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domingo, 6 de marzo de 2011

Una de vampiros: "Mecanismo de defensa" (2009)

Hoy me topo con una noticia interesante: una joven dominicana de 17 años ha llamado al atención por ser uno de los pocos casos diagnosticados recientemente de hematohidrosis. Esto es, suda y llora sangre. Chequen la nota. Parece que lo padece desde noviembre.

Cuando leí la noticia recordé que había escrito una historia vampiresca donde hablaba de la hematohidrosis, aunque no sabía que se le llamaba así. Ni por aquí se me ocurrió pensar que se trataba de un padecimiento que ya hubiera sido diagnosticado alguna vez. De cualquier forma, creo que haberme topado con la noticia de esta dominicana me da la oportunidad perfecta para mostrarles dicho cuento, uno de los pocos que he escrito sobre vampiros.

Va:


Mecanismo de defensa

Miedo y terror. Una fuerza combinada capaz de hacer los milagros realidad y las más atroces y descabelladas locuras actos terrenales. Los vampiros sabían que entre los hombres existía una creencia sobre ellos, los ladrones de sangre. Pero no pasaba de ser una creencia y, sin embargo, existían. En la Ciudad de México, los vampiros vivían decepcionados de una sociedad supersticiosa pero incrédula. La Santa Muerte podía ofrecer protección, pero ellos estaban en el cesto de lo inservible de la mente capitalina. En esa caótica y cochambrosa ciudad, no tenía caso creer en vampiros. Como cucarachas o ratas que salían a consumir los restos de los desechos, los vampiros salían en las noches o se mezclaban en el día para comer de la carroña de la metrópoli. Atrás habían quedado los días del terror generalizado, de las creencias que alimentaba el espíritu de los caminantes oscuros, que los llenaban de vigor a la hora de infundir el miedo Y cuando el terror por ellos llegó a un punto cumbre, los hombres les imaginaron un enemigo. Bajó del ring y se subió a los sets. Los no-muertos se reían a carcajadas. Una de la estirpe más vieja, lo mordió pero no lo transformó. Desde entonces, sus enemigos salieron del imaginario chilango, junto con esos temibles depredadores de la noche. La indiferencia de las presas hacía la vida en ese espacio una experiencia tediosa. Los convertidos se reunían de vez en vez a disputarse el líquido rojo de los teporochos y, si suerte tenían, de alguna puta. Asqueroso espectáculo contemplaban los antiguos, los padres de la estirpe, cada uno desde su rincón, sin conocerse, pero percibiéndose. El tedio no cedía. Los vampiros no sabían, o no querían saber, que ciertas historias se presentaban una vez como comedia y otra como tragedia; tocaba el turno a la segunda. Era la ley de Murphy.

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-Coincidencias y voluntades –decía Dafne mientras se acercaba de rodillas al cierre del pantalón- ese es mi credo -Abrió la prenda, masajeó el miembro de su interlocutor, escondido tras la ropa interior y alzó el rostro para ver a los ojos a aquel chico- En mi opinión, el mundo es eso y no más. Por ejemplo –continuaba mientras retiraba el boxer y liberaba aquel ansioso y firme pedazo de hombre- fue mi voluntad invitarte en cuanto te vi; una coincidencia haberte encontrado y una coincidencia más que hayas aceptado.

El chico, con la mirada perdida de la ansiedad que tenía por la imagen de Dafne succionando su miembro en su mente, sólo podía manifestar una creciente malicia; ese tipo de malicia que sólo se obtiene con la experiencia, mucha o poca. Malicia que llegaba a materializarse en el cuerpo, aún vestido, de Dafne. Él gemía y de vez en vez, siseaba, quedo, “Si, si”.

-Oye –dijo con fatiga de placer que aún no arriba- no es por ofender, pero pareces toda una experta en esto.

Dafne acariciaba su parte con lujuria (o al menos, eso creía él) y reaccionó con una traviesa sonrisa al comentario.

-¿Sabes? –continuó él- estar con una chava como tú es una de mis fantasías…

Dafne se sintió halagada. Premió el cumplido acercando la lengua a la punta. Su cabello revuelto y recogido de manera apresurada, sus anteojos de armazón grueso de pasta negra, su blusa vieja, pero limpia, el torso y la espalda que derrochaban una sensualidad que pocos se atrevían a descubrir por no aceptar siquiera regalarle una mirada a Dafne. Ellos se lo pierden, pensó él. “Pendejos”. Sus pensamientos regresaron a aquella chica, que ciertamente rompía sus estereotipos y prejuicios en lo que a chavas (que no mujeres) se refería, grabados en su mente. Ella lo había abordado, le invitaba a tomar algo, a ir a su casa, le mostraba sus discos.

Y sus cuadros. Todos al óleo. Figuras abstractas, siluetas humanas, retratos, paisajes impresionistas, pasajes de inconsciente. Dafne era un verdadero prodigio para la pintura. Incluso quiso regalarle una pintura en agradecimiento por haberla aceptado. La pintó ahí mismo. Aceptando el inusual regalo, él sintió que estaba a un paso de tener sexo con ella; y al menos hasta el momento, el cálculo parecía exacto. Creyó que se sentía tan mal, tan ignorada, tan fea, tan freak (tan de moda la denominación, pensó), que sólo así conseguiría perder la virginidad.

-Es curioso –dijo mientras veía a Dafne casi comenzando a succionar- no he besado ni tus labios.

Dafne se levantó y con gesto de fastidio, lo besó en los labios rápidamente. Él quiso mantenerla así, pero no pudo.

-Ya. ¿Contento? –replicó ella- Ahora déjame continuar.

El chico reparó en un detalle más mientras ella introducía el pene en su boca.

-Ni siquiera sabes cómo me llamo. Y yo no sé tu edad.

Dafne se separó bruscamente de lo que hacía.

-Ok, cabrón –dijo levantando la voz- ¿Cómo te llamas? Tengo diecisiete.

-Pareces mayor…

-Tu nombre.

-Carlos.

-Con eso me basta. ¿seguimos?

-Bien.

Dafne se acercó de nuevo al miembro erecto aún, pero antes de chuparlo, pareció arrepentirse. Se hizo para atrás y rápidamente se despojó de toda su ropa.

-Mejor cógeme. Ya. –señalaba su sexo con el dedo índice.

Consternado, Carlos se acercó y la tomó de los muslos, besándola en los labios. Fue un beso seco, vacío y frío.

-Así que, ¿diecisiete? –comenzó a decir.

-Si.

-¿Y ya has hecho esto antes? No es que dude, pero el que sepas hacer sexo oral no significa que…

-Mi vagina es virgen, pero no me importa.¿quieres saber algo más o llamo a otro que sí quiera cogerme? –dijo Dafne con impaciencia.

-Oye, pero…

Dafne no soportó tantas preguntas y tanta indecisión. Si la iba a penetrar, que lo hiciera ya. Su voz había temblado, era la excitación, pero se mantenía con la mente fría; hablaba con esa misma frialdad, sus palabras lo reflejaban. Se puso rápidamente su blusa, un suéter, se recogió el cabello. Se había dejado los lentes, pues se había percatado de que el llevarlos puestos excitaba a Carlos.

-Te doy una última oportunidad. Aún no me pongo la pantaleta. Penétrame ya. Igual te excita más tenerme semidesnuda.

Carlos efectivamente sintió como su miembro le exigía lo que Dafne ordenaba, pero por alguna extraña razón, se resistía.

-¿Puedo preguntar…?

-¿Por qué he decidido mantenerme virgen, aún cuando le he mamado la verga a más de diez hombres? ¿Ves eso, pendejo? –dijo señalando algo que parecía ser uno de sus lienzos, que estaba cubierto por una sábana- Es una obra maestra. Mi obra maestra. Ya me lo han dicho. Y algo tan especial merece ser firmado con tinta especial y no una vulgar acuarela o embarrada de óleo. Con sangre…

-¿Con san…?

-…de mi himen.

Carlos no supo como reaccionar. Evidentemente la joven pintora nunca había visto sangrar un himen. Quizá su período, pero no el sangrado, no siempre presente (él lo sabía) de la pérdida de la virginidad. La sorpresa había hecho que perdiera la erección. Dafne, al ver eso, comenzó a ponerse el resto de su ropa con hartazgo. Él sentía que se encontraba en una situación un poco inusual. De hecho, todo su encuentro con aquella chica era una eventualidad en su vida. Penetrando a Dafne no había mucha diferencia a hacerlo con cualquier otra chica. Pero algún sentido de moralidad enfocada de manera un poco distorsionada que aún conservaba lo hizo imitar a Dafne. Para él, sólo las de su edad –veinte- merecían tener sexo con él. Comenzó a vestirse también.

-Estás bien pinche loca –dijo al fin- No puedo entender cómo a los dieciséis años puedes desear estas cosas. Estás enferma. Mejor pídeselo a un hermano o a tu papá; así te habrán educado, zorra…

Dafne, reaccionó con furia y rapidez ante el insulto. Tomó una navaja que tenía ahí e hizo una gran rajada en el brazo de Carlos. Él la empujó hacia uno de los caballetes que había en la habitación. La chica dejó salir un par de lágrimas de enojo. Carlos prefirió salir corriendo. Dafne permanecía sentada en el piso un rato. En cuanto se repuso del golpe, salió a la puerta de su casa, vio el cuadro que había pintado para Carlos tirado ahí. Lo tomó y con una gota de sangre de él que había caído en el piso, fresca aún, hizo una mezcla con pintura de óleo de color ocre. Firmó el cuadro, pero no pudo evitar imaginar a un ladrón en la escena. Un ser que le quitaría ese líquido vital, antes de que Carlos lo dejara caer al piso. Se tapó los ojos con sus manos, creyendo que podía dejar de imaginar.

Algo recuperada de su lapsus de angustia espontánea, se sentó lanzando un suspiro, pensando en la siguiente persona que atraería para lograr obtener la preciada tinta que, creía ella, se alojaba en su sexo.

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Lo llamaban Ébola. Todos los vampiros en la ciudad habían oído hablar de él aunque no se conocieran entre ellos. Algunos lo temían, otros lo envidiaban, muchos hacían chistes sobre él; la gran mayoría lo odiaba. Había quienes juraban haberlo visto en acción, haberlo enfrentado y sobrevivir al encuentro. Nadie sabía de dónde había salido, si era un demonio, un ángel caído, un monstruo de la ciencia humana, un nahual, algún brujo o chamán de extraños poderes. Las historias y rumores entre vampiros pudieron haber resultado algo cómico y desconcertante para un observador externo, pero los pocos que se comunicaban entre sí, sentían cada vez más cerca la presencia de Ébola. Temían que terminara con el ganado. Se contaban historias de su sed insaciable. Que no convertía a nadie, que la sangre de una víctima después de haber sido atacada por Ébola era mortal para los vampiros comunes. Que una sombra más espesa que la noche lo seguía y traía la destrucción y el odio hacia ellos. Ellos, vampiros de sangre, no sabían como enfrentar la escasez; los más antiguos y sabios se irían de la ciudad solucionando así su problema, pero los convertidos, los que no sabían calmar su sed más que en los bares, el metro, los callejones oscuros, estaban demasiado acostumbrados a vivir en esa caótica ciudad. Nada ni nadie los sacaría de ahí, ni siquiera la temporada de sequía mortal que la llegada de Ébola significaba para ellos. Y eso significaba, no más vampiros en México. No es que muchos supieran de ello y se alegraran; a fin de cuentas, los seres humanos tenían cosas más importantes en qué pensar.

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-Deberías de dejar de pensar en esa locura. Fírmalo si quieres con sangre de pollo, pero ya deja eso en paz.

Dafne, sentada junto a su hermano, sorbiendo el jugo de un raspado de limón, no pareció haber escuchado.

-Luis –comenzó- Tú estabas conmigo cuando empecé a pintar y reconociste lo que hago como bueno. Se lo enseñaste a personas que supieron apreciarlo, me animaste y dijiste que ese cuadro merecía una firma especial. Te consta. Sólo tú y yo lo hemos visto. Es muy bueno, lo sabes.

-No te lo niego, pero querer firmarlo con la sangre de tu himen no es mi idea de una firma especial. Imagínate. Tendrías que decirle a cada persona que vea ese cuadro que la firma es… eso.

-Eso no importa. Es un símbolo. Mi presentación a la sociedad, como los quince años que nunca tuve. Pierdo mi virginidad y tengo la tinta de mi vagina para celebrar una obra maestra y mi iniciación…

-Pero y ¿cuándo te baja?

Dafne lo miró molesta.

-Eso no cuenta. Tú sabes lo que quiero. No me has conseguido a alguien que se anime. Todos tus amigos y conocidos son unos jotos y persignados. No pueden espantarse de lo que quiero hacer. Javier me cogería todo el día, aunque yo usara esa sangre para cocinar…

-¡Dafne, por favor! Además ¿quien te asegura que tienes himen? Te aseguro que ni tú lo sabes, no te has tomado la molestia de averiguarlo. ¿Qué tal que ya lo tenías y lo perdiste haciendo ejercicio o algo? ¿Y si naciste sin él?

La chica se quedó pensativa. Luis podría tener razón. Pero a ella no le importaba quién tuviera razón; tendría esa sangre…

-Mira quién lo dice… tú fuiste al primero al que se lo pedí y te echaste para atrás, maricón.

-No me chingues. Yo no lo haría, soy tu hermano –acercó su rostro a Dafne- y no menciones a Javier aquí. Odio a ese cabrón… ¿Y si te consigo un vampiro? –dijo en tono burlón.

Un prolongado silencio. La tarde era cálida y la sombra de los pocos pero altísimos árboles de la calle caía exactamente sobre ellos. Permanecían sentados al borde una marquesina que daba a la calle. Veían a la gente pasar. Los pensamientos de Dafne se mezclaron; no pudo dejar de imaginar a uno de esos escalofriantes seres mordiendo los labios de su vagina… succionando y robándose la preciada tinta roja. ¿Cuántos de los hombres que ella conocía en esa colonia serían capaces de aceptar su oferta? Sexo gratis con una virgen. Ella necesitaba esa sangre; era su manera de saborear el éxito de un trabajo bien hecho. Considerando, además, que aquello era más que un buen trabajo, era una verdadera obra de arte. La firma de sangre lo haría perfecto. Sangre, la verdadera tinta de vida, la tinta más honesta, más pura. Imaginar a un vulgar ladrón de sangre la hacía estremecerse.

-No digas eso, por favor –dijo en tono serio.

-Ya deberías dejar de pensar en esas cosas. Los vampiros no existen. Tu último cuadro, lo reconozco, es my bueno, pero… lo que representas me repugna. Puedes imaginar que algo golpea tus miedos, pero exteriorizarlo así me parece patético.

Dafne se mostró ofendida con el comentario. Perder la sangre no era ningún chiste, en especial si era lo único que ella tenía, lo único que la unía con su amado hermano, ese que estaba ahí y la llamaba patética y había rechazado tener sexo con ella para satisfacer su capricho artístico. El mismo que no creía en vampiros, pero la escuchaba, la consolaba cuando tenía esas pesadillas. Pero la niñez se va rápido, los consuelos de su hermano con ella; ahora la llamaba patética, le decía que debía dejar esas cosas. Incluso él, que siempre había creído en su pintura, le decía que debía dejarlo atrás. Aunque la pintura fuera magnífica. Entró visiblemente molesta a su casa y se metió en el cuarto que le habían concedido para convertir en su estudio. Cerró la puerta tras de sí con furia. Luis se encogió de hombros

La tarde se hacía más fresca, el viento soplaba con un poco más de fuerza. Traía polvo y tierra, algunas hojas secas. Pero también traía a una persona. A lo lejos veía acercarse a un chico de aspecto taciturno. Era Carlos. Traía un brazo vendado. Se acercó tímidamente a la casa y preguntó:

-¿Tú eres Luis? ¿El hermano de Dafne?

Luis, aletargado por la pasividad del atardecer que ya se manifestaba, respondió afirmativamente moviendo la cabeza. Carlos pareció dudar; no sabía como decirle al hermano de aquella extraña persona que se había enamorado de ella. El comienzo de su discurso para convencerlo de dejarlo verla era algo que aún no podía salir de sus labios. Además, no sabía como decírselo sin mencionarle el intento de sexo oral que Dafne había protagonizado con él. Pero estaba enamorado.

-¿Y tú tampoco pudiste? –dijo Luis con algo de pereza.

-No pude ¿qué?

-Acostarte con mi hermana.

La frialdad de Luis lo sorprendió aún más que el hecho de que el hermano supiera lo que Dafne hacía.

-Pues, no –contestó con desgano.

-No te preocupes. Debes ser algo diferente a los demás. El hecho de que hayas regresado después de averiguar lo que ella quiere hacer… Tienes puntos conmigo, en serio.

Carlos no supo si debía agradecer el extraño halago. Apenas había abierto la boca para decir algo, cuando Luis lo volvió a interrumpir.

-Pero creo que está algo indispuesta ahorita ¿Por qué no vienes otro día? Le hablaré de ti, en serio.

-Gracias…creo.

-Igual y termina acostándose contigo y ya deja esa locura de una vez por todas. Y dejaría de tener esas pesadillas que ya me tienen harto de que me las cuenta.

Carlos recordó sus propias pesadillas. Había dejado de tenerlas apenas hacía unos tres años. Vampiros atacándolo. Pero él tenía una solución. Max, su víbora. Se metía en sus sueños y estrangulaba o mordía a los vampiros; lo salvaba de ellos y se iba. La víbora lo salvaba cada noche desde los once años. Pero esas pesadillas se habían ido, para siempre, gracias a Max. O eso parecía.

-¿Te pasa algo? –preguntó Luis al verlo absorto en un pensamiento vago.

Carlos reaccionó.

-Eh… no, nada. Gracias, dile a Dafne que si puede perdonarme, yo puedo regresar…

-Se lo diré, no hay bronca.

Carlos se despidió con la mano antes de irse miró hacia la pared. Vio una copa de vino tinto justo debajo de la marquesina donde estaba Luis.

-¿Y eso? –preguntó.

Luis bajó la mirada y vio la copa. No pareció tomarle importancia. Se encogió de hombros, mientras Carlos se alejaba.

El sol estaba por ocultarse, pero los colores alrededor de Luis aún se distinguían. Pensó en sus padres; su padre se había ido, siendo él muy pequeño, no conoció a Dafne. Después llegó Javier. Nunca lo llamó “papá”. Veía como tocaba a Dafne, le enfurecía. De súbito, sintió esa rabia regresar. Un cosquilleo entre los ojos. Sintió que su nariz empezaba a expulsar un líquido. No estaba enfermo. Vio caer una gota en su pantalón. El intenso rojo lo alarmó; no hacía el suficiente calor para que su cuerpo reaccionara de esa manera. Se levantó sobresaltado y ordenó a Dafne alcanzarle un pedazo de papel sanitario pero ella no dio señales de haberlo escuchado. Se levantó y quedó ligeramente inclinado hacia la calle. La sangre escurría por su labio superior y caía, una gota tras otra, en el pavimento. Hacia un copa. Luis puso atención y recordó la extraña presencia de aquel objeto en ese momento. El goteo aumentó y alarmó a Luis. Cada vez más asustado, corrió dentro de la casa y se topó con Dafne, quien ya regresaba con el rollo de papel. Luis pasó corriendo al baño. Sintió entonces, intensas y terribles ganas de orinar.

Se escuchó su grito de terror, desgarrando su voz, desde dentro.

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El mismo día que se había diagnosticado a Luis un extraño caso de fiebre hemorrágica que parecía lo mataría, Dafne, contra la voluntad de su madre, no pudo más que salir esa noche para pederse en el alcohol de algún bar, buscar al hombre que por fin la poseería y tendría la tinta para la firma de su cuadro. Tras el sexo oral con que la oferta se concretó, Dafne le había dado su dirección. Él le había dicho que la alcanzaba allá. Fue un acuerdo extraño, pero tras esa noche, ya nada sería igual.

Sus nuevos amigos del bar, entre quienes se encontraba su nuevo prospecto, la habían dejado morir sola cuando se enteraron de dónde vivía. Ninguno se atrevía a acompañarla a esas horas y menos, borrachos o casi. Dafne les escupió y muy tarde se dio cuenta de que la dirección exacta se la había dado prácticamente a todos y no sólo al chico elegido. Caminó mareada por las calles oscuras y húmedas, tratando de ver a la distancia si un taxi se acercaba. El rumbo era inquietantemente solitario. Tanto que cualquier posibilidad de encontrarse con un ladrón o un violador se reducía a nada. Era ella, caminando completamente sola. Fue cuando comenzó a pensar en su miedo más profundo. Los ladrones de sangre. Sabía que su aroma a virgen desesperada podía atraerlos, como perros rabiosos. Sintió un intenso escalofrío y, poco después, como su pulso se aceleraba, comenzaba a sudar. No le importaba que la mordiera donde fuera, que tomaran su sangre, de dónde fuera, menos de ahí, de su himen, su precioso himen, el tintero de su firma gloriosa aún no plasmada en el lienzo. Se encontró con que el alumbrado público comenzaba a fallar. En la oscuridad, potenciada en sus sentidos por el alcohol, se topó con un cuerpo masculino sin olor, sin calor. La tomó del torso y la forzó hacia sí. Dafne sintió el aliento a muerto de aquel engendro pasearse por su cutis.

La carne era dulce, tierna, sin vellosidad. Un cuello exquisito, palpitante, de piel blanca, empapado en sudor frío excitaba cada vez más a Christopher. Había sido convertido hacía apenas dos noches; su sed era implacable, no lo dejaba vivir en paz. Su nueva condición le pareció aberrante al principio, pero pronto aprendió a oler la sangre y excitarse con su aroma ferroso, a percibirlo a lo lejos. Esa noche en particular, se sentía especialmente sádico. La oscuridad del rumbo hacía posible el encuentro con su víctima una auténtica experiencia que rayaba en el cliché. Pero la sed no perdonaba. La chica tenía ese olor a inocencia fingida que no podía rechazar. Cuando la atrapó y obligó a besarlo en los labios, pudo sentir restos de algo viscoso en sus labios. Semen. Se sintió indignado, él había sido un hombre y aún siendo vampiro, la idea de tener semen en sus labios le pareció repugnante. La forzó; su cuello estaba ahora a merced de los colmillos de Christopher.

-Antes de hacerte chillar de dolor, perra, ¿cuál es tu nombre?

-Dafne –contestó con voz entrecortada.

Abrió la boca y miró fijamente el cuello de Dafne. Delicioso. Pero había algo distinto. El sudor tenía color. Rojo. Y el aroma, lo podía percibir. No había duda, era el elixir que buscaba. No entendía como era que la chica podía sudar sangre, pero la duda no le impidió comenzar a lamerle ávidamente el cuello.

-Así que –comenzó Dafne, con voz débil- No te vas a atrever, pendejete…

Christopher montó en cólera y se separó bruscamente, golpeando a Dafne en la cara. Su orgullo parecía más grande que su sed. La chica cayó de espaldas y vio la herida que el vampiro le había causado. Manaba agua de ella. Limpia, cristalina. Mientras su sudor se convertía en sangre, lo que la herida dejaba escapar era agua. Simple agua. Ambos miraron con desconcierto el fenómeno. Christopher no sabía ya que hacer. Dafne, bañada en sangre, lucía ahora más apetitosa. Pero apenas dio un paso, sintió un par de punzadas en su cuello, trató de reaccionar, pero sintió como su inmortal e invencible esencia se convertía en una asquerosa masa gris que se derretía. Dafne contemplaba el espectáculo con horror y asco. Vomitó. Sangre nuevamente.

-¡¿Qué pasa?! –preguntó gritando.

Lo que había mordido a Christopher había desaparecido. Pero en su lugar Dafne vio acercarse a un niño, un joven como de trece años. Lucía delgado, su mirada era profunda y caminaba decidido hacia ella. La masa gris que solía ser un vampiro humeaba en aquel solitario rincón de la ciudad. El niño le había proporcionado a Dafne una chamarra para cubrirse.

Escuchó una voz en su mente “Ven conmigo”..

Sin esperar siquiera a que Dafne reaccionara, la besó suavemente en los labios y luego besó su cuello. Ella, desconcertada por lo que acababa de vivir, no acertaba a reaccionar. Sintió como su cuerpo le pedía un beso más, pero el muchacho se separó de ella suavemente. Su sudor ya no era rojo, la herida provocada por Christopher dejaba salir sangre, auténtica sangre. Lo miró a los ojos por largo rato. Sus pupilas tenían cada una un color distinto. Una azul, otra verde. Hipnotizada por el inesperado encanto del chico, se atrevió a preguntar:

-¿Quién eres? ¿Cómo me encontraste? ¿Y cómo..?

“Coincidencia”, escuchó Dafne en su mente, “y algo de mi voluntad”. La voz era suave, pero también hablaba con convicción. No había inseguridad. “Pero debo sacarte de aquí. Él puede regresar, y así como acabó con el vampiro, querrá eliminarte a ti”.

Se perdieron en la noche.

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El muchacho quedó viendo impresionado el cuadro. No cabía duda, era perfecto y era él. Las obras de arte no solían ser retratos. Pero el trazo y la textura eran simplemente sublimes. Dafne, de alguna extraña manera, sabía que los vampiros vulgares como el que la había atacado, no eran mejores que las personas. Si hubiera existido la oportunidad de convencer a un vampiro de penetrarla y dejarla firmar su cuadro antes de morir, lo habría hecho. Pero los vampiros sabios, los antiguos, los elegantes, se habían ido ya. Dafne no lo sabía, pero ya sólo quedaban vampiros como Christopher allá fuera, en la ciudad. Pero su invitado era distinto. También parecía sediento de sangre, pero no la buscaba…

-Tú… -balbuceó ella- tú… la llamas, ¿cierto?

El chico no contestó. Contemplaba el lienzo con estupor. Era como verse en un espejo fantástico.

-Tú me soñaste –dijo lentamente.

-¿Cómo lo sabes?

El chico volteó y la miró directo a los ojos. Sonrió con malicia. Dafen sintió como uno de sus ojos quería dejar escapar una lágrima. Sintió como el líquido cruzaba su rostro. Percibió el sabor, cuando llegó a su boca; era inconfundible.

-Pero tengo sed…

Comenzó a acercarse con pasos pequeños, casi tímidos. Cuando estuvo frente al chico, le pareció más infantil que antes. Sintió como el aliento de su invitado se paseaba por la piel de su cuello. La tensión crecía. Dafne, en un gesto involuntario, se quitó la blusa. Dejó sus pechos desnudos frente a él. Sintió un ardor en un pezón izquierdo.

-Ah, el néctar…

El chico comenzó a succionar el pecho de Dafne. El ardor cedía y el placer se abría camino. Manchado en rojo, el torso de la chica fue recorrido por la lengua de aquel extraño vampiro. Pronto, sus encías comenzaron a dejar escapar el preciado líquido. Él la besó en los labios para succionar. “Luis estará bien” oyó ella en su cabeza. Sintió un gran consuelo. Los pensamientos de Dafne se revolvían, volaban en un vacío negro, mientras el chico de las pupilas dispares se daba un frenesí con su boca, su mejilla y sus pechos. A pesar de estar absorto en su banquete de sangre, el inusual vampiro parecía tener la mente ocupada en Dafne. Era obvio, él podía leer sus pensamientos. Ella se preguntó de repente, por qué siempre estaba sola. Luis parecía haber sido siempre su único amigo. Sus padres no consentían su afición a la pintura, pero él sí; la defendía. “Tienes razón, ellos lo no entienden”. El tiempo había pasado volando. El amanecer parecía llegar. El chico que había conocido, del que había conocido el sabor de su pene, no había llegado. El muy descarado había recibido una mamada gratis.

El vampiro terminó. Dafne cayó fatigada en el piso. Él la miró un rato y sintió como el calor de amanecer llenaba su cuerpo. Pero algo cerca se lo robaba. La sombra espesa, que siempre lo seguía. Estaba ahí. Vigilaba a Dafne. Se sentaba como una pantera a punto de a atacar a su presa. Era casi un niño, como él. Pero sus ojos tenían pupilas en forma de cuña.

-El vampiro la tocó. Déjala conmigo… Ébola.

El otro chico sonrió levemente.

-Sabes que mi sangre no saldrá por ningún lado.

“No pretendo que sangres. Mi cometido en este mundo ya está cumplido” la mente de la criatura recibía ahora la voz de Ébola, justo como Dafne momentos antes. Abrió la boca. Su encía rosada estaba vacía, a excepción de un par de enormes colmillos amarillentos. Dejó escapar un extraño rugido.

-No hay más vampiros en la ciudad. ¿Cuántas más visitarás para ahuyentarlos? ¿Cuántas más de mis presas piensas arrebatarme?

“Existes porque los vampiros necesitaban temerle a algo. Fue una coincidencia que te cruzaras en mi camino esta vez. Pero quisiste a la chica, aceptaste sus favores, ¿Qué querías con su cuerpo y su sangre?”

-Eso no es asunto tuyo.

“Sí lo es. Desde que tú y yo, por fuerza de nuestras voluntades y de la coincidencia, seres nuevos y pasajeros como el aire, fuimos empujados a encontrarnos con ella. Yo arrebatarles la sangre, tú a matarlos con el dolor que crees que merecen ¿Has visto su cuadro? Ahí estamos los dos. Ella nos soñó. Quizá…”

-…queremos silenciarla –terminó la criatura.

“¿Por qué?”

-No lo sé. Vampiros habrá siempre. Un solo depredador no podrá con todos. Algunos son más poderosos que yo. Nací para vivir en el instinto de matar. Matar vampiros. No sé de dónde vengo. Cuando leí la mente de la chica vi algo distinto. Los vampiros no lo entenderían; habrían succionado la sangre y con ella, su único sueño. Sólo quería tinta, para el arte, sangre…

“Sangre y arte, hermano…”

La criatura y Ébola, ambos enigmas del mundo, temidos por los vampiros, eligieron entonces desaparecer. Así como habían llegado. La criatura se abalanzó sobre Ébola y lo mordió en el cuello. La sonrisa y el sangrado. Sus cuerpos quedaron tirados, juntos, como dos hermanos gemelos en el útero de una madre. La luz del sol penetró aún más en la habitación. El óleo seco de las pinturas de Dafne brillaba. Donde los cuerpos habían yacido quedó un montoncito de polvo color ocre. Ella, aún inconsciente, permanecía desnuda en el piso. Su sexo sangraba.

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-Dafne me dijo que siempre había temido a los vampiros. Sabía que no eran reales, pero les tenía pavor. Sobre todo porque sentía que le quitaban lo más preciado que tenía, lo único que ella creía que la unía a mí.

La voz de Luis sonaba débil. Carlos escuchaba con atención. Se había enamorado, a primera vista. Dafne, desde aquel día de sexo incompleto, permanecía en su mente siempre. La chica que lo había abordado. Con los pantalones suficientes para exigirle.

-Es una lástima que la hayan enviado tan lejos. Su mente era tan frágil –se lamentaba Luis.

Carlos miró al cielo y luego a Luis. La silla de ruedas lo hacía ver más viejo de lo que en realidad era.

-¿Cuánta sangre perdiste? -preguntó

Luis se sintió molesto.

-Está bien, no preguntaré más –Carlos parecía no saciar su curiosidad, no obstante esa frase- Por lo menos, logró lo que quería ¿no? –dijo en tono de broma- ¿Quién fue el afortunado?

-No sabemos. Diagnosticaron una violación, pero nunca atraparon al culpable. Pero –se acercó discretamente a Carlos- Yo creo que fue Javier, nuestro ex padrastro.

Luis comenzó a moverse para retirarse de ahí. Carlos lo detuvo.

-Yo también le temo a los vampiros. Pero en mis sueños, las serpientes se encargan de eso.

Luis lo miró con incredulidad. ¿Serpientes? ¿Serpientes matando vampiros? Sonaba absurdo. Aunque quizá no tanto como las pesadillas que Dafne le había contado. Ella, ladrona de sangre, dejando sedientos a los vampiros, mirándolos morir en medio de su agonía. Ella conservaba la tinta. Firmaba su cuadro.

-Pero era sólo un sueño -dijo Luis- Dafne nunca pudo firmar su cuadro, los sueños de vampiros iban y regresaban. Pero, debiste verlo… Ese lienzo era…

Carlos no quiso escuchar más y se alejó. No entendía como se había enamorado de Dafne. Quizá el destino los había unido. La extraña enfermedad de Luis le había devuelto los aterradores recuerdos de sus pesadillas con vampiros. Y Dafne, sola, en algún cuarto oscuro, contemplando la espesa oscuridad, donde se encontraba su cuadro sin firmar. La tinta se había perdido. Alguien le había sugerido cortarse las venas, recoger esa preciada pintura natural en frascos. Pero la sangre del himen era especial, la de las venas, no; y se la habían quitado.

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Los vampiros comenzaron a regresar a la ciudad. Pero lo hacían con cautela. Uno de los humanos había logrado crear, sólo con la mente, un depredador capaz de exterminarlos. Ahora sabían que los humanos tenían el poder de invocar sus miedos sin saberlo y descifrar el lenguaje de los sueños. Pronto un infeliz miedoso soñaría con ellos y con el remedio a su terror. Era posible, muy posible, que esta vez, el depredador no decidiera irse.


H.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

En la opinión de...

La Momia de Lenin

Hablando de Academias tiranas y cosas de letras, voy a redirigirlos a una serie de textos con opiniones interesantes dignas de ustedes, querido público:

-El viernes pasado, la RAE dio a conocer algunas de las más vistosas nuevas reglas para la escritura de la lengua de Cervantes y Polo Polo. Ha sido criticada de manera agria en varios foros, pero el detalle en el que muchos se han detenido, incluso los titulares de prensa, es en la supresión definitiva de un par de fonemas, muy queridos por todos nosotros: CH (indispensable en el verbo nacional nopalero, chingar) y LL (que seguramente recuerdan en palabras tan indipensables en nuestra vida como "pollo"). Aquí en este nuestro malquerido país, hay voces que protestan porque las nuevas generaciones ya no tendrán diccionarios que incluyan estos fonemas reconocidos como letras. Pero la cosa no acaba en un ¿alguien quiere pensar en los niños (del futuro sin CHs en sus diccionarios)? No, señor. Hay algo más de fondo qué defender. Y no estoy siendo sarcástico cuando los convido a que lean ESTO. Van, órale, denle click.

La imagen, no se hagan los que no saben, es cortesía del siempre fino humor del master Salles, cuyo blog muchos de ustedes deberían estar avergonzados de no conocer.

-Cuando uno le hace a este bisne de la narrada siempre le asaltan dudas existenciales dignas de una parodia de Monty Python. Entre las más recurrentes están unas muy reales que tienen que ver con el papel del escribidor en el mundo, o mejor dicho, entre el resto de los seres humanos, muchos de ellos, (sus) leyedores. Voy a pasarles al costo dos buenos ejemplos: de un lado tenemos una nota del maestro Alberto Chimal, que aborda un tema sensible en un entorno tan machista como el nuestro, con respecto a las mujeres que se dedican o han incursionado en la práctica de este ingrato oficio. El buen Chimal, a su vez, nos remite al blog Pequeños naipes de ópalo, cuya autora expone muy bien varios puntos. Vayan aquí si quieren saber de qué hablo.

-Por otro lado, tenemos una nota de Proceso la cual tuve la ocasión de leer gracias al blog de J.M. Servín. No les pongo el link de la revista, porque son muy mamones y hay que estar suscrito para verla, pero en el citado blog pueden leerla íntegra. Varios escritores de por acá se rifaron hablando sobre la imagen internacional de este país con forma de embudo y buen corazón, partiendo de un tema que al parecer hay personas en el so called primer mundo no creen que sea muy universal: la violencia.

Les dejo esto y ahí luego me dicen qué opinan.

PEACE OUT.

H.

sábado, 1 de mayo de 2010

Delirio pregunta... (Gente que se rifa pt. 3)


¿Cuál es la palabra para describir a la persona que se pone a farolear y así salva a otras, poniendo el ejemplo?


Esta duda de Delirio tiene que ver con una experiencia personal que tuve ayer.

Sólo me han asaltado cuatro veces en la vida y sólo una vez me despojaron de algo; quince pesos en esa ocasión y de hecho me los pidieron con aquello de "la verdad te iba a asaltar, pero me caíste bien...". Las otras dos fueron en el camión,
el heroico Popotla-San Pedro-Bonfil, una camino hacia el hoyo defeño y el otro alejándose de él. La primera en la tarde y la segunda en la noche; ésta cuando tenía yo como 17 años y aquella cuando tenía 12. En ambas ocasiones me tocó un ratero solitario, inexperto, y armado. En una ocasión el desmadre fue tal que terminé bajándome y subiéndome al camión mientras ocurría el asalto (12 años) y en otra iba en la parte de atrás y el camión iba tan atascado de gente que el ratero ni llegó a donde yo estaba.

Esas eran las estadísticas de mi vida como víctima de la delincuencia hasta ayer. Iba yo medio jetón, después de leer un cacho de La búsqueda soñada de la oculta Kadath, del maestro Lovecraft mientras escuchaba a Opeth. Vi de reojo subirse a un tipo de barba, como de treinta años, con un morralillo y poco antes me acompañaban en el asiento de junto una señora como de 70 años y un señor que la acompañaba, que iba parado. Ìbamos por una parte del trayecto, de la que ya les hablé antes.

Unos gritos interrumpieron mi sueño y vi al sujeto de la barba sacando una pistola y amenazándonos a todo el pasaje. De súbito, la señora que iba junto a mí, se paró insultándolo y haciéndome notar que había dos rateros más, en la parte de atrás. "No sabes con quién te metiste, pendejo, mi'jo es de la Federal", apenas lo noté, el mi'jo ya estaba enfrentando al tipo de la pistola. No vi más porque no mamen, capaz que soltaban un balazo. Me hice bolita aunque con una sangre fría que me espantó ya buscaba con qué estafar a los asaltantes (lástima que no he armado mi cartera con credenciales y billetes falsos) y de repente, mientras la señora seguía soltando una letanía de insultos que nunca creí vivir lo suficiente para escuchar, vi a un par corriendo hacia la parte de adelante del camión y los tres malhechores (o malhechotes, jeje... ok, no les gustó el chiste, ¿verdad?) salieron con una patada en el culo a uno de ellos de parte del mi'jo de la Federal, mientras otras personas ya se estaban parando para tomar partido en lo que parecía el inicio de un linchamiento. Sentí que mi adrenalina subía y quería tomar parte, pero ya se habían pelado espantados por la osadía del mi'jo. Agradecí para mis adentros a Nyarlathotep, El Caos Reptante, por ponerme en el mismo camión que él.


La primera reacción de todos fue aplaudirle al héroe y a su increible madre; después el camión se paró adelante, donde había una patrulla y nuestro salvador se fue directito a acusar a los rateros dándole a los polis "santo y seña" de los mismos. Ya de nuevo dentro del camión nos dio nuestro seminario de cómo identificar a los pasados-de-lanza, nos platicó paso a paso cómo intimidó al improvisado pistolero (que no cortó cartucho, según dice, y por lo tanto, lo pudo enfrentar con confianza) y cómo se dio cuenta de que los otros dos eran novicios en el bisne de la rateada. Ya saben, faroleando, pero con muchas razones para hacerlo, y la señora diciéndonos que le dio miedo que le soltaran un balazo y que qué suerte que no se dieron cuenta de que no traía su fusca.

No, no. En serio, la pura intensidad. Ahí fue donde conocí a un auténtico héroe del pueblo, anónimo y acompañado de su madre, como debe ser. Sirva este post de homenaje al mi'jo de la Federal y su cabecita blanca, quienes salvaron mi trasero en un día del niño que nunca voy a a olvidar.


Y si quieren conocer a otra inusual heroína, échenle un vistazo a esta nota.


Saludos desde el limbo.


H.

lunes, 6 de julio de 2009

Más rituales

Ayer, los que nos llamamos a nosotros mismos ciudadanos mexicanos, nos dimos a la tarea de demostrar que el único partido que ha logrado meterse en nuestros corazones es uno cuyo logo tiene los tres colores de la bandera nacional. El mismo partido que nos enseñó a hacer política en el siglo que acaba de morir y que tuvo tantos hijos bastardos. Hoy la prensa y la burocracia democrática se dan cuenta de que siempre estuvimos enamorados de la idea de clonar a los dinosaurios. Como Jurassic Park, men. Nadie duda que la apatía habitual del padrón mostró la cara por muchos, que otros dijeron nel al sistema de partidos anulando el voto (y una larga fila de especimenes que le dieron fama -buena o mala- al movimiento del voto nulo) y que otros votaron creyendo genuinamente que el Congreso le importa al habitante promedio de este país. Entre votos duros, nulos, existentes, inexistentes se batió en combate nuestra creencia más jodida (en el sentido de que empezamos a joderla apenas la usamos): la democracia.

Sublime diosa de los tiempos posmodernos, la democracia nos enseñó valiosas lecciones de su poder en Irak, Zimbabwe, Venezuela, Yugoslavia (y todos sus hijitos), Sudáfrica, Bolivia, Alemania, etc, etc, etc. No le sigo con los ejemplos porque no es lo mío. Como espacio de discusión que es, la diosa se ha querido entronizar como el sistema que va a resolver todos los problemas. Bueno, sus fieles no hablan de soluciones que suenan tan mágicas, pero ya saben cómo es esto del análisis político de patatiux sobre la marcha. Vamos, de ser una palabra, la convertimos en diosa, pa'cabar pronto.

Dicen muchos que está ausente en muchos lados. Yo creo
que nada más son ellos los que no la quieren ver. Es sólo que algunos le hacen caso a la palabra y la usan, y otros que obedecen a la diosa y le rinden culto. Ayer, en la fiesta cívica, la diosa nos dio el poder de clonar especies que una fracción de la intelectualidad y la clase política creían extintas por obra y gracia de Dios. Así se nos va Germñan Martínez. Así los antiguos dueños del imaginario político reclaman lo que fue suyo. Así un CASI 6% de votos nulos habla de una iniciativa que hizo ruido y se ganó enemigos declarados (la mayoría nomás insultó, hay que decirlo), uniéndose al tradicional voto nulo ya existente. 36% del Congreso regresa a manos de los maestrazos de la política a la mexicana.

¿Hay que decirles algo? Bueno, yo aún preparo mi discurso. Por cierto, anulé el voto. Las voces que hablaban de mi tendencia al autoritarismo, de mi irresponsabilidad, de mi estupidez, de mi ingenuidad, de mi falsa rebeldía hoy pueden lamentarse o regodearse en su posición. Es completamente natural que en un país con una incipiente población de escépticos desencantados, las propuestas se vuelvan sospechosas, risibles y blanco de críticas ásperas. Hace varios posts les mostré, indirectamente si quieren, la fuente original de mi adhesión a ella. Si nace algo chido de todo esto, me gustaría estar ahí para participar. Y claro que voy a tener que sentirme aludido cuando me llamen... no sé ¿cuál es el insulto/adjetivo que se estila hoy en día en el terreno de la participación poítica para gente con una posición parecida a la mía?

Hartazgo.
Política.
Imbecilidad.
Pendejos.
Acarreados.

Pensantes.
Ganones.

Lo mismo.

Todos convivimos en esta casta tierra. Convivimos y aprendemos a matarnos o insultarnos. Pero los sobrevivientes de la carnicería de vez en cuando no quieren hacerlo, sólo para volver a la rutina. Los tlatoanis (ya saben , los que mandan) esperan pacientemente cada seis o tres años para llegar a salvarnos, mientras le pedimos a la diosa que no nos abandone sólo porque algunos zánganos saben hacer publicidad, pero no política. Osea, el reino del absurdo. Por eso anulé el voto. Pueden comenzar a lanzar los jitomates podridos.

Los remedios no los voy a proponer yo, ya saben que nomás estoy para hacer diagnósticos al chilazo y me complace saber que mis pretenciones le causan escozor a la gente. Por eso anulé el voto. Los tricolores volvieron a ganar y piensan poner a su nuevo tlatoani en el trono dentro de unos años, porque ya nos dimos cuenta que los presichentes sirven exclusivamente para la burla. Otros añitos de dictadura perfecta le caerían como de perlas a más de uno, pero ya ven cómo es esto. ¿Que fantasía libertaria con asideros materiales nos va a ofrecer ahora las mentes de la "verdadera" oposición?

Y otra cosa, ¿este ritual del tachado sexenal es así como que eterno, cierto?

En vista de los desvaríos, mejor le dedico a la diosa e
stas páginas de V for Vendetta:

Necesitamos un equivalente de V, bueno, eso creo yo, ¿no? (nada de llamarme anarquista wanabe, you faggots)

UPDATE

No mamen, anulistas: ¿QUINTA FUERZA ELECTORAL? Ni me había preocupado por abordar la cuestión de quien nos (digo "nos", porque yo también anulé ¿remember?) vio, en tono de burla o con preocupación, como el embrión de una futura corrupta oganización política o asociación civil mediocre. Pero con signos como este, mierda, ahora sí estamos jodidos. En serio ¿quieren seguir rindiéndole culto a la diosa?

H.

martes, 11 de marzo de 2008

El mundo se convulsiona

Y no es para menos. Échenle una rápida revisada a las noticias desde hace quince días. Es que esto está para pensarse con detenimiento, mucho detenimiento. Yo tengo varias cosas que decir al respecto de un par de acontecimientos que han acaecido en los últimos días. Uno es de implicaciones internacionales y otro de implicaciones nacionales, casi regionales.

Hay otra cosa a destacar. De entrada, me gustaría señalar que la etiqueta de "los jóvenes" a mí me incomoda terriblemente, especialmente cuando se me incluye en la categoría. La cuestión es que no hay forma de sacudíserla; y es que, hay que ser sinceros, no hay mejor etiqueta. Ahora bien, hablar de los jóvenes, en el habla cotidiana implica casi siempre la consideración de la inexperiencias, el relajo, la "poca o pobre orientación" del individuo, cambio sexual, "búsqueda de identidad" ( esta última frase, con sabor a libro de texto de editorial española sobre Educación Cívica que se usa en escuelas particulares de nivel secundaria en la Ciudad de México)... en fin. Cuestiones que se ven acentuadas a los 15, 18, 21 años, pero que son parte de la vida humana de ese rango de edad en adelante. Los cambios físicos son, obviamente, los que escapan a esa afirmación que acabo de hacer.
Ahora, los medios de comunicación, los grandes formadores de la opinión pública en ese país, enfocaron sus cámaras y afilaron teclados (plumas, a veces) y cámaras para señalar a los "jóvenes" como una fuerza motriz de la sociedad que, en un mensaje casi subliminal, nos presentan como que DEBE SER ORIENTADA, CUESTE LO QUE CUESTE. Yo, que estoy entre los señalados (por definición de "los jóvenes"), me siento inquieto. Algo está pasando y no lo alcanzo a ver.
Bueno, ya. Basta de cosas tiradas al aire y a ver si le cachan a lo que me refiero. Seguramente, varios de ustedes se enteraron que al señor Álvaro Uribe, el presichent..dente de Colombia, se le hizo simpático ordenar un golpe contra la conocida guerrilla del país del del que mucha gente sólo conoce a Shakira y el vallenato (con suerte): las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. El bombardeo contra un campamento de las FARC provocó la muerte de varios guerrilleros, entre ellos el vocero Raúl Reyes (sorry, chamacos, me da hueva buscar el nombre real del tipo) y varias personas que, se sigue presumiendo y confirmando hoy, son de nacionalidad mexicana.
Los mexicanos en Ecuador, en medio de un conflicto internacional en el que también le entró el favorito de todos, Hugo Chávez y una amenaza de guerra entre Colombia, Ecuador y Venezuela, en gran medida fabricada por los medios e involucrados y puntos de ataque de las "buenas" y no tan buenas conciencias de quienes, en la tierra de Cuautéhmoc y Ernesto Zedillo, tienen el privilegio (a veces desgracia para nosotros) de emitir una opinión de resonancia pública. Y resulta que esos mexicanos ¡eran estudiantes de la UNAM! ¡de la Facultad de Filosofía y Letras! ¡Casi casi mis colegas, carajo!
Aún recuerdo las reacciones de mi señora progenitora al enterarse (vía radio o diario Monitor, no recuerdo bien) de los ahora identificados como estudiantes-guerrilleros. Su natural preocupación de madre le hizo llamarme inmediatamente una vez que llegó de trabajar en la noche para hablarme sobre lo peligroso que podría ser que yo continuara con mis proyectos académicos de investigación histórica de las guerrillas mexicanas. La discusión fue larga y desgastante para mí, defendiendo mis inclinaciones académicas y separando (o al menos tratando) los hechos en Ecuador, de mi posible ejercicio profesional derivado de mis inquietudes sobre esta parte semioculta de la historia del México contemporáneo; y ella, expresando sus temores a que me pasara algo por andar indagando "donde no debía". Quisiera que no se malinterpretara esto último: para ella, la lógica de una vida tranquila no va de acuerdo con mi vocación académica, sobre todo los temas que em interesan y que ella suponen son factor de riesgo para mi seguridad personal. Es decir, su sentir lo ejemplificaría muy bien trayendo a su memoria, queridos lectores, esa escena de la película Rojo Amanecer, donde Héctor Bonilla les dice a sus hijos "con el gobierno no se juega". Así de simple.
Al final, el posible conflicto bélico entre las tres naciones bananeras no pasó deser una terrible escena distópica para miles de sudamericanos. Felipillo se las dió de muy "mediador", dando su imagen mediocre ante el mundo latinoamericano para demostrar nuestra siempre oportuna política internacional de tibieza convenenciera, pero afortunadamente firme y que, de perdida, nos consigue un poco de seguridad de que los de allende al Bravo no nos van a venir a invadir. Correa y Uribe se quedaron "conformes" y ahí acabó el conflicto para muchos. Durante este período de tensión, acá en nuestro querido país nopalero, tanto noticieros como periódicos, hacían conjeturas idiotas o ingenuas sobre los estudiantes-guerrilleros.
No era de extrañar. Acá en mi cobacha, se acostumbra ponerle a la novela de la novela de la noche en turno en el canal 13 de TV Azteca y, pues, cuando ya todos están jetones en la sala, Javier Alatorre se introduce en nuestra pacífica vida familiar con las notas amarillistas de su noticiero. Ya no he optado por apagarle cuando inicia, pero loq ue no leo en los periódicos en la mañana (bueno, muchas veces, nada más los encabezados de los que ponen afuerita de metro Barranca del Muerto) lo cacho en la noche con el Alatorre. El trato sobre este asunto de los "jóvenes" ha ido subiendo de tono en este noticiero y estuvo en sintonía con notas como esta Nota que a los activistas de mi querida Facultad se les ocurrió tomar como indicador de la opinión general de los medios respecto al tema. La visión es algo parcial (hay notas como esta) pero no excenta de un gramo, al menos, de razón. La guerra de declaraciones sigue ahora con los nombres de más mexicanos, estudiantes que, se presume, estuvieron en el campamenteo guerrillero bombardeado. Si revisaron el link del artículo de Carlos Mota notarán que el discurso puede mostrarse tan serenamente agresivo que la gente lo tomará como normal.
El señor Mota dice que queremos "romper el mundo, no construirlo". Al tipo le hace falta tomar mínimo una clase en la Facultad para darse cuenta de la inmensa estupidez que encierra esta afirmación. Estamos revisando al mundo, y si lo rompemos, será por iniciativas ingenuas a las que, se debe decir, no todos nos adscribimos. En fin.
Y luego, esperando yo que pasaran ayer en la noche, en el noticiero Hechos, las imágenes que es emismo día habían tomado las cámaras de Salinas Pliego en mi facultad para ver si salía yo (^^) pasaron del asunto de los "jóvenes" estudiantes-casicasi-guerrilleros a una noticia que de veras ganó mi atención. Aquí la nota. También está la versión de La Jornada. Así de fácil. Una chusma iracunda, encendidos sus instintos emofóbicos por medio de correos electrónicos y demás medios de comunicación sobrevalorados y sobresaturados, atacaron en mi bella ciudad de Querétaro a los emo que se habian "adueñado" de no se que parte del centro de la ciudad. Hagan de cuenta que si el viernes, un grupo irrumpiera en la Glorieta de Insurgentes a golpear a los especímenes maníaco-depresivos de chocolate. La intolerancia juvenil, de la cual doy muestra, en mi propia persona, aunque de manera mesurada y políticamente correcta en una de mis entradas anteriores, en la más pura de sus expresiones.
Claro que no tardaron en circular en las páginas de Yahoo Respuestas las expresiones de desaprobración y, cosa nada extraña, de júbilo por la acción de las tribus urbanas queretanas. Circularon también las aclaraciones: que si nomás se apañaron a uno de manera realmente gandalla, que si el resto corrió y se salvó. La cosa está en que esa aversión a los entes depresivos de plástico con rebaba (característica que los emo comparten con tantas, pero tantas autodenominadas tribus urbanas o movimientos) ya está empezando a tomar forma cada vez más nítida y visible. Esta construcción de un enemigo colectivo no es nueva y a mí me hace pensar en la cuestión de los judíos y lo que escuché ayer en el Colegio de México, en una ponencia sobre miedo anticomunista en el México de la posguerra. Ahora la ya visible discriminación e intolerancia vino "de abajo" (noten bien las comillas) y se está circunscribiendo a las conciencias de un cierto sector de la sociedad joven, que parece tener límites temporales de generación y de tendencias de pensamiento o, más bien, forma de ver la vida, a secas un tanto afines. Es un fenómeno escandalosos, contenido y delimitado, que involucra a algunos grupos que, para bien o para mal, están aumentando su presencia en la vida urbana mexicana.
Y de repente, después de febrero, los "jóvenes" dan de qué hablar. Nomás les digo que, respecto a estas dos cuestiones, no he dicho mi última palabra; es que quería postear. Nada de lo que digo ene ste post es definitivo. Sólo lo es esto que sigue.
¿Se acuerdan del documental Zeitgeist? Pues bien, este sábado es el día Z, es decir, el día que, por iniciativa del director del documental, se pretende sea testigo de una exhibición masiva del filme en todo el mundo, por parte de iniciativas independientes. Aquí en la Ciudad de México, lo van a pasar el jueves 13 (oseáse, este que viene) en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Acá la información. Parece que querían hacerlo en 15, pero no sé que los detiene. Dicen que es una versión actualizada del documental. Trataré de estar ahí para verlo. Quedan cordialmente invitados.
Y por último, una joya que encontré vía-Clément:
Disfrútenlo


Uff!!! Ahora sí me colgué.

SALUDOS DESDE EL LIMBO

H.

domingo, 22 de julio de 2007

Emofobia pt.1

Aun no acierto a comprender porque el sufijo griego phobos se utiliza en el lenguaje común para dos cosas distintas aunque cercanas entre sí: miedo y odio. Si hablamos de aracnofobia, todos sabemos que se trata del temor o terror a la arañas. Si alguien dice que odia las arañas, es poco probable que sea un odio exacerbado a las distintas especies de arácnidos que llevan ese nombre común y esa persona haga todo lo posible por exterminar dichas especies del planeta, ni que sienta placer en el dolor de las arañas o las envie a campos de concentración en una enferma demostración de megalomanía creyendo que es una especie superior y pretendiendo que las arañas deben morir.... ¡absolutamente todas!!!



Ah! (tosiendo) Ejem! Disculpen, me dejé llevar. La cuestión es que la connotación de odio no aplica con aracnofobia. Pero si en homofobia. Literalmente podría significar miedo a lo igual o miedo al hombre (ser humano). Y es odio a los homosexuales. Esta fobia sí resulta en agresiones y discriminación; también puede ser temor, pero ahí sí no tengo autoridad para opinar. Pregúntenle a alguien que sepa. En fin, el término xenofobia también tiene la misma connotación. (Significa odio a los extranjeros, para el que no sepa... ¡hay gente que no sabe! ¿yo qué?)


Resulta que viendo que la sociedad actual está tan inundada de tendencias en el ámbito urbano, me he topado con una especialmente curiosa : el emo. Relacionado con cierto tipo de música, sus "seguidores" aseguran que más que una moda, es un estilo de vida. Yo en lo personal no atrae ni tantito. De hecho, se me hace una apología a la depresión de los pubertos desadaptados y la descomposición de un modelo de familia y sociedad... que, para colmo, también importamos del imperio de las hamburguesas de allende el Bravo. Hasta lo malo se los copiamos... en fin, esa es una opinión que posteriormente desarrollaré y matizaré (e incluso podría modificarla) en un post distinto. El propósito de este es un tanto distinto pero también relacionado con el emo. Dada mi aversión APARENTE (hasta frente a mí mismo) por esta o este... no sé ¿"movimiento"? ¿"tribu urbana"?, acuñé un término que se mueve con libertad en la ambiguedad de las fobias que expliqué renglones más arriba: EMOFOBIA.



No es odio a los emos. No es temor a los emos. Es una sensación de extrañeza combinada con rechazo frente a ellos o ellas. Y como la Real Academia no tiene una puta idea de un término como este, me siento con la libertad de ponerle el significado que yo quiera. En función de esto, quisiera compartirles algo que me llegó en un boletín de MySpace a mi perfil en ese sitio.



Contén tu sorpresa. Sí. Tengo MySpace. Tampoco te emociones. Tampoco soy tan popular como Tila Tequila o The Mars Volta. ¿Quieres visitarlo? Ahí esta la dirección a un lado de los posts. ¿Quiere seguir con esto? Sigue leyendo.



La persona que me lo envió cayó en la trampa y contestó. Se supone que es... bueno, mejor se los enseño para no tener que explicarles:



Borra el porcentaje anterior y anota el tuyo multiplikando el total de tachitas por 3 ... ( ese es el porcentaje de "EMO" que llevas dentro )

[ x ] TE GUSTAN(O USAS)PANTALONES DE TUBO.

[x] LA MUSICA ES TU VIDA.

[ ] HAS ESCRITO POESIA O ALGUNA CANCION.

[x] TU CABELLO TAPA PARTE DE TU CARA.

[ ] TE GUSTAN (O USAS) CAMISAS (BLUSAS)PEGADAS.

[ x] AMAS LAS ESTRELLAS.

[x ] USAS,HAS USADO O TE GUSTAN LOS VAN'S.

[ x ] USAS,HAS USADO O TE GUSTAN LOS CONVERSE.

[x] USAS DELINEADOR.[ ] ESTAS EN UNA BANDA.

[x] TU NOMBRE PARA MOSTRAR EN EL MYSPACE TIENE ALGUNA "X" EN EL.

[ ] ENTIENDES QUE "MY CHEMICAL ROMANCE" NO ES EMO.

[ x] ENTIENDES QUE "GREEN DAY" NO ES EMO.

[ ] SABES QUE SIGNIFIGA "MOSH".

[x ]TE SIENTAS SOLO DE VEZ EN CUANDO.

[ x] TE GUSTA MTV.

[x]abces TE TOMAS FOTOS MUY AMENUDO..DE TI Y DE TU CABELLO.

[x] TE SIENTES PERDIDO SIN UN IPOD O ALGO PARA REPRODUCIR MUSICA.

[ x] SABES QUE EL "EMO" NO ES UN ESTEREOTIPO.

[x ]TIENES O TUVISTE LENTES DE AUMENTO CON ARMAZON NEGRO.

[ ]TIENES O TUVISTE UNA MOHACK.

[x] HAS USADO ESMALTE NEGRO PARA LAS UNIAS.

[x ] NO TE LLEVAS BIEN CON TU MAMA.

[ ] NO TE LLEVAS BIEN CON TU PAPA.

[ ] ODIAS DONDE VIVES.

[ ] PIE QUE EL COLOR NEGRO NO ES FEO.

[x ] JUSTO AHONSASRA ESCUCHAS MUSICA.

[x] SABES QUE SIGNIFICA "hxc"

[ ] HOT TOPIC O OSIRIRS NO TE ASUSTA.

[ x] USAS CINTOS DE REMACHES.

[x ] TE HAS HECHO ALGUNA CORTADA EN EL CUERPO.

[x ] LLORAS A MENUDO.

[x] EN TU GUARDARROPA HAY COLORES SOLIDOS Y MAYORIA DE NEGROS PERO NO EXISTEN LOS COLORES AL PASTEL.

[ x] TE SIENTES TRIZTE A MENUDO.

[ x] TE RAYAS EL CUERPO.

[ x]ALGUIEN TE HA DICHO QUE PARESES "EMO". (el bobo de mi hermano para hacerme poner de malgenio)

[x] ESCUCHAS MUSICA CORTAVENAS




Tengo 20 años. Aún a esta edad una persona como yo es vulnerable de caer en modas pasajeras, insulsas y de falso mensaje o contenido. Quien quiere saber "cual es su porcentaje de emo" puede estar a años luz de esta situación o a un paso. O simplemente es un entretenimiento. A fin de cuentas ¿quién soy yo para juzgarlos? Eso sí, a mi no entretiene nada y por eso nisiquiera me molesté en reenviarlo. Bueno, no reenvío muchas cosas.




Bien, analicemos frase por frase para aplicar la emofobia.



Borra el porcentaje anterior y anota el tuyo multiplikando el total de tachitas por 3 ... ( ese es el porcentaje de "EMO" que llevas dentro )

Interesante sistema de encuesta por internet. "Tachitas" No son "equis" ni "taches" ni "cruces". Ni siquiera sus respectivos diminutivos. Son tachitas. Es decir, TACHAS. ¿Algún mensaje subliminal para fomentar el consumo de drogas? No lo sabemos. Y ¿por qué 3? ¿Es un número cabalístico para los emos?


[ x ] TE GUSTAN(O USAS)PANTALONES DE TUBO.

Primera muestra de esterotipo. ¿Por qué habrían de ser los pantalones de tubo algo característico de los emos su uso? Podríamos encontrar la respuesta en la calle, más específicamente debajo de ella, en el metro. Pero qué hueva. Lo que sí es que esos pantalones me parecen de lo más incómodo que hay y el incitar su uso podría frustrar a más de un acomplejado gordito promedio mexicano. Afortunadamente no parece haber casos así. Los gorditos emos se preocupan de serlo solo del cuello para arriba y con algunos accesorios. El resto... ¡lávense bien ahí donde les conté después de andar todo el día en una ciudad como México! Negros y completamente embarrados a su anoréxica humanidad. Esos pantalones definitivamente no pueden ser algo agradable después de viajar en la linea tres del metro en hora pico, ni mucho menos con este calor del efecto invernadero. Si el emo permite a sus seguidores el uso de bermudas, no duden en utilizarlas. Podría salvarles la vida, créanme.


[x] LA MUSICA ES TU VIDA.

¿Perdón? Para mucha gente, la música es su vida. Y no son emos. Por favor, no monopolicen uno de los grandes placeres de la vida. Si quieren hacerlo, métanse a alguna disquera o algo así.


] HAS ESCRITO POESIA O ALGUNA CANCION.

Creo que esto va en la misma línea de la de arriba. Apenas van tres y los emos no parecen demostrar su singularidad. Son incontables las personas que escriben poesía o canciones sin ser parte de esto. Pero bueno, dejemos que se sientan importantes por esto. Piensen en los empleos que se generan en las tiendas "Monster" gracias al consumo de estos homínidos depresivos.



[x] TU CABELLO TAPA PARTE DE TU CARA.

¿Quiere decir esto que hay momentos en la vida de cualquiera en que es emo por un instante? Nomás cuenten la cantidad de veces que su cabello les ha cubierto la cara o parte de ella, si es que el largo se los permite. Ahora piensen en la cantidad de veces que su esencia emo ha salido a relucir de manera efímera. ¿Se imaginan al Tío Cosa? Está más allá del emo. Los supera con creces (inserte chiste aquí).



[ ] TE GUSTAN (O USAS) CAMISAS (BLUSAS)PEGADAS.

Seguramente Ian Thorpe y muchos atletas son emo. Los mortales como ustedes y yo sabemos que ese tipo de prendas son increíblemente incómodas en repetidas ocasiones, pero también despiertan pasiones inesperadas y nos permiten lucir un buen cuerpo (si es que lo tenemos). Los emos podrían estar promoviendo cierto tipo de visión de la vida basada en un esterotipo de vanidad terriblemente nocivo, con lo cual contribuyen con su granito de arena a nuestra ya de por sí materialista y superficial sociedad. O tal vez sólo sea su gusto XD.



[ x] AMAS LAS ESTRELLAS.

Dos posibilidades: Los emos aman el Canal de las Estrellas o son astrónomos. Bueno, podría haber más... ¿Los astrónomos? Nah! No lo creo... ¿y ustedes?



[x ] USAS,HAS USADO O TE GUSTAN LOS VAN'S.

El capitalismo "alternativo" al servicio de una "tribu urbana" o viceversa. No sé ustedes, pero la segunda posibilidad me convence mucho más.



[ x ] USAS,HAS USADO O TE GUSTAN LOS CONVERSE.

¡Porca Miseria! Yo tengo un par de esos. Mejor me reinvindico con el público. No se sientan traicionados. Mejor lean la respuesta anterior.



[x] USAS DELINEADOR.

Tuvimos a los emos delante de nosotros durante siglos y no los notamos. Deberíamos estar avergonzados.



[ ] ESTAS EN UNA BANDA.

¿La legendaria Banda El Recodo de Don Cruz Lizárraga es emo? No lo hubiera imaginado.



[x] TU NOMBRE PARA MOSTRAR EN EL MYSPACE TIENE ALGUNA "X" EN EL.

Los Xavieres, Xóchitls, Ximenas, Félixes y demás están condenados al emo para siempre. Si utilizan MySpace, eso sólo liberará a este terrible monstruo interior.



[ ] ENTIENDES QUE "MY CHEMICAL ROMANCE" NO ES EMO.

¡Claro! ¡A defender el orgullo nacional! ¡Chino no es lo mismo que japonés!



[ x] ENTIENDES QUE "GREEN DAY" NO ES EMO.

Ya, en serio. ¿Importa?



[ ] SABES QUE SIGNIFIGA "MOSH".

Creo que me estoy salvando. Mmm pero sé que hay un grupo que se llama Plastilina Mosh.



[x ]TE SIENTAS SOLO DE VEZ EN CUANDO.

Soy una persona lista. En serio. Sé muchas cosas. Acabé la preparatoria y estudio una carrera en la Universidad. Y aún así no acabo de entender que tiene que ver esto con los emos. ¡Dios mío, ayúdame! Lo cierto es que si el "sentirse solo de vez en cuando" es una característica emo, ello significaría que las personas deberían evitar ser parte de esto. Hay muy poca gente que sabe disfrutar, verdaderamente disfrutar, de la soledad. El resto de los mortales preferimos estar en comunidad, en grupo, relacionándonos con otras personas y en este caso, la soledad es algo que nos pone tristes. Algo que no es agradable. ¿Y quien quisiera tener experiencias y sensaciones desagradables en su sano juicio? Quienes alardean de desearlas, rara vez están diciendo la verdad. Es sólo eso: están alardeando.



[ x] TE GUSTA MTV.

Sin comentarios.


[x]abces TE TOMAS FOTOS MUY AMENUDO..DE TI Y DE TU CABELLO.

¿"abces"? ¿Es una palabra mística? ¿La respuesta a todas las preguntas? Y si lo que quiere decir es "a veces", ¿qué especie de coherencia hay en esta frase: "a veces (sic) te tomas fotos muy amenudo"? ¿Pleonasmo premeditado acaso?



[x] TE SIENTES PERDIDO SIN UN IPOD O ALGO PARA REPRODUCIR MUSICA.

¿Acaso ese "algo para reproducir música" y el iPod tienen alguna especie de Guía Roji? NI hablar, dependencia de la tecnología, definitivamente.



[ x] SABES QUE EL "EMO" NO ES UN ESTEREOTIPO.

Es que, caramba, hay que defenderse.



[x ]TIENES O TUVISTE LENTES DE AUMENTO CON ARMAZON NEGRO.

¿Como en los sesenta?



[ ]TIENES O TUVISTE UNA MOHACK.

No, definitivamente son una cultura distinta. Sólo ellos y Dios saben qué chingados es una mohack. (Bueno ¿qué esperaban? hay cosas que no sé)



[x] HAS USADO ESMALTE NEGRO PARA LAS UNIAS.

No contestaré hasta que me digan qué son las unias. ¿Para que echarles esmalte negro, si se así deben ser bien chidas, sean lo que sean? Esos emos...



[x ] NO TE LLEVAS BIEN CON TU MAMA.

Yo me llevo bien con las dos que tengo. Soy hombre y no son atractivas, pero igual me llevo bien con ellas.



[ ] NO TE LLEVAS BIEN CON TU PAPA.

Debo admitirlo, me llevo mejor con mi jitomate y mi zanahoria.

[ ] ODIAS DONDE VIVES.
Bueno, es evidente que esto quiere decir que, con la situación en la que se vive en este país, cualquiera odiaría donde vive. Pero aún así hay quien ama el terruño. Siempre hay un sentimiento de pertenencia respecto a un lugar físico y a un ambiente social. Si el emo odia el lugar donde vive, eso significa que hay lugares mejores para él o ella. ¿Dónde está? Su depresiva mente no sería capaz de encontrar satisfacción en ningún lado. Triste destino el de estos chavos.

[ ] PIE QUE EL COLOR NEGRO NO ES FEO

Bueno, primero hay que notar que esto está pésimamente escrito. ¿Qué tiene que ver un pie o un pie (en inglés) con el color negro? La valorarización del negro como un buen color no demuestra nada, absolutamente nada.

[x ] JUSTO AHONSASRA ESCUCHAS MUSICA.

Conozcan un nuevo adverbio: ahonsasra.

[x] SABES QUE SIGNIFICA "hxc"

Creo que de esto ya hablé en el segundo post de este blog. Échenle un ojo.

[ ] HOT TOPIC O OSIRIRS NO TE ASUSTA.

Es en estas respuestas en que a uno se le sale lo emo. Aquí sí me considero ignorante.

[ x] USAS CINTOS DE REMACHES.

Si esto se refiere a los estoperoles, en este mismo momento estoy traicionando mi emofobia. Pero no le hace, es un cinturón cómodo. ¡Además eso es un hurto a la estética punk!! Whatever...

[x ] TE HAS HECHO ALGUNA CORTADA EN EL CUERPO.

Bueno, creo que este tipo de cosas son las que yo más relaciono con el emo. Para la expresión artística, es aceptable. Para la vida diaria, ahí sí que están enfermos.

[x ] LLORAS A MENUDO.

¡Increíble! El emo trasciende épocas y tiempos.

[x] EN TU GUARDARROPA HAY COLORES SOLIDOS Y MAYORIA DE NEGROS PERO NO EXISTEN LOS COLORES AL PASTEL.

La "cultura" emo no niega su dependencia de una máscara artificial, un caparazón protector y una forma de enajenamiento más efectiva que la plusvalía que Marx describió. ¡Bendito capitalismo!

[ x] TE SIENTES TRIZTE A MENUDO.

Ahí sí admito su singularidad. Sólo ellos y ellas se sienten triztes. El resto de las personas nos sentimos tristes. Agreguen otra "z" a la palabra y Marthita Sahagún podría ser emo.

[ x] TE RAYAS EL CUERPO.

Debo admitir que una sociedad semi-puritana como la nuestra se escandaliza con este tipo de prácticas y hacerlas es contestatario y casi casi "contracultural". Pero yo lo hacía en la secundaria. Es sólo una parte de la vida. Si así es, el emo podría unirse a la vasta lista de pseudo-filosofías que elevan el complejo de Peter Pan al extremo. Aunque también siglos de la práctica de tatuajes y pintas en el cuerpo en distintas culturas a lo largo y ancho del mundo demuestran que tampoco es algo propio de la juventud. ¿Qué más da? No hay nada particular en esto.

[ x]ALGUIEN TE HA DICHO QUE PARESES "EMO".

Pasemos por alto la aberración ortográfica. El emo mediatizado y con endebles raíces en las conciencias juveniles se ha vuelto un calificativo que, en esta convulsa era de insultos y descalificaciones que vuelan de subcultura a subcultura (desde ámbitos como la Universidad hasta conciertos populares o conflictos entre narcos), se usa como ofensa o un término que, ingenuamente se cree, llena un vacío del lenguaje.

[x] ESCUCHAS MUSICA CORTAVENAS

Para los emos mexicanos, José Alfredo y el Príncipe de la Canción deben ser la regla.

Pues sí, así funciona este mundo. Ellos responden y un prejuicio se esparce por la Tierra. ¿Irónico no? El emo está invadiendo las calles y no hay un futuro prometedor si no es que va de la mano de la comercialización del mismo. Yo ya no sé qué opinar. Practico y predico la tolerancia, pero a veces es difícil. Como sea, espero sus comentarios.