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domingo, 17 de mayo de 2009

La auténtica continuación del legendario Post Jocoserio

Antes de que este blog se hiciera con el honor de colgarse la etiqueta de jocoserio, allá por el ordovícico superior, existió un post que se ganó el título porque estaba muy cagado o yo me quería hacer el chistoso. Honestamente, e independientemente de lo que én el se dice, yo ya no recuerdo la razón original.

Ah, no, esperen. Sí la recuerdo.

Lo escribí porque yo solamente confío en dos baños en mi Facultad para cagar: el de la biblioteca y el del tercer piso. En el primero, mientras me encontraba en uno de esos engorrosos trámites fisiológicos para seguir viviendo alegremente, presencié una serie de respuestas a una pregunta que había sido escrita en la puerta de la cabina donde el destino me puso. Pueden leer el resultado de mi agudo sentido de interpretación de tan valiosa fuente histórica en el susodicho post.

Pues bien, Éter Verde decidió hacer un segundo post sobre el mismo tema, porque tras años de no poner atención a los valiosos mensajes que la pared regala, hace unos pocos días regresé a esa memorable cabina que, por lo que veo en las constantes manchas de cloro que tiene la puerta, ha sido una activa tribuna de las inquietudes de la comunidad masculina que visita ese baño. De mi última travesía por ahí, hallé una peculiar serie de respuestas que llamó mi atención poderosamente (JA! poderosamente, me acuerdo que tuvimos un compañero en la secu que le decíamos El Poder, ah lo siento, me desvío). Si en el anterior Post Jocoserio -sí señores, cuando lo mencionen, no olviden las mayúsculas- el motivo de la "conversación" era un muchacho desesperado pidiendo un consejo de amor, en esta ocasión vemos como las verdades universales son puestas en duda por la perspicacia de la que sólo un estudiante universitario es capaz.

Todo comenzaba con un:

Sé verdadero, cree en Dios

Alguien se apresuró a responder con una pregunta obvia:

¿en cuál de todos?

La corrección política y la mala fama de las religiones entre los estudiantes críticos, ejemplos vivientes de valor humano y firme convicción ideológica, se vio reflejada en unas sabias palabras que evaluaban al autor de primer mensaje y descubría al público usuario del sanitario lo que en realidad se trataba:

es decir, en el fanatismo y la manipulación

Alguien más expresó aún más vehementemente esta posición, dándonos a conocer que en este mundo crece exponencialmente la idea de que las deidades no se merecen ningún tipo de respeto:

¡Me cago en Dios!

Pero inmediatamente después de esta frase, otra persona se dio a la tarea de mostrarle al autor de esas palabras que no podía subestimar el poder una deidad:

Infórmate. O Dios se cagará en tí.

La discusión parecía cerrada con unas cuantas frases, pero una inesperada intervención de un sexto participante nos mostró que aún en una era donde se extienden el ateísmo y el agnosticismo, hay quienes genuinas experiencias religiosas:

Herejes. Yo sí creo en Dios, me acaba de coger por el culo como si(aquí se vuelve ilegible)

Lo cierto es que al parecer pocos entendieron que el dios citado no era el omnipresente, sino Zeus.

¿Querían más? Había otra conversación, pero a juzgar por la cara del güey que se metió a la cabina tras mi salida de ahí, no hubiese sido prudente consignarla en papel. Si este post tiene éxito, o aunque no lo tenga, voy a armar una tercera parte. ¡Espérelo!

Es todo. Sea feliz y por favor no insulte a nuestras operadoras. Usted sabe que ellas sí lo están esperando.

H.