigió a la puerta. Tomó la perilla de la misma, giró y abrió. Había algo raro. Definitivamente había algo raro. ¿Qué no abría hacia la derecha?

Él entró en el baño, se lavó la cara. ¡Esa maldita lluvia! De repente sintió algo en el estómago. Sandra. Se puso su pulsera verde, como siempre, en la muñeca izquierda. Se miró al espejo. ¡¿Qué…?!
-¡Damián! –sonaba desde la calle.

Mejor salgo o me duermo de nuevo. Se miró al espejo. Había algo diferente en ella. Tomó la perilla de la puerta, giró y abrió. Abrió hacia la derecha.

-¡Mariana! ¿Qué haces aquí?
-No puedo dejar de pensar en ti… Damián…

Salió de su casa visiblemente alterada. Ella estaba decidida. Creo que es mejor ir y decirle a Damián…

-No, Mariana, lo que te dije es… algo que no esperaba decir.
-Pero yo te escuché; dijiste que si no hubiera impedimento, tú y yo…
Mariana se acercaba a él y lo ponía contra la pared.
-Te juro que esta vez, mis besos no serán vacíos, Damián.
Acercó su rostro al de él. Y lo besó en los labios.

Es por aquí, sí, es por aquí. Ella caminaba en la humedad del ambiente, después de la lluvia; el rocío en las hojas y los pétalos, el lodo en las banquetas, los charcos, el canto de los pájaros. Esa es su casa, sí, aquí es. Vio a un par de personas que estaban junto a la puerta de entrada, pero no podía distinguirlas. Se acercó. Los reconoció. ¿Mariana? Se estaban besando. ¿Damián? Pero, como todo esa tarde, había algo extraño. Sí, era algo raro. Pero, Damián siempre usa la pulsera verde en la mano izquierda… me dijo que era para atraer la buena suerte, puede estar distraído o enojado, pero la pulsera siempre está ahí… ¿Porqué me fijo en eso?.
-¡¿Porqué me haces esto, Damián?! ¡¿Porqué?!
Él volteó y la vio. Era ella. Sandra. Se hizo para atrás. Mariana se separó de él sorprendida. Él no podía dejar de ver a la chica que estaba detrás de Mariana.
- No, Mariana. Esto es un error. Yo siempre he estado enamorado de otra persona.
Se separó de la chica que lo había ido a buscar y caminó hacia ella, cuyo rostro lucía con algunas lágrimas. Se acercó y tocó su mejilla para impedir que una de esas gotas de tristeza siguiera su camino. Ella volteó de manera violenta, pero él la tomó de la barbilla y le hizo mirarlo.
-¿Por qué, Damián?
-Por idiota.
Ella esperaba un forzado beso en los labios, pero él la abrazó; pero no, no era un abrazo cualquiera, era un abrazo especial. Podía sentir un calor que no había sentido antes. Aún sollozando, ella lo abrazó igualmente de manera efusiva. Ahora ese calor lo sentía él.
-Perdóname, Sandra. Siempre estoy confundido y cuando te conocí, nunca me atreví a pensar que te tendría aquí entre mis brazos. Me siento arrepentido, pero también feliz.
-Lo sé, gracias por mostrarme tu cariño. Nunca te lo dije, pero tú también me gustaste desde que te vi, siempre me dije a mí misma que no. Siempre te negaba y ahora me doy cuenta del error que cometía.
-¿Y Mariana?
-Ella no me importa ahora. Solo somos tú y yo, Damián. Ella me ha hecho mucho daño y ya no quiero acordarme de eso. Hoy en la tarde me di cuenta de lo que realmente sentía y yo te quiero así, como eres. Pude ver en tus ojos que lo que me dijiste era verdad. Gracias, Damián.
Se separaron y cada quien se fue por su lado. Mariana aún no comprendía la extraña escena que acababa de presenciar. Y aún le dolía.

Tocaron a la puerta. Y ahí, en ese cuarto estaban los dos. Él se veía a sí mismo desnudo y recargada en su pecho, acostada y desnuda también, sumida en un profundo sueño, estaba ella. Había sido algo mágico. Como nunca en su vida, pero ahora las cosas no parecían mejores, como siempre creyó. Se vio al espejo. Lucía diferente. No importaba que tocaran la puerta. Si yo te amo tanto, Sandra, ¿por qué me siento tan vacío?

Hubo un tiempo en que las cosas eran mejores. Pero después de ese día nunca me sentí igual; había algo diferente en mí, algo que me hizo una mujer diferente. Ella miró fijamente el papel en el cual estaban escritas estas palabras. Era algo muy extraño; era su letra, ella lo había escrito, pero no recordaba cuando lo había hecho. Pero lo más extraño era el hecho de que la nota estaba escrita para ser leída solo reflejándola en el espejo. Tomó el auricular y marcó un número.
-¿Bueno?
-Bueno
-¿Damián?
-Si soy yo, hola.
-¿Cómo estás?
-Bien, oye lo del otro día…
-A mí me gustó
-A mí también.
-¿Tú crees que…
-¿Qué?
-…que… bueno, mejor no te digo.
-Dime.
-Es que no estoy segura.
-Dime, ¿qué pasa?
-¿Qué somos, Damián?
-Es algo que yo también he querido preguntarte desde ese día.
-Entonces…
-Esperaba que tú me dijeras.
-Pues no lo sé, Damián.
Sonaba algo molesta.
-Es más, te quería decir que desde ese día han pasado dos semanas y no me has hablado ni buscado.
-Tú tampoco.
-Entonces ¿qué debo entender? Eh? ¿Qué debo creer?
-¿Respecto a quién?
-¿Cómo que respecto a quién? ¡A nosotros!... Sinceramente no te acabo de entender, primero hacemos la escenita esa frente a Mariana y luego nos acostamos y te olvidas de mí. Siempre has sido algo raro…
-¡Ah! Ahora resulta que soy raro. Pensé que eras más tolerante…
-No me refiero a eso, Damián. No te hagas tonto. Parece que estás jugando conmigo…
-Te iba a decir exactamente lo mismo. Yo sí te he hablado y siempre me dicen que no estás y detrás oigo tu voz. Y no me digas que no.
Tiene razón… Pero él se estaba besando con Mariana ese día. Ella y él estaban furiosos. Pero el motivo de la llamada ya había sido olvidado. Un momento ¡La puerta! Si la abro va a abrir…
-Lo siento, debo irme, Damián. Otro día hablamos.
-Pero…
El tono se encargó de que supiera que ella ya no estaba al teléfono.

¿Qué esta pasando? Ella estaba en su cama, sentada en cuclillas. Sudaba espantada.

Él se percató de que su pulsera verde tenía una marca de lápiz de labios rojo. Eran unos labios perfectamente definidos, de una boca pequeña. Como la de Sandra.

Pasó una semana.
-¿Bueno?
-Si bueno… ah eres tú.
-Si Sandra, soy yo. Sólo quería decirte que pues… me voy a mudar.
Un tenso silencio siguió a esta frase.
-¿C…c…cómo dijiste?
La voz de ella estaba a punto de quebrarse de la súbita tristeza que le invadía.
-Nos vamos a vivir a otro lado.
-¿Por qué?
-Mi papá, encontró trabajo en ……. y pues es mejor irnos de aquí. Solo quería verte antes de irnos. Te veo en el parque ahorita, espero que tu coraje no te impida ir.
Colgó.

No puedo creerlo; él se va y sólo se va a llevar el recuerdo de nuestro disgusto. No, no, no y mil veces no. Debo reconciliarme con él. No puedo creer todas las cosas que le dije. Además solo en él puedo confiar para esto tan extraño que me está pasando. Era una tarde hermosa. Hermosa para una despedida. No la arruines, Sandra. Iba con un paso muy acelerado, pero al verlo sentado en una banca del parque se paró en seco. Bueno, ya estoy aquí, no debo apurarme; él está ahí sentado, no se va a ir hasta verme. Se calmó y caminó despacio hasta llegar a la banca. Se detuvo frente a él; estaba con la mirada gacha, en una postura pensativa. Vio las piernas de la chica.
-Me alegra que vinieras.
-Pues no me podía quedar sin despedirme de ti.
-¿Aún cuando estemos enojados?
-Creo que actuamos mal los dos ese día, ¿no crees?
-Si, tal vez.
Ella seguía de pie. Él seguía sentado, mirando al suelo. Y levantó la mirada.
-Te ves hermosa con la luz del sol de la tarde. Siempre me ha gustado contemplarte en este momento del día. Pero ya no voy a poder hacerlo.
Él sonrió.
-Suena muy fuera de lugar ¿no? Sobre todo tomando en cuenta el disgusto que tuvimos el otro día. Me imagino que aún estás molesta.
-Estoy triste, Damián. Estoy triste porque creí que podrías quererme, pero lo que veo es que eres tan diferente a mí… que no sé… yo te quiero, pero tengo tanto miedo de que las cosas no funcionen. Y si aparte tú no me llamas, no me hablas, no te expresas conmigo de lo que sientes. Si fueras más abierto…
-Pero no lo soy, Sandra, es un defecto que no puedo superar tan fácil.
-Tal vez por eso no nos entendemos. Yo, ya viste, soy demasiado intolerante y tampoco me siento capaz de cambiar.
-Creo que debemos dejar de pensar así ¿no?
Ambos sonrieron.
-Ven, siéntate.
-¿De veras?
-Si, ven. Quisiera abrazarte.
-¿Eso quiere decir que ya hicimos las paces?
A ella le brillaban los ojos.
- Pues creo que no podría irme con esa preocupación.
Ella se sentó junto a él. Esperaba verlo sonriente, pero había algo en su semblante que no le cuadraba.
-¿Qué te pasa, niño?
- Tengo miedo, Sandra.
Sus ojos estaban a punto de estallar en llanto.
-¿Por qué, Damián?
-Mira.
Le mostró un papel con algo escrito. Al verlo, ella también se estremeció. No lo hagas, por favor no lo hagas; eso era lo que decía el papel. El mensaje no hubiera sido más perturbador si no hubiera sido por el hecho de estaba escrito para ser leído solo reflejándose en el espejo.
-¿Qué significa esto? Damián…
-No lo sé, estaba escribiéndote una carta de despedida y de repente mi mano comenzó a escribir esto. Yo no quería… te juro que yo no quería hacerlo. Tengo dos hojas completas con lo mismo escrito. Algo me hizo escribir esto, pero yo…
-Yo… yo también… este… me pasó algo igual…
Él la miró desconcertado.
-Si y debí decírtelo. Yo tengo un papel con un mensaje escrito de la misma manera… y es mi letra
Él dejó salir una lágrima.
-No sé qué pensar de esto. Siento que hay algo que no me deja en paz… algo que siento desde que te conocí… y ahora no me deja irme. Me deja intranquilo y con la necesidad constante de verte…
-¿Qué pasa, Damián?
-No sé si en realidad siento algo por ti.
Él se levantó del asiento y dirigió su mirada hacia el horizonte. Ella se levantó también y lo tomó de los hombros, haciendo que la mirara.
-Damián, escucha; escúchame bien. No sé qué es lo que nos está pasando a los dos, pero creo que es momento de que nos sinceremos. Si esto influye en algo… pues yo no puedo decirte qué pasa, pero estoy segura de algo; de que te amo…
-¿Qué?
-Si, Damián, yo te amo y nunca, aunque tú no me ames, te voy a olvidar.
Él tomó su mano izquierda y vio su pulsera verde. La marca del lápiz de labios había desaparecido. Pero la traía puesta en la mano derecha. Alzó su mirada. Vio su rostro. Ella parecía más hermosa.
-¿Me… me… amas?
-Sí, Damián, con todo mi corazón.
Él tomó la mano de ella y la besó.
-Si me amas no puedo dejar que sufras. Es mejor que me vaya.
-Pero, Damián…
-Estando yo aquí no puedo saber hasta donde podría llegar contigo. Ya nos acostamos y la verdad no cambió nada. Siento que algo nos impide estar juntos. No puedo disfrutar de estar contigo más que después de no verte mucho tiempo. No creas que estoy enloqueciendo, pero estos signos de las notas del espejo sólo me hacen ver el error que cometería al tratar de andar contigo. No quiero hacerte sufrir y yo tampoco quiero sufrir.
De los ojos de ella comenzó a brotar el llanto. Él no pudo evitar llorar también y sobreponiéndose a su llanto, la besó en los labios. Fue un beso prolongado, cálido, placentero, pero que al mismo tiempo sabía a despedida. Algo les decía que no se volverían a ver y trataron de hacer que ese momento durara para siempre.
Se separaron y él se alejó. Le dio la espalda a ella y se paró en seco frente a una jardinera llena de flores blancas. Se inclinó, arrancó una. Se volvió para dársela a ella; ya se alejaba desconsolada. La alcanzó y le dio la flor.
-Yo también te amo, Sandra.
Un abrazo. Dos lágrimas y dos corazones. Y una separación.
Dos días después la casa de él estaba vacía. Sólo habían olvidado algo. Un espejo.
Y así queda hasta la próxima. Lamento no dominar aun el sistema HTML si no los espacios me quedarían pocamadre y el cuento conservaría su formato original. Como sea, espero que le agarren la onda a esta parte.
SALUDOS DESDE EL LIMBO
H.