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sábado, 1 de mayo de 2010

Gente que se rifa pt. 2: ¿Eric Hobsbawm coquetea con la teoría del caos?





¿Sobreinterpreto? ¿Alucino? ¿Es posible?

The New Left Review se aventó recientemente la puntada de hacerle una taquillera entrevista a uno de los historiadores más idolatrados, admirados e importantes del gremio: Eric Hobsbawm. A mí llegó por e-mail un poco antes de que saliera reproducida en Nexos, aquí en el Anáhuac y quedé gratamente complacido con lo que leí. Hobsbawm es un marxista convencido de una capacidad analítica impresionante, con una visión de largo alcance y lucidez envidiable. Habrá quien cuestione su forma de ver la historia y argumente que sus textos de historia mundial (como The Age of Extremes) son apantallapendejos. Puede ser y si eso es cierto, puta madre, que me apantallen así hasta se agradece.

Vayan y lean la entrevista, está muy buena, y si son co
mo yo aspirantes a miembros del gremio de los historiantes, sacarán buenos comentarios para ligar en sus facultades o escuelas, hacerle la barba a algún maestro citando la entrevista (ojo, no debe funcionar con todos) y, en el peor de los casos, le sirva para una reflexión mamona que algún día incluirán en algún texto suyo.

Nosotros sólo queremos ocuparnos de citar mañosamente la última pregunta:

Si tuviera que escoger temas o campos todavía sin explorar que presenten grandes desafíos para futuros historiadores, ¿cuáles elegiría?


El gran problema es uno muy general. En virtud de los estándares paleontológicos, la especie humana ha transformado su existencia a una velocidad asombrosa, pero el grado de cambio ha variado enormemente. Algunas veces se ha movido muy despacio, algunas veces muy deprisa, algunas de manera controlada, otras no. Claramente, esto implica un creciente control sobre la naturaleza, pero no deberíamos afirmar que sabemos adónde nos conduce. Los marxistas se han centrado correctamente sobre los cambios en el modo de producción y sus relaciones sociales como los generadores del cambio histórico. Sin embargo, si pensamos en términos de cómo “los hombres hacen su propia historia”, la gran pregunta es esta: históricamente, las comunidades y los sistemas sociales han apuntado hacia la estabilización y la reproducción, creando mecanismos capaces de mantener a raya saltos perturbadores hacia lo desconocido. La resistencia contra la imposición del cambio desde afuera es todavía un factor importante de la política mundial actual. ¿Cómo, entonces, unos seres humanos y unas sociedades estructuradas para resistir el desarrollo dinámico aceptan un modo de producción cuya esencia es su interminable e impredecible desarrollo dinámico? Los historiadores marxistas podrían investigar con provecho el funcionamiento de esta contradicción básica entre los mecanismos que traen el cambio y los preparados para resistirlo.

Ps miren, quizá este yo muy güey, pero lo de "dinámico, impredecible" me suena mucho a la teoría del caos. Muchos saben y si no se los aviso, que u
na manera práctica de explicar esta teoría es decir que el conocimiento de las cosas se puede contemplar desde la óptica de considerar que los eventos son esencialmente (sic) impredecibles. Quizá tengan un orden, pero nosotros no somos capaces de vislumbrarlo. En vez de leyes, tenemos tendencias, y aún esas pueden verse cuestionadas por un elemento anómalo.

Bueno, esa es mi impresión y apenas soy un iniciado, aún exp
loro la teoría con paciencia. Se siente chido sentirse nuevo en algo así, valga la rebuznancia.

Si creemos que lo que Hobsbawm está haciendo al responder como lo hizo en esta última pregunta es decirnos "naturaleza del mundo=caos, sistema dinámico; capitalismo=caos, sistema dinámico, dejémonos de tonterías emancipadoras y estudiemos eso", necesitamos una segunda lectura. Leer así es como opinar
así. El artículo del link que les pongo tiene buenas bases y hace una buena crítica.Y posiblemente ignora otra perspectiva. La de Gorges Balandier, quien dice, (en El desorden) entre otras cosas, que tanto la tradición como modernidad son en varios aspectos conjuras del caos. Aquí lo importante no es tomar la actitud cínica de "todo es caos, así que el capitalismo está bien", sino darse cuenta de que, en función de evitar el caos, el ser humano arma distintas estrategias y es pertinente estudiar los procesos en los que tiene éxito y en los que no. Y eso resulta especialmente interesante en un nivel simbólico. Se parece en algo a lo que dice Hobsbawm, ¿no? Si los marxistas se pueden conciliar con esta postura sería iniciar un largo debate que pronto arrojaría insensateces al por mayor. Así que no abramos la caja de Pandora.También podemos ignorar a Balandier y a otros y tomar las palabras de Hobsbawm nada más sin relacionarla con otros autores... de momento. Eso dejaría más conformes a muchos y podría traducirse en interesantes estudios concretos.


Ahora que si el buen Eric se está saliendo del huacal del marxismo... pues qué divertido. ¡JA!



Por cierto, la edición de Nexos trae ilustraciones con la entrevista, pero por ningún lado veo los créditos del ilustrador (¡gachos!). Mi primera apuesta es Patricio Betteo, pero igual es otro. Si pueden, pásenme el dato. Van los dibujitos para que hagan sus conjeturas:
¿Alguien quiere agregar algo?

H.

lunes, 15 de marzo de 2010

Vichentenario al chile (Pt. I): De ficciones y otros cuentos chinos

Los festejos del Bicentenario tienen aristas y aspectos que la mayoría del público dejaría de lado si no fuera porque muchos mexicanos, como buenos ciudadanos que son, poseen una televisión en casa. También habrá que agradecerle al creciente uso de internet para conocer los proyectos "culturales" del gobierno (claro, ello se reduce muchas veces a la consulta de horarios y locaciones, sin olvidar que internet sigue siendo un servicio poco democrático en cuanto a la capacidad de gran parte de la población para acceder a él), la propaganda en el metro, paraderos de autobus, boletos, anuncios espectaculares y demás cosas. Conviene que les diga que lo que yo aquí menciono como público está definido como la población, urbana generalmente, que tiene un interés genuino por la celebración cívico-chairo-neoliberal-cool que nuestro amado gobierno ha echado andar, ya sea para criticarla, adorarla y pasar el rato en lo que le toca jugar a la Selección en Sudáfrica.

Claro, no todo lo organiza el gobierno. Hay empresas privadas que han financiado proyectos de alguno que otro loco para presentar su visión particular de lo que significa celebrar "200 años de libertad". Ya en su momento nos ocuparemos de los anuncios donde nos dicen que lo mismo somos gente del SME que un plato de mole, gente comiendo en el panteón o niños que corren en la playa. Este tipo de imágenes explotan un imaginario que todavía, después de varias décadas, no termina de cuajar de manera satisfactoria, y agradecemos a Azatoth que así sea,

Es relativamente conocida la teoría que dice que la población mexicana se educa más fácilmente en los valores cívicos y la identidad nacional por medio de imágenes que por vía de la letra impresa, y digamos que esta teoría tiene gran parte de su sustento en la dinámica histórica del cine. Si tomamos en cuenta que en la segunda mitad de esta década que está muriendo han aparecido determinados proyectos cinematográficos que van por derroteros un tanto inusuales para la industria nacional (animación y un tanto blandengue acercamiento a la ciencia ficción), notamos que, en tiempos de saberes fragmentados -como dirían los posmodernos y demás banda rara- la ideología encuentra buenos fermentos para expresarse. No está por demás decir la llegada de la democracia, la libertad, la buena onda de la diversidad y otros mitos de finales del siglo XX han venido desmintiéndose paulatinamente y tanto los nostálgicos escandalizados de la vieja izquierda como los liberales de pacotilla del 2000 vienen discutiendo el tema desde hace veinte años sin cambiar de página. Lo cual no significo que ello sea malo, simplemente un poco aburrido.

Porque lo que rifa, después de todo, viene siendo la reconciliación, la celebración de lo diferente en planos completamente absurdos. Así nos llegan las películas mexicanas animadas que hacen un buen esfuerzo técnico pero algo pobre en el ámbito de las historias que cuentan. La "versión oficial" de la Historia Nacional (demonio de nuestros tiempos) se maquilla en una de esas producciones y nos presentan a los conocidos héroes de monografía, a lo mucho, como protagonistas de juego de rol. ¿No me creen? Ps véanlo:


Morelos y un personaje corpulento back-to-back rodeados de realistas, al mas puro estilo Army of Two; Josefa Ortiz de Domínguez en una escena con actitud digna de Smallville; un güero inindentificable con una chica de origen étnico incierto en una escena de amor como sacada de Disney; un tipo, suponemos insurgente, sediento de venganza por su pueblo en medio de una lluvia con relámpagos, donde su sola actitud podría contarnos esta historia cliché; y claro, el bonus track: el Niño Artillero rifándose como los grandes en una salida digna de trailer de película de James Cameron.

Digamos que cuando Disney dejó de contar historias de princesas y sacó cosas como Hércules y le apareció la competencia en producciones como El camino a El Dorado, bien podría haber apadrinado esto. La cuestión es que el público se hace muy exigente y mamón y un producto como este no parece tener los ingredientes de lo que los espectadores de Harrys Potters y Avatars apreciarían y por ende pagarían por ver y recomendarían a sus conocidos. Y aún más, lo comentarían en serio. Causa mucha gracia ver cuando el gobierno se pone la camisa de cool y traduce su anquilosado discurso legitimador en propaganda audiovisual de este tipo, e inquietud aquello de que, por ser de tinte conservador (whatever that means) reivindique la gesta de hace 200 años y no la de hace 100 en primer lugar. Sí, sí, el video dice "II", osea "segundo episodio, goeii, no critiques antes de saber si va a haber algo de la Revolución".

Bueno, mis queridos camarradas, lo que sucede es que, en opinión de este infame bloguero, el monopolio simbólico de la Revolucia está en manos de un ente mutante llamado PUEBLO, y los que hablan en su nombre hacen sus propias lecturas de la historia... que en muchas ocasiones vienen siendo refritos y variadas formas de entender la conocida versión que dice que, no importa si naciste en el 84 o en el 76 o en el 92, los españoles TE conquistaron, mataron a TU general Zapata, a TU general Villa, los gringos TE quitaron la mitad de TU territorio, etc, etc. Créanme, esta es la versión vulgar, pero cuando sacamos el común denominador de las "otras historias", las "historias de los de abajo" nos hallamos con cosas muy interesantes que hablan más de los que las escupen y pregonan que de lo tratan. De esas visiones vale la pena rescatar otras valiosas perspectivas, pero eso ya es masa de otro tamal.

En medio de las historias de un pueblo heroico reprimido, donde la sencillez, la individualidad qu expresa el sentir de toda una comunidad (sí, aunque suene contradictorio) e incluso la pobreza son celebradas como expresiones de resistencia, aparecen lecturas ficticias que si bien hacen eco de arquetipos como el del bandolero social*, no aspiran más que a contar una buena historia de aventuras. Así llego, después de darle muchas, muchas vueltas, a esto:



Yo diría: "Qué buen material steampunk tenemos aquí" o en su defecto "qué buen inicio de tendencia steampunk tenemos aquí". Debo confesar que todo lo que tiene que ver con la posibilidad de contar una historia steampunk (ucronía especialmente) ambientada en México me ha entusiasmado mucho últimamente y me veo muy gratamente sorprendido por Espíritus de Furia. Los creadores han declarado que, además de que los comités responsables no han dado su visto bueno para que esta película sea parte de los festejos del Bicentenario, se sospecha de una película que sí recibió tal honor. Chequen la polémica aquí. Así, una obra de aparente sencillez rompe con las tendencias generales sin pretender hacerlo, rompe con un discurso centenario con la intención de entregar una buena ficción al público mexicano. No la adulo más porque ni idea tengo de la consistencia narrativa del guión y estoy hablando más por una idea que me fascina que por lo que ellos están ofreciendo. Y en este caso, no me importarían los subtextos ideológicos involuntarios ni nada parecido.

Creo que no se lo merece, a diferencia de otros. De todas formas, mejor entérense de este filme aquí.

Chale, creo que de hecho pueden voltearme el argumento ¿verdad? ¡Qué meyo! Y entre héroes verdaderos y espíritus de furia (¡ah, qué poético o mamón suena eso!) el Bicentenario nos llega de golpe y porrazo en películas de animación. Las inútiles pero entretenidas polémicas de internet se antojan interesantes en los meses por venir.

*Por cierto, creo que me expresé de forma equivocada: el bandolero social es una figura de análisis histórico desarrollada por el historiador británico Eric Hobsbawm; desconozco las versiones posteriores de otros historiadores y sólo ubico textos que citan la idea de Hobsbawm sin extenderla. La cuestión es que no estoy proponiendo seriamente tratar el bandolero social como un arquetipo, sino más bien ligarlo con esos personajes tan gustados de la literatura, el cine, las series y los comics de aventuras que encarnan héroes solitarios de pasado tortuoso que terminan identificándose con luchas populares, osea "causas nobles". El tema daría para mucho, pero me da hueva ahorita. Ustedes vayan y gánense una galleta de avena desarrollándolo. Para sacar esas buenas ideas de entre cosas banales están Google y Wikipedia.

ONE LOVE, RASTAS


H.

domingo, 17 de enero de 2010

Historiando el Futuro: El Regreso

Gente bonita, me temo que algunos de ustedes han de extrañar mis choros mareadores y deben estar algo inconformes con el formato de este blog desde hace meses. La entrada de Delirio a nuestro staff ha sido causa de que dejemos de lado importantes temas que queríamos tratar aquí, pero afortunadamente, la ilusión del cambio del inicio de año viene a dar luz sobre estas entradas sobre el futuro que habíamos venido posponiendo desde hace meses. Aunque debo decirles que lo que sigue no es precisamente el post de tono semi-académico que algunos de ustedes esperan como buitres para criticarme, sino un comentario que incluirá algunos conceptos que desarrollaremos más adelante. Y haremos ese comentario debido a dos eventos que han tenido lugar recientemente.

Antes de continuar, debo expresar que me sorprendo de mí mismo ante mi frialdad por lo sucedido en Haití. Pero para los que se escandalizan cuando alguien no muestra algo de "humanidad" ante estas tragedias, les aviso que comienzo a tener muy en cuenta la posibilidad de poder aportar algo por las vías que tengo al alcance.

Bueno, terminados los lloriqueos, pasemos al tema de hoy. Hace varios meses creeé un blog llamado 2010, cuya liga pueden visitar si revisan la barra del lado derecho del blog, con el propósito de reunir los comentarios, ensayos, entrevistas o cualquier tipo de texto que hallara sobre el conocido lugar común de que este año se nos viene encima una Revolución (así, con mayúscula) por voluntad del Espíritu Santo o de las fuerzas productivas. Mi posición es esencialmente escéptica al respecto y así lo dejé entrever en el escaso desarrollo del blog. La cuestión es que, a pesar de convoqué a que alguien se me uniera en esa tarea y que de hecho tuve un colaborador, el proyecto no fructificó, debido en gran medida a mí y a mi enorme hueva. Alguien se preguntará ¿y eso qué? Resulta que acabo de resolver transformar ese blog en el archivo de los próximos posts sobre distopías que estaban destinados originalmente a Éter Verde. Era más que justo ya que el tema da para eso. Ya próximamente haremos los cambios correspondientes en dicho sitio. Por si quieren ver que fue lo que logramos allá, ps vayan, no tengo inconvenientes.

El otro evento interesante es el cierre de la convocatoria a concurso de narrativa, fotomontaje y música del Movimiento 2033, del cual hablamos ya en una ocasión. En aquellos días del ya pasado 2009, comentábamos que la película del cual derivaba este "movimiento" aún no tenía ni para cuándo estrenarse y hoy sabemos que está más que confirmado que será el 5 de febrero. También deben recordar que les avisé que participaría en el concurso de narrativa y hace dos posts les dije que votaran por mi cuento. Ps ya desde ayer la página del Movimiento redirige a la película y yo me quedé sin saber cuándo se daban resultados, aunque si mi texto se hace acreedor a algun premio, me lo avisarán por mail, ¿no creen?. Sea como sea, el motivo de todo esto es que, a unas semanas del estreno, me encuentro con este interesante video.

El usuario brevespensamientos hace lo que cree es una denuncia de publicidad engañosa respecto a la forma en que se anuncia el estreno de la película. Argumenta que se anuncia como un filme de ciencia ficción, cuando en realidad se trata, según sus propias palabras, de una película de propaganda religiosa. Nos dice que se maneja la idea de que un Estado Laico es un Estado Perverso... y ahí se detiende. Básicamente nos anuncia que esta película se perfila como la difusión de cierto discurso reaccionario que puede hacer creer a la gente que un Estado Laico (como en el que se supone vivimos) es represor y sanguinario, mientras que una resistencia ideal sería la de una profunda espiritualidad, específicamente católica; y así, se le hace propaganda como de ciencia ficción, lo cual nos hace suponer que él cree que una película de ciencia ficción debería tener otro tipo de mensaje. Esa es mi interpretación. ¿Hasta aquí vamos bien?

Va. Yo creo que es perfectamente válido anunciar la película como una cinta de ciencia ficción ya que 1)ese tipo de filmes son catalogados por ciertas características argumentativas y 2033 cumple perfectamente con los requisitos y 2)el término ciencia ficción está muy discutido en el ámbito de la distopía, aunque es socialmente aceptado. No hay engaño ahí, viéndolo de manera muy optimista. Ahora, que esta película fuera una punta lanza de alguna agenda política, es cuestión aparte. Entiendo la preocupación de este hombre, sin embargo; es comprensible que cause escozor un discurso del tipo que 2033 maneja (así de a rápido, un estado controlador, como en Brave New World, es enfrentado por una resistencia cristiana) y haga decir al buen brevespensamientos que es una clara apología a los Cristeros. No sería raro encontrarnos con grupos de derecha apoyando el filme; aunque claro que deberíamos medir el impacto de la película. Pese a quien le pese, el público mexicano sigue siendo más fiel, en los últimos veinte años, a productos extranjeros. Vamos, hasta las distopías entran en esta tendencia: V for Vendetta y décadas atrás Soylent Green, fascinaron al público mexicano, aunque tengo entendido que más la segunda que la primera. Además en medio están Matrix, Terminator, etc. Cómo yo lo veo, 2033 la tiene difícil, ya que nuestro concepto de la distopía es plenamente anglosajón.

Aunque claro que no es tan difícil, puesto que los supuestos son los mismos. De acuerdo con Andreu Domingo, autor de Decenso literario a los infiernos demográficos: Distopía y población, las distopías clásicas (Nosotros, 1984, Un Mundo Feliz, Fahrenheit 451) obedecen casi a un canon, aunque cada autor lo descubrió a su modo: un sistema, o más bien un Estado controlador que detesta la historia y en su seno surge un individuo que "despierta" gracias en gran medida a una compañera de viaje. El final con frecuencia es trágico e implica la reasimilación del héroe al sistema dominante. La denuncia está dirigida a la tendencia totalitaria de la primera mitad del siglo XX y el modelo argumentativo sigue siendo caldo de cultivo de narraciones distópicas que surgen del imaginario popular urbano, a pesar de que se han escrito y filmado distopías de distinta naturaleza, debido a la creciente "tecnologización" de la vida cotidiana en años recientes. Y créanme cuando les digo que los textos que se enviaron al concurso de 2033 vienen a confirmar esto. El otro gran modelo no es el miedo al control absoluto, sino al caos absluto, pero ése no es el punto ahora.

Ahora bien, hablando en concreto, 2033 nos presenta un sistema llamado Regpec, que domina Villaparaíso, (antes D.F.) y en su seno un junior se ve iluminado por un sacerdote, que nos dan a entenderm debe esconderse para ejercer su fe. Y además hay un personaje femenino que "cambia la vida" del protagonista. Tan importantes son estos dos personajes, que aparecen en los carteles. ¿Qué rrepresentan? De acuerdo con Domingo, vienen a ser una especie de puerta de salida a la posición decadente del protagonista inmerso en una pesadillesca utopía y que le envuelven en la dinámica de la "resistencia", que además tiene que ver con la religión. Bueno, ps aquí llegamos al meollo del asunto. Resulta que las distopías clásicas tienen en común la caracterización de un poder estatal controlador que ejerce la dominación vía la negación de ciertas "cualidades genuinamente humanas" (aunque también se vale de las "técnica tradicionales"): en Nosotros, de Zamiatin, por ejemplo, el alma es una enfermedad desarrollada por el protagonista y en el mundo de Fahrenheit 451 los libros se queman porque hacen infeliz a la gente. La bebida Pactia, de 2033, es un refrito del soma de Huxley y resume mejor que nada el conflicto de estas obras, tan imitado, fusilado y por desgracia desgastado: FELICIDAD VS. LIBERTAD.

Es el gran cuestionamiento a la utopía de un poder benévolo y omnisciente que es capaz de garantizar el bienestar a pesar de sacrificar las libertades que se consideran esenciales. Por supuesto que el modelo sigue siendo el que cuestiona los proyectos utópicos porque se asume (no sin razón, claro) que el camino a la utopía puede ser un verdadero infierno y la utopía moderna no puede ser entendida sin la exclusión de todo aquello que parezca un lastre, así se trate del arte, la imaginación, la historia y, en el caso de 2033, de la religión. Viene a ser un lugar común que estas víctimas de la utopía aparezcan con frecuencia en las visiones pesimistas del futuro, junto, claro, con la ausencia que nuestro espíritu romántico más teme: el amor. Por supuesto que el amor más valorado es el que se elige libremente y por ello, la felicidad de la utopía resulta un absurdo. Lo que el siglo XX nos ha demostrado es que nuestros temores al respecto, si bien no son infundados del todo, lo son en gran medida y la ciencia no ha venido a remplazar a Dios. Vayan a la villa cada 12 de diciembre y me dirán si las distopías románticas vienen a ser un auténtico referente de la péridida de la religión. Al menos en ese aspecto, podemos afirmar que al apoyarse en estos supuestos o no en otros (como los que se sostienen en Handmaid's Tale, Children of Men, V for Vendetta, Globalia o El primer siglo después de Beatrice) la película de 2033 nos está ofreciendo, como dice brevespensamientos, un mensaje tendencioso que quizá parezca inaceptable en los tiempos que corren, pero que también está siguiendo un esquema trazado hace ya más de noventa años; un argumento de tal poder que aún sigue fascinando a los lectores y espectadores actuales. Será quizá que nuestro siglo XX, en lo que respecta a la nuevas formas de dominación y la entrada de la modernidad a las formas tradicionales de entender el mundo aún no termina. Al menos no en la visión de la distopía que, ya se vio, se tiene aquí: es la misma fantasía libertaria de siempre, pero ambientada en otro tiempo.

Hasta aquí con 2033. Ps van, comenten.

H.