domingo, 24 de mayo de 2009

Uruguayos

[Este es un auténtico, pero vil y descarado, intento para atraer tránsito al blog. Esperen... para eso debí poner la palabra Benedetti en el título de post, ¿cierto? Y además estoy publicando esto con retraso, la noticia ya se enfrió...]

Como todos ustedes, queridos compañeros de viaje en este valle de lágrimas con baches, yo tengo vergonzosas lagunas en ese cúmulo de conocimientos amontonados y cuidadosamente seleccionados por mil autoridades autonombradas que acostumbramos llamar cultura general. Muestra de ello es mi pobre información sobre Uruguay:

-Sé que es un país sudamericano, cuya capital es la ciudad de Montevideo y tiene frontera con Argentina y Brasil.
-Sé que ahí se habla español.
-Que su existencia fue motivo de conflictos bélicos muy sangrientos en el siglo equis-i-equis.
-Que hay una teoría que habla de las maquiavélicas maniobras políticas británicas involucradas en su nacimiento como nación.
-Que fueron el primer campeón mundial de futbol.
-Conozco poco (tirándole a nada) sobre su comida representativa, su música tradicional, sus groserías más empleadas, sus maravillas naturales presumibles: osea, ni un solo cliché que hable por ellos ante los ignorantes del mundo.
-Es cuna de los Tupamaros, uno de las guerrillas urbanas más famosas de Latinoamérica.

Por eso, cuando me enteré de que Mario Benedetti había muerto, hace casi una semana, me vi obligado a replantear las cosas que sé de Uruguay y recordé que le afamado escritor había ostentado esa nacionalidad, lo cual, no estoy seguro de cuánto me diga respecto a él... Internet, el medio intelectual (el pretendida y el genuinamente intelectual, todo es válido), gente enamorada, lectores que disfrutan de cualquier tipo de lectura y hasta aquellos que en su vida se habían topado con una palabra salida de la pluma de este uruguayo y creían hasta hace poco que Benedetti era el dueño de una conocida cadena de pizzerías le han rendido homenajes hasta saciarse. Hasta Javier Alatorre habló de él (¡¿QUÉ?!).

Éter Verde se suma a la alud de comentarios espontáneos y se sube de manera oportunista al carro del sentimentalismo. A pesar de que, hoy por hoy, el escritor uruguayo que más tengo presente y fresco en la memoria es Mario Levrero, no puedo evitar hacer otra lista con las cosas que me ligan a mí, simple mortal, con Benedetti:

-El primer y único poema que alguien me ha dedicado en mi corta vida es made in Benedetti.
-Recuerdo haber visto, durante un buen rato, su rostro retratado en grafitti, en la pared de una avenida de Azcapotzalco junto con la reproducción de uno de sus poemas.
-Pedro y el Capitán es la única obra de teatro que me ha cimbrado realmente al verla representada. Creo que me he vuelto muuy insensible desde la edad en que la vi (16 o 17 años), porque ninguna otra me ha puesto el vello tan chinito como esta.

Y ya.

Digamos que no tengo una historia con Jumex o un momento Kodak con Benedetti, pero al fin y al cabo, ¿no son las pequeñas cosas las que nos acercan a las grandes almas? Sí, ¿no?

H.

P.D.: ¿Seré linchado por revelar que soy un mexicano que no sabe tanto sobre Uruguay?

1 comentario:

Ruano dijo...

Buena prosa, como siempre. Me gustaría ser algún día tu editor. En cuanto a Pedro y el Capita. !!!!No mames!!!! Qué buena obra, buenísima. Nunca la vi representada mas que en mi cabeza, pero leida también es muy buena.
De Benedetti hay que recordar versos facilones y sencillos. Esos versos que no están de más cuando conquistas una chica o andas muy pacheco: "te quiero porque en la calle codo a codo somos mucho más que dos".
Salud