domingo, 3 de febrero de 2008

Acá los chómpiras rifan

Enero se nos acaba de morir hace dos días y febrero acabó de asomar la cabeza entre tamales y niños Dios ayer en la noche. Mi aniversario de nacimiento amenaza con celebrarse en unos días más, por lo que mi sentido arácnido se alborotó este lunes pasado y me hizo hacerme unos regalitos después de que me lancé a devolver libros a la biblioteca de mi facultad. El colmo: fueron libros, pero no me importa. Por fin conseguí Farenheit 451 (ni que estuviera tan díficil de conseguir, nomás mi decidia) y pasándome al Centro Histérico, se me ocurrió sería una buena idea visitar por primera vez en mi vida la exposición de Instrumentos de Tortura y Pena Capital. Estoy seguro que ustedes, capitalinos bieneducadosyalmismotiempoalgomorbosos, ya habían visitado dicha exposición; a mi me huele a que esta es de esas que, apenas se sabe que abren, van colísimas a visitarla y que, cuando se sabe que son permanentes o semi-permanentes, la gente ya no va. Un espíritu semisnob morboso parecido, creo yo que imperó en el ánimo de varios visitantes de la exposición de la Kahlo que estuvo en Bellas Artes. Como sea ¿quién soy yo para juzgarlos? Además, esto no era de lo que quería hablar.

La cosa es que, después de vistar la exposición, me dije a mí mismo "Mí mismo, vamos a comprar algo a Donceles". Y así lo hice. Ya venía con mi ejemplar de Farenheit 451 en la maletita y le di como compañeros de viaje El Informe Mancini (una novelita chilena de intriga política de finales de los 70's, que nada más hojeé, pero que se perfila interesante, ahí luego les cuento que tal está) y una adquisición de 5 varitos que me alegra mucho haber encontrado: El habla popular de los jóvenes en la Ciudad de México, de un fulano llamado Alejandro Alarcón. Es de 1978 y en verdad me he divertido bastante leyéndolo. Son de esos libros que uno se echa en menos de hora y media. Del tipo la verdad no se qué sea de él hoy y de momento no me interesa tanto.
Es un texto cotorro. Está escrito en un tono académica con su barniz de marxismo y con un prólogo de Carlos Monsiváis. No sé casi nada de este tipo de estudios, pero por Buda que intentaré conseguir más. Tienes citas de El Laberinto de la Soledad y perfiles psicológicos de los jóvenes chilangos de aquellos años, sólo para rematar con lo realmente hilarante del texto: un apéndice ordenado alfabéticamente de las expresiones populares que se obtuvieron en un estudio de campo.
Hoy en día escuchamos a diario groserías y albures en la calle del diario y las generaciones más jóvenes no tienen idea de la larga historia que muchas de ellas tienen. Algunas de las que leí en este libro se siguen usando, pero otras han quedado enterradas, asomando la cabeza de vez en vez. Conozco quienes algunas de ellas las tacharán de vulgares y ñeras, y yo estoy convencido que en zonas populares de la ciudad que no conozco se deben seguir usando.
Algunas están cagadísimas. Chequen. Nomás para decir "sí" usted, estimado lector, se puede aventar estos finísimos eufemismos.
Cilindros
Cintarazo
Circuitos
Changos, orangutanes y monos
Hígados
Hilachos
Sitroen
Claro que si no anda con ganas de nada, puede negarse:
Naranjas
Nelazo
Nelson (le dijo a Wilson, préstame tu llave Steelson)
Never
Nico
Ni chicles
Nicho
Niguas
Si algo no tiene remedio, nomás diga: "ni módulo, como dijeron los astronautas". Ahora que si está disponible y de acuerdo, no se olvide de decir:
Of curse my horse
Ya estufas
Ya rugiste cañón
Ya tronaste pistola
Ya vas barrabás
Ya vas que chutas
Ahora, amiguito, nomás pon a trabajar tu imaginación y deja de estar viendo porno en internet: Estás con la chaviza, (escondiéndose de la momiza), para echarte un cigarro. Nada como decir, para pedir fuego o un cigarrín, "acelérame el cancer", "préstame las mechas" (porque no te alcanza para el encendedor) o el clásico "conéctame tu ardor". Pero a tí te dicen la mamá de Tarzán, porque le haces a todo, y nomás andas viendo la oportunidad de demostrar que le haces a la mora, a la maciza y que fumándola eres todo un chavo giratorio. Te piden, porque ya te la vas a acabar: "Está bien que mames, pero no te lleves la vaca", "Mánchate ese esmoquin" "Ya presta pa' la orquesta, que te crees el muy ochenta pesos?" No falta el que se acaba de echar Nosotros los pobres y te dice "No muy fufurufo. Ya después de mucho, te caí que no te gira la piedra, pero te siguen diciendo que si se echan la ostra. Tú dices que mejor se vayan por un bacacho, un bacalao sin espinacas, un Bacas Blancas. Ellos no tienen dinero y te dicen "¿Con qué queso las enchiladas?" y tú nomás les dices que no se hagan pendejos y que le entren con su cuerno. Ya mejor después se ponen a platicar de un cuate que le roca la progenitora, porque es muy bueno para eso de las expropiaciones. Que hace poco se voló un guacho de orégano, pero Javier se lo apañó y ahora está calentando cemento en la grandiosa de Lecumberri. Aburridos de esas historias, tú les dices que por qué no te conectan unas gacelas, que ya tienes mucho sin una chamacona, que ya fue mucho de estar en el baño matando al oso sin piedad a puñaladas. Ellos te dicen que están más puestos que un huevo para presentarte a alguien, para que veas como masca la iguana. Tú, agradecido, les dices que se las debes "Al rayo me pongo a mano".
Ya al otro día, tú después de una noche de pasión y erotismo, les cuentas que antes de fueras a burriar con ella, le dijiste que el tigre bajara a tomar agua. Pero que ella se las mascó y no le gustó la idea y que mejor se fueran a raspar suela. Que dijiste "Piratas a su barco", y ella se quedó con cara de que va a toser Pedrito.....
Bueno, ya se imaginarán en resto de esta singular historia.
El punto es: Úsenlas en fiestas y funerales; serán el centro de atención. Impresionen a sus novi@s y amiguit@s al incluirlas en felicitaciones y dedicatorias. Escandalicen a las buenas conciencias profiriéndolas en la iglesia, en la escuela, en la oficina.
Se divertirán, se los aseguro. O al menos si yo me los encuentro cuando lo hagan, pueden estar seguros de que YO SÍ me voy a divertir.
PEACE OUT
H.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya vas barrabás