¿Sobreinterpreto? ¿Alucino? ¿Es posible?
The New Left Review se aventó recientemente la puntada de hacerle una taquillera entrevista a uno de los historiadores más idolatrados, admirados e importantes del gremio: Eric Hobsbawm. A mí llegó por e-mail un poco antes de que saliera reproducida en Nexos, aquí en el Anáhuac y quedé gratamente complacido con lo que leí. Hobsbawm es un marxista convencido de una capacidad analítica impresionante, con una visión de largo alcance y lucidez envidiable. Habrá quien cuestione su forma de ver la historia y argumente que sus textos de historia mundial (como The Age of Extremes) son apantallapendejos. Puede ser y si eso es cierto, puta madre, que me apantallen así hasta se agradece.
Vayan y lean la entrevista, está muy buena, y si son como yo aspirantes a miembros del gremio de los historiantes, sacarán buenos comentarios para ligar en sus facultades o escuelas, hacerle la barba a algún maestro citando la entrevista (ojo, no debe funcionar con todos) y, en el peor de los casos, le sirva para una reflexión mamona que algún día incluirán en algún texto suyo.
Nosotros sólo queremos ocuparnos de citar mañosamente la última pregunta:
Si tuviera que escoger temas o campos todavía sin explorar que presenten grandes desafíos para futuros historiadores, ¿cuáles elegiría?
El gran problema es uno muy general. En virtud de los estándares paleontológicos, la especie humana ha transformado su existencia a una velocidad asombrosa, pero el grado de cambio ha variado enormemente. Algunas veces se ha movido muy despacio, algunas veces muy deprisa, algunas de manera controlada, otras no. Claramente, esto implica un creciente control sobre la naturaleza, pero no deberíamos afirmar que sabemos adónde nos conduce. Los marxistas se han centrado correctamente sobre los cambios en el modo de producción y sus relaciones sociales como los generadores del cambio histórico. Sin embargo, si pensamos en términos de cómo “los hombres hacen su propia historia”, la gran pregunta es esta: históricamente, las comunidades y los sistemas sociales han apuntado hacia la estabilización y la reproducción, creando mecanismos capaces de mantener a raya saltos perturbadores hacia lo desconocido. La resistencia contra la imposición del cambio desde afuera es todavía un factor importante de la política mundial actual. ¿Cómo, entonces, unos seres humanos y unas sociedades estructuradas para resistir el desarrollo dinámico aceptan un modo de producción cuya esencia es su interminable e impredecible desarrollo dinámico? Los historiadores marxistas podrían investigar con provecho el funcionamiento de esta contradicción básica entre los mecanismos que traen el cambio y los preparados para resistirlo.
Ps miren, quizá este yo muy güey, pero lo de "dinámico, impredecible" me suena mucho a la teoría del caos. Muchos saben y si no se los aviso, que una manera práctica de explicar esta teoría es decir que el conocimiento de las cosas se puede contemplar desde la óptica de considerar que los eventos son esencialmente (sic) impredecibles. Quizá tengan un orden, pero nosotros no somos capaces de vislumbrarlo. En vez de leyes, tenemos tendencias, y aún esas pueden verse cuestionadas por un elemento anómalo.
Bueno, esa es mi impresión y apenas soy un iniciado, aún exploro la teoría con paciencia. Se siente chido sentirse nuevo en algo así, valga la rebuznancia.
Si creemos que lo que Hobsbawm está haciendo al responder como lo hizo en esta última pregunta es decirnos "naturaleza del mundo=caos, sistema dinámico; capitalismo=caos, sistema dinámico, dejémonos de tonterías emancipadoras y estudiemos eso", necesitamos una segunda lectura. Leer así es como opinar así. El artículo del link que les pongo tiene buenas bases y hace una buena crítica.Y posiblemente ignora otra perspectiva. La de Gorges Balandier, quien dice, (en El desorden) entre otras cosas, que tanto la tradición como modernidad son en varios aspectos conjuras del caos. Aquí lo importante no es tomar la actitud cínica de "todo es caos, así que el capitalismo está bien", sino darse cuenta de que, en función de evitar el caos, el ser humano arma distintas estrategias y es pertinente estudiar los procesos en los que tiene éxito y en los que no. Y eso resulta especialmente interesante en un nivel simbólico. Se parece en algo a lo que dice Hobsbawm, ¿no? Si los marxistas se pueden conciliar con esta postura sería iniciar un largo debate que pronto arrojaría insensateces al por mayor. Así que no abramos la caja de Pandora.También podemos ignorar a Balandier y a otros y tomar las palabras de Hobsbawm nada más sin relacionarla con otros autores... de momento. Eso dejaría más conformes a muchos y podría traducirse en interesantes estudios concretos.
Ahora que si el buen Eric se está saliendo del huacal del marxismo... pues qué divertido. ¡JA!
Por cierto, la edición de Nexos trae ilustraciones con la entrevista, pero por ningún lado veo los créditos del ilustrador (¡gachos!). Mi primera apuesta es Patricio Betteo, pero igual es otro. Si pueden, pásenme el dato. Van los dibujitos para que hagan sus conjeturas:¿Alguien quiere agregar algo?
H.
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