martes, 21 de agosto de 2007

Regresiones Salesianas

Este siniestro y santo rostro me acompañó durante doce años:



Creo que llegó la hora de revelar mi oscuro pasado. Antes de ingresar a la Universidad en 2005, pasé doce años de educación básica, secundaria y medio superior en un colegio católico de una congregación que se hacía llamar Salesianos. Se supone que este grupo fue creado por un tal Giovanni Melchior Bosco Ochienna, mejor conocido como Don Bosco, en Italia a finales del siglo XIX. La plaga salesiana (sin afán de ofender) se extendió por todo el mundo -y no bromeo- ocupando muchos países de Latinoamérica. En México (los maestros, pero sobre todo los padres-directores se encargaron de recalcármelo durante todo el tiempo que estuve ahí) llegaron en 1892, allá por los años del Porfis, estableciendo su primera escuela de oficios cerca de Popotla, en Santa Julia. Hoy en día, el Colegio alberga una primaria, una secundaria, una preparatoria y una universidad (ja ja) en las calles de Laguna de Tamiahua y Colegio Salesiano, en la colonia Anáhuac en la delegación Miguel Hidalgo. Ese lugar me adoctrinó en catolicismo, salesianismo y educación estatal mexicana la mitad de mi vida. Evidentemente, no salí zombie de ese lugar, como muchos otros. Creo que pocos fueron seducidos por la vida salesiana.







La vida estudiantil en ese lugar era, como muchas escuelas privadas ahí medio chafonas pero de gran renombre, una suerte de ensayo de la vida entre la clase media. Ese laboratorio social engendró la mitad de mi ser. Además era de varones, solamente de varones (sniff!), hasta la preparatoria. Los malditos hicieron mixta secundaria y primaria hasta el 2003, me parece, cuando yo ya había entrado sin anestesia a la preparatoria mixta. La educación y la disciplina no eran tan buenas (bueno, la disciplina en secundaria corría a cargo de un master en la materia, ante cuya presencia, el más canijo se miaba en los pantalones) pero me dieron las armas necesarias para escapar de ahí a C.U. y no morir en el intento, como varios. Claro que mucho de ese esfuerzo también es mío en su totalidad. Mis redes de sociabilidad en un ambiante cambiante durante doce años se fortalecieron con los años y hoy puedo presumir de haber hecho algunos de mis mejores amigos y amigas en esa escuela.







Además, soy parte de una vieja generación de estudiantes que resistieron todas las pruebas de la vida, llegando ilesos moral, espiritual y mexicanamente a la recta final de la prepa, junto con las compañeras que se integraron a la generación que comenzó su vida salesiana en 1993. Ellas venían de allende la iglesia. Me explico. La cuadra completa comprende mi antiguo colegio, una iglesia de arquitectura gótica (lo que más puedo presumir de ese lugar) y un colegio un poco más pequeño que el mío, donde, a la vez que el nuestro era de puros hombres hasta secundaria, estudiaban puras féminas. Sobra decir qué era lo que se hacía cuando el llamado de la naturaleza nos hacía una visita en primavera, mientras estudiábamos la secundaria. Mis andanzas en "el Civilización" (no recuerdo cómo se llamaba esa escuela, pero incluía esa palabra) no fueron muy afortunadas. Recuerdo que le decía a mis amigos que los viernes fuéramos a "civilizarnos"... you know what i'm sayin'? De hecho de ese colegio fue el amor de mi adolescencia, un herida abierta... pero esa es otra historia.







Volvamos a Don Bosco. La vida y obra del hombre eran lo máximo en la vida, según me dijeron en la primaria. Como buenos (y malos) católicos que éramos, había misa obligatoria al menos una vez el mes y la naturaleza religiosa del colegio nos daba más días libres autorizados (los que uno tomaba por decisión propia, las pintas, llegadas tarde y enfermedad, son otra cosa) que los que marcaba el calendario oficial. Entre esas festividades estaba el Día de Don Bosco, una suerte de aquelarre que adoptaba diversas formas al correr de los años. Se hacían rallys y nos regalaban un gansito y un boing de triángulo (¡qué años aquellos!) en primaria y secundaria. En prepa, nos llevaban a una volcanada o vulcanada -nunca supe cuál era el término correcto- que bajo el lema de "compañeros en la montaña, amigos para toda la vida", consistía en llevarnos a cansarnos horriblemente para llegar a la cima del volcán la Malinche. Debo decirlo, la vista desde ese lugar ameritaba cualquier cansancio de la subida. El de la bajada no tanto; aún lo recuerdo bien, una vez me perdí de regreso, porque eso sí, en la subida, todos somos Salesianos y la jalada, pero de regreso a las cabañas (muy chidas por cierto) uno se bajaba por donde Dios o Don Bosco le dan a entender. Tengo muy vívida la imagen de haberme topado con un grupo de autoayuda que había ido a una sesión a las faldas del volcán. Quizá me equivoque, pero eran de Alcohólicos Anónimos o algo así. Mi recompensa fue, siempre, un caldo de camarón que me dio chorro apenas unas horas después de haber bajado. Pero un año, mi más grande recompensa fue ver las faldas del volcán completamente cubiertas de nieve; por razones de seguridad no subimos esa vez hasta la cima, pero tomé muchas fotos del paisaje nevado. Tendría que escanearlas, así que, mejor imagínenselo.







Me hubiera bastado con eso de todas formas, pues fui dos años seguidos; pero la escuela decidió, no sé en que año, que merecíamos un premio por haber llegado a la cima.



Ese fue mi premio: una suerte de imitación del monte Rushmore en resina -o no sé qué extraño material- blanca con la cara de Don Bosco y dos niños sobre una montaña desconocida (sospecháse que es la Malinche). Nótese la semejanza del niño de la derecha con Chabelo, la aparente angustia del de la gorra a la izquierda, que lucha por su vida por llegar a los brazos de Don Bosco y la indiferente mirada perdida del santo italiano ante la contradictoria situación. Mi hermano también recibió una, solo que con un acabado más pro y nomás por envida de niño, se las pongo chiquita y a la izquierda.






Como les dije al principio, el rostro de ese hombre me persiguió durante doce años. En la primaria, incluso, te obligaban a aprenderte la biografía del santo para ir a un rally con otros colegios salesianos para competir sobre quién sabía más datos inútiles de la vida del susodicho. También, en los sermones de las mañanas, se nos repetía hasta el cansancio el sueño de los nueve años: de niño, el buen Don Bosco soñó que unos niños peleoneros se convertían en lobos cuando él trataba de detenerlos y que cuando se le aparecía la virgen, los mismos niños sufrían una segunda metamorfosis que los dejaría cual dóciles ovejas. Yo no sé ,pero soñar niños zoomorfos (los niños oveja) en claro mensaje de sumisión, infantiles berserkers y a la virgen diciéndome qué hacer, me hace pensar acerca de la cercanía de las experiencias místicas de Don Bosco con las de María Sabina. Creo que dicen que hubo varios "sueños" (viajesotes, pues) y que todo eso le explicaba la vida al santo. UY!! si yo soñara esas cosas, ¡qué loco! La cuestión es que su rostro enseñorea toda la vida salesiana y, a ratos, la de los que fuimos educados por los salesianos.








Pero simpre hubo espacio para el chacoteo; ya les dije que ser un colegio católico no es sinónimo de fascismo escolar, digno de ser repudiado en canciones como Another brick on the wall. De muy niños, llevábamos camisetas para hacer educación física con el rostro de Don Bosco estampado en nuestro torso. La imagen era por demás cómica porque, cómo bien me señaló mi hermano hace ya varios años, la perspectiva del rostro de Don Bosco nos hacía pensar en que parecía el hermano perdido del coronel Sanders. Para su desgracia, queridos lectores, no he podido encontrar la mítica imagen que sería digna de ser puesta junto a la de la derecha. La posición del rostro y, hasta la expresión eran iguales.




En fin. Don Bosco, de cualquier manera podría compararse con la nueva versión del coronel, pues tanto los salesianos como KFC han renovado su imagen y no se esfuerzan por desligar a los hermanos Bosco-Sanders.








En este punto, la comparación ya no es tan cómica, pero ¿qué le vamos hacer? Si alguien posee esa imagen de la cual hablo (atención ex-salesianos), rólela, no sea gacho, ayude a hacer reír al mundo.










La cuestión es que pues, a pesar de eso, los avatares de Don Bosco no han pasado de moda. Hasta vanguardistas han salido sus retratos y evidencian el uso de algún alucinógeno para su elaboración, lo que reinvindicaría a la Iglesia con muchos grupos radicales.



Esta versión technicolor-LSD-pastel-trescapas hacía las veces de Gran Hermano en el piso del colegio donde estaban los salones de prepa. Recuerdo que la maestra que nos daba literatura, cuando alguien ser dormía en su clase o había que bajarle de las nubes (por altaner@ o por viajadot@), los mandaba a "hablar con Don Bosco", es decir, con ese enorme cuadro de tres metros por dos. Una vez nos contó la anécdota de una chica a la cual la había mandado a sostener la metafórica plática con el santo italiano. A diferencia que la mayoría de los castigados que regresaban y contestaban a la irónica pregunta de "Y ¿qué le dijo Don Bosco?" con un simple "Nada", ella afirmó haber escuchado a Don Bosco decirle que se portara bien. La maestra no pudo más que decirle de manera involuntariamente cómica que fuera al siquiatra. Pero esas conversaciones esquizofrénicas hasta yo las tuve; es como los borrachos que se enamoran de la Diana Cazadora en Reforma. Claro que yo no llevaba esas intenciones con Don Bosco... pus ¿qué pachó?





Don Bosco también le entró a la modernidad de la música. Prueba de ello es esta imagen funk-hiphop de DJ Bosco:




Siendo esta la imagen juvenil de Don Bosco, el surgimiento de fans y groupies no se podía hacer esperar. Díganme si no:




Estaría buena una camiseta con un diseño así, ¿no, salesianos? También lo sería la versión Frank Miller de Don Bosco:


Podríamos levantar la polémica al exhibir una versión de clara alusión a la pederastia en la Iglesia (izquierda) y el culto a la cultura pop de los años ochenta (derecha)








En Internet se encuentra uno de todo. El latinoamericanismo salesiano es suceptible de ser revelado. Y como buenos latinoamericanos, hay que ser pamboleros. Recuerdo que en mis años de la primaria, nos ponían a armar un torneo de fuchobol. El adoctrinamiento tuvo efecto en mí, pues no pude evitar encontrar una sospechosa semejanza entre este retrato de Don Bosco y el Pelusa. Esto me hace recordar que existe una Iglesia Maradoniana, ¿no?




Creo que incluso el rostro de Don Bosco es tan universal, que la imagen que sigue bien podría ser la portada de un grupo de Progressive Death Metal:






Cuando cursé Áreas en el últio año de prepa, debíamos hacer un trabajo de investigación de tema libre. Yo escogí hablar de la guerrilla mexicana. Parece que el trabajo, por lo extenso y complejo (para ser un trabajo de preparatoria) se llevó las ovaciones de las autoridades de la escuela. Recibí un diploma de mejor investigación y una estatua de Don Bosco, para aumentar mi colección de íconos salesianos. Creo que mi trabajo se ha vuelto legendario en las investigaciones de la escuela; no en vano es la primera vez que sentí que mi trabajo era reconocido en esa escuela. Doce años valieron la pena; pues ahora puedo presumir de tener una estatua original del Emperador Palpatine, edición especial. ¿No me creen? Vean:













A ver, niños ¿qué hemos aprendido de todo esto? Yo no estoy seguro. La marca salesiana es indeleble y nunca me la voy a poder quitar. Iconografía e ideología me han llegado a los tuétanos y ahora veo en perspectiva mi antigua vida de escolar salesiano. No fue tan mala, a pesar de ser una escuela de varones durante nueve años y ser católica. Acabo de conocer un maestro en la Facultad que dice que no ve cómo es posible que la educación pueda ser impartida por religiosos en la actualidad. Yo, con la mano en la cintura, podría responderle que esa educación solo será perjudicial al juicio de las nuevas generaciones si existiesen más escuelas como el Salesiano de Santa Julia, donde pocos salen evangelizados al 100%. Pero no lo hago porque quiero quedar bien con él y que me califique chido. Ya después habrá tiempo para la discusión. Las personas se sorprenden de que yo haya salido de una escuela en la que, primero, estuve doce años; segundo, era de religiosos; y tercero, no era mixta desde el principio. Pues bien, aquí está el resultado, escribiendo estas líneas.





¿Cómo le hice? No lo sé. Nada más viví. Y aquí estoy, burlándome amistosamente de Don Bosco. Wikipedia afirma que es el santo de los magos y los músicos callejeros; si así es, estoy seguro de que se ríe en el cielo junto a Diosito, Allah y Buda y todos celebran este post con un banquete ambrosía y tacos de suadero.







SALUDOS DESDE EL LIMBO




H.

3 comentarios:

Cuquita, la Pistolera dijo...

Hola, muy interesante y simpático todo lo que cuentas de tus aventuras con los salesianos. Siendo yo una atea irredenta, me gustaría saber en realidad que es lo que distingue a esa órden de otras...
Saludos

EktoradO dijo...

Resulto impresionantemente ignorante para responder a esa interrogante, pues mi adoctrinamiento no consistió precisamente en conocer el sistema al que estaba incorporado sino a aceptarlo de manera sumisa y alegre. Supongo que no hay nada especial en los Salesianos, salvo su fundador y yo no sabría decir exactamente qué les distingue de los demás. Tienen escuelas, se supone que están enfocados en la juventud y demás mariguanadas, pero eso no los hace tan especiales. Hay que tomar en cuenta que yo, como el esforzado e inconforme mozo que era, nunca me ocupé de conocer bien a los que se supone me estaban educando.

¿Una peculiaridad? mm pues llegaron junto a varias congregaciones a fines del XIX gracias a la política de tolerancia de Díaz; creo que sólo en grupo son singulares... así veo yo el asunto.

SALUDOS

El rey del biuriful dijo...

jajaja, seguramente en la secu te toco el pinche maestro loco "thomas" encargado de la conducta.

La foto de la playera la cambiaron hace años por una S toda chaketa como la del sweter de los lunes.

Pero era cagada esa escuela, con sus coronas del esfuerzo y cantos en latin el dìa de las madres :P ... y con el Pato, Mara y la Vaca dando clàses en la secu :P