Gente bonita, me temo que algunos de ustedes han de extrañar mis choros mareadores y deben estar algo inconformes con el formato de este blog desde hace meses. La entrada de Delirio a nuestro staff ha sido causa de que dejemos de lado importantes temas que queríamos tratar aquí, pero afortunadamente, la ilusión del cambio del inicio de año viene a dar luz sobre estas entradas sobre el futuro que habíamos venido posponiendo desde hace meses. Aunque debo decirles que lo que sigue no es precisamente el post de tono semi-académico que algunos de ustedes esperan como buitres para criticarme, sino un comentario que incluirá algunos conceptos que desarrollaremos más adelante. Y haremos ese comentario debido a dos eventos que han tenido lugar recientemente.
Antes de continuar, debo expresar que me sorprendo de mí mismo ante mi frialdad por lo sucedido en Haití. Pero para los que se escandalizan cuando alguien no muestra algo de "humanidad" ante estas tragedias, les aviso que comienzo a tener muy en cuenta la posibilidad de poder aportar algo por las vías que tengo al alcance.
Bueno, terminados los lloriqueos, pasemos al tema de hoy. Hace varios meses creeé un blog llamado 2010, cuya liga pueden visitar si revisan la barra del lado derecho del blog, con el propósito de reunir los comentarios, ensayos, entrevistas o cualquier tipo de texto que hallara sobre el conocido lugar común de que este año se nos viene encima una Revolución (así, con mayúscula) por voluntad del Espíritu Santo o de las fuerzas productivas. Mi posición es esencialmente escéptica al respecto y así lo dejé entrever en el escaso desarrollo del blog. La cuestión es que, a pesar de convoqué a que alguien se me uniera en esa tarea y que de hecho tuve un colaborador, el proyecto no fructificó, debido en gran medida a mí y a mi enorme hueva. Alguien se preguntará ¿y eso qué? Resulta que acabo de resolver transformar ese blog en el archivo de los próximos posts sobre distopías que estaban destinados originalmente a Éter Verde. Era más que justo ya que el tema da para eso. Ya próximamente haremos los cambios correspondientes en dicho sitio. Por si quieren ver que fue lo que logramos allá, ps vayan, no tengo inconvenientes.
El otro evento interesante es el cierre de la convocatoria a concurso de narrativa, fotomontaje y música del Movimiento 2033, del cual hablamos ya en una ocasión. En aquellos días del ya pasado 2009, comentábamos que la película del cual derivaba este "movimiento" aún no tenía ni para cuándo estrenarse y hoy sabemos que está más que confirmado que será el 5 de febrero. También deben recordar que les avisé que participaría en el concurso de narrativa y hace dos posts les dije que votaran por mi cuento. Ps ya desde ayer la página del Movimiento redirige a la película y yo me quedé sin saber cuándo se daban resultados, aunque si mi texto se hace acreedor a algun premio, me lo avisarán por mail, ¿no creen?. Sea como sea, el motivo de todo esto es que, a unas semanas del estreno, me encuentro con este interesante video.
El usuario brevespensamientos hace lo que cree es una denuncia de publicidad engañosa respecto a la forma en que se anuncia el estreno de la película. Argumenta que se anuncia como un filme de ciencia ficción, cuando en realidad se trata, según sus propias palabras, de una película de propaganda religiosa. Nos dice que se maneja la idea de que un Estado Laico es un Estado Perverso... y ahí se detiende. Básicamente nos anuncia que esta película se perfila como la difusión de cierto discurso reaccionario que puede hacer creer a la gente que un Estado Laico (como en el que se supone vivimos) es represor y sanguinario, mientras que una resistencia ideal sería la de una profunda espiritualidad, específicamente católica; y así, se le hace propaganda como de ciencia ficción, lo cual nos hace suponer que él cree que una película de ciencia ficción debería tener otro tipo de mensaje. Esa es mi interpretación. ¿Hasta aquí vamos bien?
Va. Yo creo que es perfectamente válido anunciar la película como una cinta de ciencia ficción ya que 1)ese tipo de filmes son catalogados por ciertas características argumentativas y 2033 cumple perfectamente con los requisitos y 2)el término ciencia ficción está muy discutido en el ámbito de la distopía, aunque es socialmente aceptado. No hay engaño ahí, viéndolo de manera muy optimista. Ahora, que esta película fuera una punta lanza de alguna agenda política, es cuestión aparte. Entiendo la preocupación de este hombre, sin embargo; es comprensible que cause escozor un discurso del tipo que 2033 maneja (así de a rápido, un estado controlador, como en Brave New World, es enfrentado por una resistencia cristiana) y haga decir al buen brevespensamientos que es una clara apología a los Cristeros. No sería raro encontrarnos con grupos de derecha apoyando el filme; aunque claro que deberíamos medir el impacto de la película. Pese a quien le pese, el público mexicano sigue siendo más fiel, en los últimos veinte años, a productos extranjeros. Vamos, hasta las distopías entran en esta tendencia: V for Vendetta y décadas atrás Soylent Green, fascinaron al público mexicano, aunque tengo entendido que más la segunda que la primera. Además en medio están Matrix, Terminator, etc. Cómo yo lo veo, 2033 la tiene difícil, ya que nuestro concepto de la distopía es plenamente anglosajón.
Aunque claro que no es tan difícil, puesto que los supuestos son los mismos. De acuerdo con Andreu Domingo, autor de Decenso literario a los infiernos demográficos: Distopía y población, las distopías clásicas (Nosotros, 1984, Un Mundo Feliz, Fahrenheit 451) obedecen casi a un canon, aunque cada autor lo descubrió a su modo: un sistema, o más bien un Estado controlador que detesta la historia y en su seno surge un individuo que "despierta" gracias en gran medida a una compañera de viaje. El final con frecuencia es trágico e implica la reasimilación del héroe al sistema dominante. La denuncia está dirigida a la tendencia totalitaria de la primera mitad del siglo XX y el modelo argumentativo sigue siendo caldo de cultivo de narraciones distópicas que surgen del imaginario popular urbano, a pesar de que se han escrito y filmado distopías de distinta naturaleza, debido a la creciente "tecnologización" de la vida cotidiana en años recientes. Y créanme cuando les digo que los textos que se enviaron al concurso de 2033 vienen a confirmar esto. El otro gran modelo no es el miedo al control absoluto, sino al caos absluto, pero ése no es el punto ahora.
Ahora bien, hablando en concreto, 2033 nos presenta un sistema llamado Regpec, que domina Villaparaíso, (antes D.F.) y en su seno un junior se ve iluminado por un sacerdote, que nos dan a entenderm debe esconderse para ejercer su fe. Y además hay un personaje femenino que "cambia la vida" del protagonista. Tan importantes son estos dos personajes, que aparecen en los carteles. ¿Qué rrepresentan? De acuerdo con Domingo, vienen a ser una especie de puerta de salida a la posición decadente del protagonista inmerso en una pesadillesca utopía y que le envuelven en la dinámica de la "resistencia", que además tiene que ver con la religión. Bueno, ps aquí llegamos al meollo del asunto. Resulta que las distopías clásicas tienen en común la caracterización de un poder estatal controlador que ejerce la dominación vía la negación de ciertas "cualidades genuinamente humanas" (aunque también se vale de las "técnica tradicionales"): en Nosotros, de Zamiatin, por ejemplo, el alma es una enfermedad desarrollada por el protagonista y en el mundo de Fahrenheit 451 los libros se queman porque hacen infeliz a la gente. La bebida Pactia, de 2033, es un refrito del soma de Huxley y resume mejor que nada el conflicto de estas obras, tan imitado, fusilado y por desgracia desgastado: FELICIDAD VS. LIBERTAD.
Es el gran cuestionamiento a la utopía de un poder benévolo y omnisciente que es capaz de garantizar el bienestar a pesar de sacrificar las libertades que se consideran esenciales. Por supuesto que el modelo sigue siendo el que cuestiona los proyectos utópicos porque se asume (no sin razón, claro) que el camino a la utopía puede ser un verdadero infierno y la utopía moderna no puede ser entendida sin la exclusión de todo aquello que parezca un lastre, así se trate del arte, la imaginación, la historia y, en el caso de 2033, de la religión. Viene a ser un lugar común que estas víctimas de la utopía aparezcan con frecuencia en las visiones pesimistas del futuro, junto, claro, con la ausencia que nuestro espíritu romántico más teme: el amor. Por supuesto que el amor más valorado es el que se elige libremente y por ello, la felicidad de la utopía resulta un absurdo. Lo que el siglo XX nos ha demostrado es que nuestros temores al respecto, si bien no son infundados del todo, lo son en gran medida y la ciencia no ha venido a remplazar a Dios. Vayan a la villa cada 12 de diciembre y me dirán si las distopías románticas vienen a ser un auténtico referente de la péridida de la religión. Al menos en ese aspecto, podemos afirmar que al apoyarse en estos supuestos o no en otros (como los que se sostienen en Handmaid's Tale, Children of Men, V for Vendetta, Globalia o El primer siglo después de Beatrice) la película de 2033 nos está ofreciendo, como dice brevespensamientos, un mensaje tendencioso que quizá parezca inaceptable en los tiempos que corren, pero que también está siguiendo un esquema trazado hace ya más de noventa años; un argumento de tal poder que aún sigue fascinando a los lectores y espectadores actuales. Será quizá que nuestro siglo XX, en lo que respecta a la nuevas formas de dominación y la entrada de la modernidad a las formas tradicionales de entender el mundo aún no termina. Al menos no en la visión de la distopía que, ya se vio, se tiene aquí: es la misma fantasía libertaria de siempre, pero ambientada en otro tiempo.
Hasta aquí con 2033. Ps van, comenten.
H.
Antes de continuar, debo expresar que me sorprendo de mí mismo ante mi frialdad por lo sucedido en Haití. Pero para los que se escandalizan cuando alguien no muestra algo de "humanidad" ante estas tragedias, les aviso que comienzo a tener muy en cuenta la posibilidad de poder aportar algo por las vías que tengo al alcance.
Bueno, terminados los lloriqueos, pasemos al tema de hoy. Hace varios meses creeé un blog llamado 2010, cuya liga pueden visitar si revisan la barra del lado derecho del blog, con el propósito de reunir los comentarios, ensayos, entrevistas o cualquier tipo de texto que hallara sobre el conocido lugar común de que este año se nos viene encima una Revolución (así, con mayúscula) por voluntad del Espíritu Santo o de las fuerzas productivas. Mi posición es esencialmente escéptica al respecto y así lo dejé entrever en el escaso desarrollo del blog. La cuestión es que, a pesar de convoqué a que alguien se me uniera en esa tarea y que de hecho tuve un colaborador, el proyecto no fructificó, debido en gran medida a mí y a mi enorme hueva. Alguien se preguntará ¿y eso qué? Resulta que acabo de resolver transformar ese blog en el archivo de los próximos posts sobre distopías que estaban destinados originalmente a Éter Verde. Era más que justo ya que el tema da para eso. Ya próximamente haremos los cambios correspondientes en dicho sitio. Por si quieren ver que fue lo que logramos allá, ps vayan, no tengo inconvenientes.
El otro evento interesante es el cierre de la convocatoria a concurso de narrativa, fotomontaje y música del Movimiento 2033, del cual hablamos ya en una ocasión. En aquellos días del ya pasado 2009, comentábamos que la película del cual derivaba este "movimiento" aún no tenía ni para cuándo estrenarse y hoy sabemos que está más que confirmado que será el 5 de febrero. También deben recordar que les avisé que participaría en el concurso de narrativa y hace dos posts les dije que votaran por mi cuento. Ps ya desde ayer la página del Movimiento redirige a la película y yo me quedé sin saber cuándo se daban resultados, aunque si mi texto se hace acreedor a algun premio, me lo avisarán por mail, ¿no creen?. Sea como sea, el motivo de todo esto es que, a unas semanas del estreno, me encuentro con este interesante video.
El usuario brevespensamientos hace lo que cree es una denuncia de publicidad engañosa respecto a la forma en que se anuncia el estreno de la película. Argumenta que se anuncia como un filme de ciencia ficción, cuando en realidad se trata, según sus propias palabras, de una película de propaganda religiosa. Nos dice que se maneja la idea de que un Estado Laico es un Estado Perverso... y ahí se detiende. Básicamente nos anuncia que esta película se perfila como la difusión de cierto discurso reaccionario que puede hacer creer a la gente que un Estado Laico (como en el que se supone vivimos) es represor y sanguinario, mientras que una resistencia ideal sería la de una profunda espiritualidad, específicamente católica; y así, se le hace propaganda como de ciencia ficción, lo cual nos hace suponer que él cree que una película de ciencia ficción debería tener otro tipo de mensaje. Esa es mi interpretación. ¿Hasta aquí vamos bien?
Va. Yo creo que es perfectamente válido anunciar la película como una cinta de ciencia ficción ya que 1)ese tipo de filmes son catalogados por ciertas características argumentativas y 2033 cumple perfectamente con los requisitos y 2)el término ciencia ficción está muy discutido en el ámbito de la distopía, aunque es socialmente aceptado. No hay engaño ahí, viéndolo de manera muy optimista. Ahora, que esta película fuera una punta lanza de alguna agenda política, es cuestión aparte. Entiendo la preocupación de este hombre, sin embargo; es comprensible que cause escozor un discurso del tipo que 2033 maneja (así de a rápido, un estado controlador, como en Brave New World, es enfrentado por una resistencia cristiana) y haga decir al buen brevespensamientos que es una clara apología a los Cristeros. No sería raro encontrarnos con grupos de derecha apoyando el filme; aunque claro que deberíamos medir el impacto de la película. Pese a quien le pese, el público mexicano sigue siendo más fiel, en los últimos veinte años, a productos extranjeros. Vamos, hasta las distopías entran en esta tendencia: V for Vendetta y décadas atrás Soylent Green, fascinaron al público mexicano, aunque tengo entendido que más la segunda que la primera. Además en medio están Matrix, Terminator, etc. Cómo yo lo veo, 2033 la tiene difícil, ya que nuestro concepto de la distopía es plenamente anglosajón.
Aunque claro que no es tan difícil, puesto que los supuestos son los mismos. De acuerdo con Andreu Domingo, autor de Decenso literario a los infiernos demográficos: Distopía y población, las distopías clásicas (Nosotros, 1984, Un Mundo Feliz, Fahrenheit 451) obedecen casi a un canon, aunque cada autor lo descubrió a su modo: un sistema, o más bien un Estado controlador que detesta la historia y en su seno surge un individuo que "despierta" gracias en gran medida a una compañera de viaje. El final con frecuencia es trágico e implica la reasimilación del héroe al sistema dominante. La denuncia está dirigida a la tendencia totalitaria de la primera mitad del siglo XX y el modelo argumentativo sigue siendo caldo de cultivo de narraciones distópicas que surgen del imaginario popular urbano, a pesar de que se han escrito y filmado distopías de distinta naturaleza, debido a la creciente "tecnologización" de la vida cotidiana en años recientes. Y créanme cuando les digo que los textos que se enviaron al concurso de 2033 vienen a confirmar esto. El otro gran modelo no es el miedo al control absoluto, sino al caos absluto, pero ése no es el punto ahora.
Ahora bien, hablando en concreto, 2033 nos presenta un sistema llamado Regpec, que domina Villaparaíso, (antes D.F.) y en su seno un junior se ve iluminado por un sacerdote, que nos dan a entenderm debe esconderse para ejercer su fe. Y además hay un personaje femenino que "cambia la vida" del protagonista. Tan importantes son estos dos personajes, que aparecen en los carteles. ¿Qué rrepresentan? De acuerdo con Domingo, vienen a ser una especie de puerta de salida a la posición decadente del protagonista inmerso en una pesadillesca utopía y que le envuelven en la dinámica de la "resistencia", que además tiene que ver con la religión. Bueno, ps aquí llegamos al meollo del asunto. Resulta que las distopías clásicas tienen en común la caracterización de un poder estatal controlador que ejerce la dominación vía la negación de ciertas "cualidades genuinamente humanas" (aunque también se vale de las "técnica tradicionales"): en Nosotros, de Zamiatin, por ejemplo, el alma es una enfermedad desarrollada por el protagonista y en el mundo de Fahrenheit 451 los libros se queman porque hacen infeliz a la gente. La bebida Pactia, de 2033, es un refrito del soma de Huxley y resume mejor que nada el conflicto de estas obras, tan imitado, fusilado y por desgracia desgastado: FELICIDAD VS. LIBERTAD.
Es el gran cuestionamiento a la utopía de un poder benévolo y omnisciente que es capaz de garantizar el bienestar a pesar de sacrificar las libertades que se consideran esenciales. Por supuesto que el modelo sigue siendo el que cuestiona los proyectos utópicos porque se asume (no sin razón, claro) que el camino a la utopía puede ser un verdadero infierno y la utopía moderna no puede ser entendida sin la exclusión de todo aquello que parezca un lastre, así se trate del arte, la imaginación, la historia y, en el caso de 2033, de la religión. Viene a ser un lugar común que estas víctimas de la utopía aparezcan con frecuencia en las visiones pesimistas del futuro, junto, claro, con la ausencia que nuestro espíritu romántico más teme: el amor. Por supuesto que el amor más valorado es el que se elige libremente y por ello, la felicidad de la utopía resulta un absurdo. Lo que el siglo XX nos ha demostrado es que nuestros temores al respecto, si bien no son infundados del todo, lo son en gran medida y la ciencia no ha venido a remplazar a Dios. Vayan a la villa cada 12 de diciembre y me dirán si las distopías románticas vienen a ser un auténtico referente de la péridida de la religión. Al menos en ese aspecto, podemos afirmar que al apoyarse en estos supuestos o no en otros (como los que se sostienen en Handmaid's Tale, Children of Men, V for Vendetta, Globalia o El primer siglo después de Beatrice) la película de 2033 nos está ofreciendo, como dice brevespensamientos, un mensaje tendencioso que quizá parezca inaceptable en los tiempos que corren, pero que también está siguiendo un esquema trazado hace ya más de noventa años; un argumento de tal poder que aún sigue fascinando a los lectores y espectadores actuales. Será quizá que nuestro siglo XX, en lo que respecta a la nuevas formas de dominación y la entrada de la modernidad a las formas tradicionales de entender el mundo aún no termina. Al menos no en la visión de la distopía que, ya se vio, se tiene aquí: es la misma fantasía libertaria de siempre, pero ambientada en otro tiempo.
Hasta aquí con 2033. Ps van, comenten.
H.
1 comentario:
hola!
efectivamente por mail les avisaremos del concurso,
Creo que entiendes muy bien el concepto distopico de la pelcula de ciencia ficcion.
te agradzco el analisis, y te espero en la sala!
chisco
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